lunes, 22 de abril de 2013

MANUAL DE COMUNICACIÓN NO VERBAL



 MANUAL DE COMUNICACIÓN NO VERBAL (CNV)



Por comunicación no verbal (CNV) entendemos a todo aquello que se comunica fuera de lo que se dice de forma escrita u oral. Muchas veces actúa como refuerzo de la comunicación verbal, dando mayor sentido a aquello que expresamos oralmente, pero también puede actuar  por sí sola como único vehículo de expresión. No debemos olvidar tampoco, que no todo lo que “decimos” a través de la comunicación no verbal es de forma consciente; a veces enviamos o damos a conocer información de forma no consciente.

La CNV cuenta con más del 90% del significado recibido, lo que nos indica el gran “peso” que tiene este tipo de comunicación en las relaciones personales o interpersonales dentro de contextos comunicativos.


1.     Elementos constitutivos de la comunicación no verbal

“Un gesto vale más que mil palabras”

Como ya es sabido, los sistemas de comunicación básicos que el ser humano puede utilizar para comunicarse son:

- Lenguaje: emisión oral de palabras.
- Paralenguaje o sistema paralinguístico: tono, intensidad, velocidad, articulación…, sería por tanto el sistema fónico.
- Quinésica: movimientos y posturas corporales.
- Proxémica: concepción y uso del espacio.
- Cronémica: concepción y uso del tiempo (pausas y silencios).


1.1.         Los COMPONENTES PARALINGUÍSTICOS, se refieren al CÓMO se dice algo y vendrían a ser los siguientes:


a) El volumen de la voz: su función principal consiste en hacer que el mensaje  llegue a ser oído por el receptor. Un volumen excesivamente alto puede transmitir agresividad, ira o tosquedad pudiendo tener consecuencias o negativas, la gente podría marcharse o evitar futuros encuentros. Un volumen moderado y correcto facilita la recepción del mensaje, así como transmite dominio del contenido, seguridad, confianza, agrado, actividad y alegría. Un volumen excesivamente bajo puede producir errores de percepción así como falta de credibilidad de lo que el emisor está transmitiendo, sumisión o tristeza en el mismo Los cambios en el volumen de voz pueden emplearse en una conversación para enfatizar puntos importantes o claves y en todo caso, para captar de nuevo la atención del receptor. 

b) La entonación: sirve para comunicar emociones y sentimientos. Según la entonación que utilicemos al transmitir nuestro mensaje o las palabras que lo componen llevará una carga emocional u otra como por ejemplo interés o sarcasmo. Una entonación monótona, sin cambios, transmite o puede provocar aburrimiento y desconexión en el receptor. Lo correcto es variar nuestra entonación, marcar cambios altos y bajos en nuestro tono según queramos matizar o resaltar. Estos cambios en nuestra entonación podrán captar la atención del oyente en relación al mensaje que estamos transmitiendo así como también, interés por la comunicación en sí.

En resumen: una variación elevada demuestra que la persona es: agradable, activa, contenta, sorprendida. Una baja variación, probablemente nos muestra a una persona deprimida, desinteresada en lo que comunica. Si la conversación está presentada con una entonación uniforme y bien modulada será convincente y no intimidará al interlocutor.

c) La fluidez: Si las palabras fluyen con normalidad a lo largo de nuestro discurso eso es interpretado de forma positiva por el otro oyente puesto que, con ello estamos demostrando que dominamos el contenido y sabemos de lo que estamos hablando. Por el contrario, un discurso lleno de vacilaciones y pausas puede causar la impresión de inseguridad, miedo, poco interés o poco dominio de lo que estamos comunicando. El uso de muletillas (tartamudeo, omisiones, “bueno”, “vale”…) a la hora de pensar o enlazar ideas entorpecerá la comprensión global del discurso y podrá marcar en el oyente una falta de escuchar activamente lo que estamos comunicando.
 
d) La claridad: a la hora de articular palabras es importantísimo. No podemos pronunciar con errores nuestras palabras, la articulación ha de ser correcta para que nuestro interlocutor no tenga problemas de recepción y comprensión del mensaje.

e) La velocidad: una velocidad escasa al hablar provoca en el oyente impaciencia y aburrimiento y por lo tanto, desconexión. Por el contrario, la persona que utiliza una velocidad excesiva puede impacientar, provocar problemas de recepción, hastiar y hasta incluso, provocar hostigamiento. En general, si cambiamos el ritmo, introducimos pausas ocasionales, nuestro estilo de conversación será mucho más interesante.

f) El tiempo de habla: se refiere al tiempo que se mantiene hablando el interlocutor, puede ser problemático tanto el exceso como el defecto, es decir, hablar mucho o hablar poco. Lo incorrecto es el monólogo donde sólo una persona habla y la otra escucha.  El tiempo de habla junto con la mirada diferencia a sujetos con altas y bajas habilidades sociales.

