sábado, 16 de marzo de 2013

TRASTORNOS DEL SUEÑO



Un caso real…

Mayte, 45 años, casada, sin hijos, ama de casa.

Acude a nuestra consulta por padecer graves problemas de insomnio, agravados desde hace un año. Al preguntarle que nos relate cual es su problema, nos dice:

“Estoy desesperada, no puedo seguir más tiempo así, estoy enfermando, mi vida es un desastre, parezco un zombie, no puedo conciliar el sueño y cuando lo consigo, a las dos horas me despierto y ya no puedo volver a dormirme, así noche tras noche, al día siguiente no tengo fuerzas para realizar las tareas domésticas, mi marido me habla y no soy capaz de seguir una conversación con él, porque estoy como en una nube, sufro dolores de cabeza casi a diario…”

Nos comenta que se acuesta todas las noches a la misma hora, alrededor de las 23 h., que son las 2 h. y sigue despierta, sin poder conciliar el sueño, dando vueltas y vueltas en la cama, cambiando de posturas. Cuando consigue dormirse, a las dos o tres horas, se despierta y aunque permanece acostada e intenta volver a dormirse, rara vez lo consigue. Dormir tan pocas horas, hace que presente un cansancio durante todo el día que está afectando a su estado emocional.

Cada noche se acuesta con miedo a no poder dormir, por lo que presenta ansiedad e irritabilidad y percepción de incontrolabilidad de la situación.. En ocasiones ha tomado unas copas de alcohol antes de ir a la cama, para intentar conciliar el sueño, pero no le ha dado resultado, y al día siguiente se ha levantado con ardores de estómago. También ha dado caminatas de varios kilómetros por las tardes, para llegar a la cama cansada y así poder dormir, sin darle resultado tampoco.

El dormitorio de Mayte, está bien orientado, ventilado, carece de ruidos, con temperatura idónea, y ha cambiado varias veces de colchón y de almohada, por si estos factores fueran influyentes en su problema.

Tampoco toma café ni bebidas estimulantes a lo largo del día.

Después de evaluar a Mayte, se le diagnosticó insomnio de inicio y de mantenimiento, se le aconsejó que visitará a médico de atención primaria, quien le prescribió trazodona (Deprax®) y en consulta psicológica se le aplicaron técnicas de higiene del sueño y la técnica de la intención paradójica. Pasados tres meses de tratamiento, a Mayte le desapareció la ansiedad que presentaba a la hora de acostarse, y la mayoría de las noches consiguió dormir unas seis horas. En la actualidad se encuentra en seguimiento.

Se le aconseja asimismo, que no realice ejercicio físico a unas horas próximas a conciliar el sueño; es decir, a “meterse en la cama”, para controlar el posible exceso de activación que le pudiese acarrear.

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