1.2.         Los signos no verbales KINÉSICOS O CINÉSICOS: son el conjunto de movimientos o posturas corporales que comunican o matizan el significado  de lo que estamos transmitiendo oralmente.

Tras largos años de estudio Ray Birdwhistell, el pionero de los especialistas en kinesia o cinesia, ha llegado a la conclusión de que la base de las comunicaciones humanas se encuentra en un nivel por debajo de la conciencia, en el cual las palabras sólo tienen una importancia relativa.

Birdwhistell estima que no más del 35 por ciento del significado social de cualquier conversación corresponde a las palabras habladas.

Nunca lograremos tener un diccionario sobre gestos inconscientes, porque el significado de ellos debe buscarse siempre solamente dentro del contexto general. No podemos afirmar que si una mujer se sienta entrelazando los brazos y cruzando fuertemente las piernas, indefectiblemente expresa que es inalcanzable. Con frecuencia suele ser así, pero para estar seguros debemos estudiar el contexto, estudiar qué otros movimientos realiza con el cuerpo, su estado anímico, quienes la rodean, y muchos otros detalles. Podríamos afirmar que el hombre es un ser multisensorial, el cual algunas veces se expresa con palabras.

Antes de pasar a analizar distintos aspectos del lenguaje corporal, hay que resaltar que según la PNL (Programación Neuro Lingüística) hay 3 tipos de personas, según la forma en que tienen de pensar. Debido a su forma de pensar, adoptarán un tipo de lenguaje verbal y corporal. 


·        Los tres tipos de personas son: 

1.     Cinestésicas o Kinestésicas. 45% de la población.
Piensan a través de sentimientos. Usan lenguaje relacionado con los sentimientos: siento que no está bien, tengo la impresión de que esto está bien. Son sensibles al tacto y al olfato. Son personas que hacen las cosas despacio. Son personas que se acercan mucho a otras al hablar. 

2.     Visuales. 35% de la población.
Piensan a través de imágenes. Usan lenguaje relacionado con la vista: ya veo lo que quiere decir, no lo tengo claro, podríamos enfocar el tema. Son personas que hacen las cosas rápido, ya que las imágenes son rápidas. No se acercan mucho al interlocutor (necesitan ver todos los movimientos). 

3.     Auditivas. 20% de la población.
Piensan a través de sonidos. Usan expresiones del tipo: me suena extraño, ya he escuchado lo que ha dicho. Hablan pausados, dan mucha información, y son reflexivos. Se acercan más al interlocutor que los visuales.

         En realidad, todos somos a la vez visuales, auditivos y kinestésicos. Aunque predominará una o dos de las formas de pensar. Y sobre todo en momentos de tensión, usaremos la forma de pensar que predomine. Lo ideal es que cuando nos comuniquemos con alguien adaptemos nuestro lenguaje, velocidad y expresiones al tipo de persona que es nuestro interlocutor, así nuestro lenguaje llegará más claro. Por ejemplo formular una pregunta adaptada a la personalidad del otro: ¿Ves lo que digo? (visual), ¿Cómo te suena lo que digo? (auditivo), ¿Cómo te sientes en relación a esto? (kinestésico).

  • Describiremos con más detalle aquellos elementos principales que configuran el conjunto de signos no verbales kinésicos:

a)    El rostro o las expresiones faciales.

El principal sistema de señales para transmitir emociones es la cara. Gracias a esta información mostramos por ejemplo nuestro estado emocional, podemos indicar también actitudes hacia los demás o en su caso facilitar la interacción entre las dos partes. Puede influir también en el establecimiento de una metacomunicación u otra. Las seis emociones básicas son alegría, sorpresa, tristeza, miedo, ira y asco o desprecio y parece que son universales e innatas.

La expresión facial juega tiene gran importancia en la interacción social humana:

-       Nos muestra el  estado de ánimo de la persona, aunque trate de disimularlo o de ocultarlo.
-       Nos proporciona en todo momento una retroalimentación sobre si comprende, se está sorprendido, se está de acuerdo, etc., respecto a lo que se está diciendo.
-       Indica actitudes hacia los demás.
-       Puede actuar de metacomunicación, modificando o comentando lo que está diciendo o haciendo al mismo tiempo.

·     Las tres regiones faciales que utilizamos para expresarnos son:
§  Frente y cejas
§  Ojos y párpados
§  Parte inferior de la cara
La expresión facial también nos proporciona respuesta sobre lo que está diciendo el otro.

Quien manifiesta conductas habilidosas mostrará una expresión facial de acuerdo con el mensaje. Si la expresión facial es de enfado mientras se inicia una conversación, con una probabilidad alta no tendrá éxito.

  • Como estilos inapropiados de expresiones faciales podemos señalar los siguientes:
  • Retraídos: presentan una expresión facial que no varía y no poseen en su rostro expresión alguna.
  • Reveladores: a través de sus expresiones, las personas con expresión facial reveladora nos muestran en cada momento lo que sientes, se dice de ellas que su cara es como un libro abierto.
  • Expresivos involuntarios: personas que sienten una emoción determinada pero no son conscientes de que la están mostrando.
  • Expresivos en blanco: personas que  creen que muestran una emoción determinada y sin embargo, la que presentan es neutra o ambigua ante los demás. .
  • Expresivos de afecto congelado: personas que no sintiendo ninguna emoción, muestran una de ellas,  por ejemplo, la sonrisa congelada.
  • Expresivos “siempre preparados”: personas que muestran siempre una expresión determinada, independientemente de que reciban o emitan buenas o malas noticias.
  • Expresivos inundados de afecto: gente que muestra la mayor parte del tiempo una o dos emociones de forma clara.

  • Existen expresiones faciales que son inadecuadas como:
  • Frente contraída y tensa
  • Tragar saliva repetidamente
  • Aclarar la garganta repetidamente
  • Humedecer los labios

b)    El contacto ocular: La forma de mirar fija, sin variante, es un medio de amenaza para muchos animales como así también para el hombre. Un naturalista que estudió el comportamiento de los gorilas montañeses en la selva, registró esta especie de "combate de miradas fijas" entre los machos. Él mismo se expuso a un ataque si miraba a un animal fijamente por un lapso prolongado.

Entre los hombres, como así también entre los animales, la manera de mirar frecuentemente refleja el status. En general el animal superior es más dominante en su mirada. Cuando un mono superior o líder capta la mirada de otro que considera inferior, éste entrecerrará los ojos o los desviará hacia otro lado. Algunos etólogos sostienen que la estructura dominante entre los primates se basa en la capacidad de sostener la mirada, más que en actos realmente agresivos. Cada vez que dos monos se encuentran, cruzan miradas y uno la desvía; ambos confirman el lugar que les corresponde en la jerarquía. Esto probablemente también sea cierto entre los hombres. 


Imagínese que un día mientras usted está sentado en un lugar público, levanta la vista, y se encuentra con la mirada fija de un desconocido que lo observa inexpresivamente, y que no se altera aun cuando usted le clava los ojos. Con seguridad, usted mirará rápidamente hacia otro lado y luego de unos segundos se volverá hacia él para ver si todavía lo sigue observando. Si continúa haciéndolo, usted lo mirará de hito en hito varias veces y a medida que lo haga, si la persona persiste en su actitud, usted pasará rápidamente de la ira a la alarma.

La mayoría de los encuentros comienzan con el contacto visual. Como gesto de apertura tiene distintas ventajas; puede ser poco comprometido si el que mira no necesita asumir la responsabilidad por el contacto, contrariamente a lo que sucedería si el saludo fuera verbal.

Los movimientos de los ojos, por supuesto, determinan qué es lo que ve una persona. Los estudios sobre la comunicación han demostrado el hecho inesperado de que estos movimientos también regulan la conversación. Durante el cotidiano intercambio de palabras, mientras la gente presta atención a lo que se dice, los movimientos de los ojos producen un sistema de señales de tráfico hablado que indican al interlocutor su turno para hablar.

En su estudio Kendon descubrió que cuando una persona interroga a otra, suele mirarla directamente a los ojos a no ser que se trate de una pregunta algo atrevida o que se refiera a algún tema que tenga ansiedad por conocer. Si el que escucha se sorprende ante algo que ha dicho su compañero, también tiende a mirarlo si se trata de algo agradable, o a desviar los ojos hacia otro lado si el que habla expresa algo desagradable, repugnante u horrible, a menos que ambos compartan una misma emoción, en cuyo caso el que escucha pestañeará bajando los ojos. Sin embargo Kendon recalca que todas estas generalidades se aplican a una conversación relativamente formal; presume que las personas en sus propios hogares o las que se conocen muy bien, no se comportarán de esta manera.

Mientras una persona habla, puede en realidad tratar de controlar el comportamiento del que escucha mediante movimientos oculares. Puede impedir una interrupción evitando mirar a la otra persona, o puede animarla a responder mirándola con frecuencia. Algunos individuos suelen desviar la mirada notoriamente cuando están faltando a la verdad.

Todo esto nos retrotrae a un hecho básico que sólo pocas veces se tiene en cuenta: La afirmación de que "miramos para ver" es una verdad sólo parcialmente cierta con respecto a los encuentros cara a cara.

Como dice el viejo dicho: los ojos son el reflejo del alma. Esto es cierto, ya que los ojos no solo nos pueden cómo es una persona (visual, auditiva o kinestésica), pueden indicar su estado de ánimo y si está diciendo la verdad o está mintiendo. 

Estos movimientos que voy a mostrar, pueden ser muy difíciles de percibir, y no son aplicables a todas las personas. El 96% personas usan el movimiento de los ojos según indico a continuación (90% de las personas diestras y un 10 % de las zurdas). 

Cuando una persona está mirando hacia la derecha está creando, pero si mira hacia la izquierda está recordado. Si la persona mira hacia arriba está “pensando” imágenes, si mira hacia el centro está “pensando” sonidos y si mira hacia abajo está “pensando” sentimientos. Así se puede construir la siguiente tabla con todas las posiciones donde los ojos estén mirando.




Pero en las relaciones humanas se han de tener otros factores en la dirección de la mirada. Si esta se dirige hacia arriba el receptor probablemente haya tenido una reacción afirmativa ante cualquier propuesta o idea. Si es hacia los lados el receptor tiene serias dudas y vacilaciones. Por último una mirada hacia abajo denota el no creer lo que se escuche o tristeza.

 Es uno de los elementos más importantes en todo el proceso comunicativo. Facilita la regulación de los turnos de palabra así como también la integración y participación de ambas partes en este proceso comunicativo participativo. Siempre miramos más cuando escuchamos que cuando hablamos, pero cuando hablamos nos gusta que nos miren pues nos transmiten que están escuchando y prestando atención. Por otro lado, cuando escuchamos necesitamos que nos miren pues nos hacen partícipes del proceso comunicativo en el cual estamos participando.

Consideramos  a un interlocutor como más creíble cuando éste nos mira cuando nos está hablando. Si su mirada está perdida en el horizonte. Si su mirada está perdida en el horizonte o esquiva nuestra mirada, consideramos dicho elemento como una falta de seguridad, credibilidad, confianza o en su caso, también como una falta de gusto  por lo que se está haciendo o diciendo.

 La cantidad y tipo de mirada también comunican actitudes interpersonales. Si miramos fijamente sin pestañear al otro interlocutor, podemos estar dando a conocer una actitud más hostil y agresiva. Por el contrario, si evitamos el mirarle, le estamos demostrando que no tenemos interés, que somos tímidos o que por ejemplo, estamos cohibidos en dicha situación.

Según la mayoría de estudios, las mujeres miran más que los hombres.

En general, según Knapp (1982) se mira más cuando: se está físicamente lejos de compañero; se habla de temas triviales e impersonales; no hay nada más que mirar; se está interesado en las reacciones del interlocutor, es decir, se está implicado personalmente; se tiene interés en el compañero; se posee un estatus superior al compañero; se pertenece a una cultura que enfatiza el contacto visual en la interacción; se es extravertido; se tienen grandes necesidades de afiliación o de inclusión; se es dependiente del compañero (y éste ha sido indiferente); se está escuchando más que hablando y se es mujer.


a)    El movimiento: Las investigaciones acerca de la comunicación humana a menudo han descuidado al individuo en sí. No obstante, es obvio que cualquiera de nosotros puede hacer un análisis aproximado del carácter de un individuo basándose en su manera de moverse (rígido, desenvuelto, vigoroso), y que la manera en que lo haga representará un rasgo bastante estable de su personalidad. 

Tomemos por ejemplo la simple acción de caminar: levantar en forma alternada los pies, llevarlos hacia adelante y colocarlos sobre el piso. Este solo hecho nos puede indicar muchas cosas.

El hombre que habitualmente taconee con fuerza al caminar nos dará la impresión de ser un individuo decidido. Si camina ligero, podrá parecer impaciente o agresivo, aunque si con el mismo impulso lo hace más lentamente, de manera más homogénea, nos hará pensar que se trata de una persona paciente y perseverante. Otra lo hará con muy poco impulso - como si cruzando un trozo de césped tratara de no arruinar la hierba - y nos dará una idea de falta de seguridad. Como el movimiento de la pierna comienza a la altura de la cadera, hay otras variaciones. El hecho de levantar las caderas exageradamente da impresión de confianza en sí mismo; si al mismo tiempo se produce una leve rotación, estamos ante alguien garboso y desenfadado. Si a esto se le agrega un poco más de ritmo, más énfasis y una figura en forma de guitarra, tendremos la forma de caminar que, en una mujer, hace volverse a los hombres por la calle. Siempre se han observado diferencias de movimientos entre las distintas culturas. A cualquiera le resultará fácil advertir la diferencia existente entre los movimientos angulares y enérgicos de los esquimales y los movimientos ondulantes de los habitantes de Samoa, que hacen vibrar sus cuerpos desde la cintura y efectúan gestos curvos y sinuosos con manos, brazos y hombros.

Esto representa el "cómo" del movimiento corporal, en contraste con el "qué": no el acto de caminar sino la manera en que se hace; no el acto de estrechar la mano, sino la forma de hacerlo. Como cualquier otro lenguaje, el del cuerpo tiene también palabras, frases y puntuación. Cada gesto es como una sola palabra y una palabra puede tener varios significados. Sólo cuando la palabra forma parte de una frase, puede saberse su significado correcto.

El sistema que se ha elaborado para el estudio de este tema se denomina "esfuerzo-forma". El analista de "esfuerzo-forma" estudia el fluir del movimiento -en tensión o en relajación, intenso o leve, repentino o directo, etc.- y la figura, que es en realidad un concepto de la danza: las formas que adopta el cuerpo en el espacio. El "esfuerzo-forma" ha sido aplicado tanto para la instrucción en la danza como para la de los actores; para la terapia por medio de la danza y la rehabilitación física; para estudios acerca del desarrollo de los niños, investigaciones psicoterapéuticas y aún el estudio comparativo de las diversas culturas. Para entender mejor la utilidad del estudio del sistema "esfuerzo-forma", pondré un ejemplo, un caso en el que a partir de unos movimientos puede diagnosticarse el estado psíquico de un individuo. Se trata de un estudiante de comunicación no verbal, al cual le pasan una película:

La señorita González enseñó una película tomada durante una de esas sesiones. Al comenzar, entraban a una habitación dos hombres, el médico y su paciente; pasaban frente a la cámara y se sentaban frente a ella. Lo que llamó la atención inmediatamente, era que había algo sumamente extraño en el paciente.

La película fue pasada sin la banda de sonido, de manera que no era posible hallar una pista en el diálogo. No obstante, era evidente que el paciente no se movía como una persona normal. La señorita González fue señalando las diferencias. Por una parte, su manera de caminar: parecía deslizar los pies de manera muy lenta, monótona e igual, trasladando sólo muy levemente el peso del cuerpo de un pie a otro.

También se sentaba de una manera extraña: en perfecta simetría, con las piernas descruzadas, los brazos colgando a los costados y el torso siempre inmóvil. La señorita González explicó que este grado de simetría e inmovilidad son típicos de algunos esquizofrénicos. Ella ha descubierto que algunos trastornos motores parecen ser índices efectivos de la gravedad de la enfermedad del paciente, y otros parecen correlacionarse con diagnósticos específicos.

A medida que pasaba la película el paciente se movía muy poco, pero cada vez que lo hacía producía un efecto extraño. A veces volvía lentamente la cabeza de la izquierda hacia la derecha, como soñoliento, y al terminar el movimiento comenzaba a rascarse la cara, arañándose repetidas veces con las uñas. Comenzaba un movimiento y lo dejaba inconcluso, o lo cambiaba inmediatamente por otro totalmente diferente. Todo movimiento quedaba frustrado, sus ritmos y frecuencias parecían fragmentos y era como si su extraña lentitud constituyera una barrera entre él y los demás.

Como contraste, observamos luego al psiquiatra que aparecía en la película. Estaba sentado, inclinado levemente hacia el paciente, y cuando gesticulaba, cosa que no sucedía muy a menudo, sus movimientos eran claros, rápidos, breves y económicos.

En un momento dado, el paciente se dejó caer hacia un lado: el doctor se echó hacia él, lo tomó del brazo y volvió a enderezarlo. Este gesto fue realizado de manera firme y directa. No pareció nada repentino ni brusco y fue perfectamente aprovechado; cuando tomó al paciente del brazo, no tiró de él hacia abajo ni hacia arriba sino que, con suavidad y claramente, lo volvió a su posición anterior. En conjunto, la señorita González dijo que, a su juicio, el médico era una persona firme, suave y sensible, algo intelectual y despegado.

La proporción entre gesto y postura es una forma de evaluar el grado de participación de un individuo en una situación dada. Distingue dos tipos de movimientos: el gestual, en el que el individuo utiliza sólo una parte de su cuerpo, y el postural, que generalmente atañe a toda su persona e implica también variaciones en la distribución del peso.

El movimiento postural literalmente lleva más peso detrás y puede emplearse como medida de la participación. Un hombre que sacude enérgicamente los brazos no parecerá convincente si sus movimientos no se extienden al resto del cuerpo.

Un cambio postural, señaló la señorita González, no implica solamente una variación en la posición del torso, ya que a no ser que participen también otras partes del cuerpo, se considerará un gesto del torso. Aun el caminar puede ser gestual y en consecuencia señal del retraimiento, como lo era en el enfermo de la película.

Lo que importa es la proporción existente entre los movimientos posturales y los gestuales, más que el mero número de movimientos posturales. Un hombre puede estar sentado muy quieto, escuchando, pero si al moverse lo hace con todo su cuerpo, parecerá estar prestando mucha atención; mucha más que si estuviera continuamente en movimiento, jugueteando tal vez constantemente con alguna parte de su cuerpo.

Las actitudes corporales reflejan las actitudes y orientaciones persistentes en el individuo. Una persona puede estar inmóvil o sentada hacia adelante de manera activa, o hundida en sí misma, y así sucesivamente. Estas posiciones o posturas, y sus variaciones o la falta de las, representan la forma en que uno se relaciona y orienta hacia los demás.


c.1) La forma de caminar:
Al interaccionar socialmente, cuando estamos sentados, centramos la atención en la cara, los pies son la parte más alejada y parecen escapar a nuestro control. Los pies son la parte más alejada que tenemos y por eso hay poca presión para que el sujeto ejerza un control deliberado sobre las acciones de sus pies. Aún así, suministran señales válidas en cuanto a su verdadero estado de ánimo. En ellos, podemos apreciar las tensiones,  por los movimientos de piernas y pies. En conversaciones sociales y de forma no consciente expresamos tensiones mediante oscilaciones rítmicas arriba/abajo del pie, apretar fuertemente las piernas o cambiar continuamente la postura de las mismas. 
 

Esta es la forma equilibrada de andar. Denotando una persona madura, segura de sí y bien sucedida.


Ya esta manera de andar, denuncia una persona insegura o con miedo, porque la punta del pie es la primera que toca el suelo. Puede también evidenciar timidez e introspección de su “yo”.


El andar de esta persona indica que desee ser grande, sea físicamente o moralmente, porque el levanta excesivamente su talón del suelo. 


Esta forma de andar demuestra vejez, cansancio del ambiente o de las personas. Encontramos también esta forma de andar en personas que tienen debilidad física o mental.


Este es el andar arrastrado que significa descuido, cansancio, desánimo físico y moral, contrariedad, falta de ocupación y despreocupación con lo social.

*La amplitud del paso también es un excelente indicador de la personalidad.

PASOS CORTOS – indica una persona que no tiene mucho que hacer, tal como si estuviese de vacaciones. Muestra también falta de disposición y una cierta despreocupación hacia la vida.
PASOS MEDIOS- reflejan una persona que está en armonía y sabe utilizar el tiempo con sabiduría. También indican madurez mental/espiritual.
PASOS LARGOS – indican una persona con objetivo, con ideal y metas que necesitan ser cumplidas rápidamente, denotan también energía física.

c.2) Los movimientos de cabeza:
Juegan en la interacción un papel, indicando voluntad de que la otra persona siga hablando o deseo de que finalice la conversación.

a)    La postura corporal: Para la mayoría de nosotros, la postura es un tema poco agradable sobre el que nuestra madre solía regañarnos. Pero para un psicoanalista la postura de un paciente muchas veces constituye una clave de primer orden sobre la naturaleza de sus problemas.

Albert Scheflen observó que las personas que no se conocen evitan cuidadosamente adoptar las mismas posiciones. La importancia de la imitación puede llegar a ser una de las lecciones más significativas que podemos aprender, pues es la forma en que los demás nos expresan que coinciden con nosotros o que les agradamos. También es la forma en que comunicamos a los demás que realmente nos agradan.

Algunas veces cuando las personas se ven forzadas a sentarse demasiado juntas, inconscientemente despliegan sus brazos y piernas como barreras. Un hombre y una mujer sentados frente a frente a una distancia muy próxima, cruzarán los brazos y tal vez las piernas, y se echarán hacia atrás en sus asientos.

La postura no es solamente una clave acerca del carácter, es también una expresión de la actitud. En efecto, muchos de los estudios psicológicos que se han hecho sobre la postura la analizan según lo que revela acerca de los sentimientos de un individuo con respecto a las personas que lo rodean.

Un investigador ha observado que cuando un hombre se inclina levemente hacia adelante, pero relajado y con la espalda algo encorvada, probablemente simpatiza con la persona que está con él. Por otra parte, si se arrellana en el asiento, puede significar desagrado.

La postura es, como ya hemos dicho, el elemento más fácil de observar y de interpretar de todo el comportamiento no verbal. En cierto modo, es preocupante saber que algunos movimientos corporales que teníamos por arbitrarios son tan circunscritos, predecibles y -a veces- reveladores; pero por otra parte, es muy agradable saber que todo nuestro cuerpo responde continuamente al desenvolvimiento de cualquier encuentro humano.

Por ejemplo, los que venden por las casas de parejas casadas deben observar de los gestos de los cónyuges para ver quién los inicia y quién los copia. Por ejemplo, si el marido es el que mantiene la conversación y la mujer no dice nada, pero usted observa que él copia los gestos de la mujer, descubrirá que es ella la que decide y firma los cheques, así que al vendedor le conviene dirigir su charla a la señora.

 La postura viene definida tanto por la posición de nuestro cuerpo en conjunto como por la de los miembros que la componen. Es importante analizar desde qué postura adoptamos al sentarnos hasta estando de pie pues, este elemento no verbal puede dar a conocer información sobre sentimientos y actitudes de la persona hacia sí misma y hacia el entorno en el que se desenvuelve.


·     Según Mehrabian (1968), hay cuatro categorías posturales:

- Acercamiento: una postura atenta que se comunica por una inclinación hacia delante del cuerpo.

- Retirada: una postura negativa, de rechazo o de repulsa, que se comunica retrocediendo o volviéndose hacia otro lado.

- Expansión: una postura orgullosa, engreída, arrogante, despreciativa, que se comunica por la expansión del pecho, tronco erecto o inclinado hacia atrás, cabeza erguida, hombros elevados.

- Contracción: una postura depresiva, cabizbaja, abatida, que se comunica por un tronco inclinado hacia atrás, cabeza hundida, hombros que cuelgan, pecho hundido.

En contextos sociales las principales dimensiones de la postura son: el acercamiento (inclinarse hacia delante, proximidad física, tocar, orientación directa y la apertura de brazos y piernas) y la relajación (posiciones asimétricas de los brazos y piernas, el apoyo lateral y la relajación de manos). La relajación puede mostrar dominancia mientras que denotará sumisión y ansiedad una postura tensa.


d.1) La posición al hablar:

La posición que toman dos personas al hablar determina la actitud que •tienen hacia la conversación, e incluso puede determinar la orientación de la misma.

·     Estando de pie
 
a) Posición abierta:

Conversación amigable, invita a otros a intervenir.




b) Posición cerrada:

No invita a otros a intervenir. 





Si dos personas están adoptan la posición cerrada, he de dejar la conversación. No he de quedarme, si acabo de llegar. 


·     Sentados

Aprende a sentarte tranquilo y comportarte cuando se escucha. Reparte equitativamente el peso de tu cuerpo para no cansarte mientas estás sentado conversando. Si te sientas en el borde de la silla, es indicativo que deseas irte tan pronto como sea posible.

Si cambias constantemente de posición, estás expresando a gritos que estás aburrido. Si mueves incesantemente los pies durante la conversación, tu interlocutor pensará que estás molesto, inseguro, irritado, nervioso, cansado o aburrido. Sitúate en una posición cómoda y descansada que te permita respirar mejor y manejar mejor tu voz.

Sentados, cruzar las piernas y dirigir las rodillas hacia la otra persona, es señal de interés. En grupos, la gente orienta el pie hacia quien le interesa. 

Cuando una persona quiere tener el control sobre otra, se sienta en un sillón giratorio y sienta a la otra persona en un sillón fijo y adopta las siguientes posiciones:

- Posición triangular abierta:

Actitud relajada y formal. Es bueno para aconsejar. 



-         Posición frente a frente:
 
Persona de la izquierda presiona a la derecha. Toda reunión ha de empezar en posición 1, y puede ser bueno usar esta posición cuando la persona de la derecha no está contestando sinceramente.


-         Posición en ángulo recto:

Quita presión a la entrevista. Se pone esta situación cuando se aborda una situación delicada:


  Colocación en una mesa
 
- Posición competitivo-defensiva:

Esta posición mantiene las distancias y no es buena para encontrar soluciones negociadas que beneficien a ambas partes. Es la posición que suele tomar un superior con un subordinado. La ventaja que tiene es que da conversaciones cortas.


-       Cooperar:

Esta posición se adopta cuando dos miembros de un equipo quieren solucionar un problema juntos. 

- Posición en ángulo:

Es una posición amistosa e informal.
 


Cuando se está negociando algo, o cuando se está visitando un cliente, se debe intentar estar en la posición uno, ya que así la persona con la que estemos tendrá una actitud de superioridad y no nos escuchará abiertamente.


Colocación en una presentación


Normalmente el líder de un grupo se dirigirá a la cabeza de la mesa. 



Participan los de en medio porque tienen más contacto visual.


Las posiciones de la postura nos pueden comunicar los siguientes rasgos:

- Actitudes de calidez, amistad, intimidad, etc las mostrarán posturas donde la distancia está reducida aumentando la apertura hacia la otra persona. Si nos inclinamos hacia delante extendiendo los brazos hacia la otra persona mostraremos calidez hacia ella. Mostraremos dominancia o sorpresa si nos apoyamos hacia atrás con las manos enlazadas sosteniendo la parte posterior de nuestra cabeza. Se nos calificará de tímidos (fóbicos) si los brazos los dejamos colgando y la cabeza colgando hacia un lado; si las piernas están separadas, los brazos en la cintura y una ligera inclinación lateral mostraremos determinación.

- Emociones: las posturas pueden comunicar diversas emociones, así los hombros encogidos, brazos erguidos y manos extendidas comunican indiferencia; inclinarse hacia delante, extender los brazos y apretar los puños, denotan ira; los movimientos pélvicos, cruzar y descruzar las piernas (en las mujeres) muestran flirteo.

- Acompañamiento del habla: cambios importantes en la postura, son empleados para marcar amplias unidades del habla, como en los cambios de tema, para dar enfatizar y señalar el tomar o ceder la palabra.
Añadiremos asertividad al mensaje cuando mantenemos una postura erecta y activa.

a)    Los gestos: junto con la mirada y el habla son componentes importantes de poseer unas buenas habilidades sociales.
Uno de los errores más graves que puede cometer un novato en el lenguaje del cuerpo es interpretar un gesto aislado de otros y de las circunstancias. Rascarse la cabeza, por ejemplo, puede significar muchas cosas: caspa, piojos, sudor, inseguridad, olvido o mentira, en función de los demás gestos que se hagan simultáneamente. Para llegar a conclusiones acertadas, deberemos observar los gestos en su conjunto. Los gestos se presentan "en frases" y siempre dicen la verdad sobre los sentimientos y actitudes de quien los hace. La persona perceptiva es la que lee bien las frases no verbales y las con las expresadas oralmente.

e.1) Los gestos con los brazos cruzados: 

Esconderse detrás de una barrera es una respuesta humana normal que aprendemos a edad temprana para protegernos. Al cruzar uno o los dos brazos sobre el pecho se forma una barrera que, en esencia, es el intento de dejar fuera de nosotros la amenaza pendiente o las circunstancias indeseables.

Una cosa es cierta: cuando una persona tiene una actitud defensiva, negativa o nerviosa, cruza los brazos y muestra así que se siente amenazada.

-Gesto estándar de brazos cruzados:
  
El gesto estándar es universal y expresa la misma actitud defensiva o negativa, casi en todas partes. Suele verse cuando una persona está entre desconocidos en reuniones públicas, colas, cafeterías, ascensores o en cualquier lugar donde se sienta insegura.

-Cruce de brazos reforzado: 

Si, además de haber cruzado los brazos, la persona ha cerrado los puños, las señales son de defensa y hostilidad. Este grupo de gestos se combina a veces con el de los dientes apretados y la cara enrojecida. En ese caso puede ser inminente el ataque verbal o físico.

-  El gesto de cogerse los brazos: 

Observarán que esta forma de cruzar los brazos se caracteriza por oprimirlos para reforzar la posición y anular cualquier intento de liberarlos que pudiera dejar expuesto el cuerpo. Los brazos pueden llegar a apretarse con tanta fuerza que los dedos palidezcan al impedirse la circulación de la sangre. Este estilo se observa comúnmente en las personas que están en la sala de espera de un médico o de un dentista, o en las que viajan en avión por primera vez y esperan el despegue.

Existe un conjunto de gestos que expresan evaluación crítica. El principal es el de la mano en la cara, con el índice levantando la mejilla y otro dedo tapando la boca mientras el pulgar sostiene el mentón. Además de considerar a los gestos agrupados y de tener en cuenta la congruencia entre lo que se dice y el movimiento corporal, todos los gestos deben considerarse dentro del contexto en que se producen. Otras evidencias de que el que escucha analiza críticamente al que habla, las proporcionan las piernas muy cruzadas y el brazo cruzado sobre el pecho (defensa), mientras la cabeza y el mentón están un poco inclinados hacia abajo (hostilidad). La "frase no verbal" dice algo así como "no me gusta lo que está diciendo y no estoy de acuerdo”.

Por ejemplo, si alguien está de pie en la parada del autobús, con los brazos y las piernas cruzados y el mentón bajo en un día de invierno, lo más probable es que tenga frío y no que esté a la defensiva. Pero si esa persona hace los mismos gestos cuando está sentada frente a un hombre con una mesa de por medio, y este hombre está tratando de convencerla de algo, de venderle una idea, un producto o un servicio, la interpretación correcta es que la persona está a la defensiva y en actitud negativa.

La velocidad de algunos gestos y el modo en que resultan obvios para los demás está relacionada con la edad de los individuos. Si una niña de cinco años dice una mentira a sus padres, se tapará inmediatamente la boca con una o las dos manos. El gesto indica a los padres que la niña mintió y ese gesto continúa usándose toda la vida, variando solamente su velocidad. Cuando la adolescente dice una mentira, también lleva la mano a la boca como la niña de cinco años, pero, en lugar de taparla bruscamente, sus dedos apenas rozan su boca. El gesto de taparse la boca se vuelve más refinado en la edad adulta. Cuando el adulto dice una mentira, el cerebro ordena a la mano que tape la boca para bloquear la salida de las palabras falsas, como ocurría con la niña y la adolescente, pero en el último momento aparta la mano de la boca y el resultado es un gesto tocándose la nariz. Ese gesto no es más que la versión refinada, adulta, del gesto de taparse la boca que se usó en la niñez. Esto sirve de ejemplo para mostrar que cuando un individuo se hace mayor, muchos de sus gestos se vuelven más elaborados y menos obvios. Es más difícil interpretar los gestos de una persona de cincuenta años que los de un individuo mucho más joven.


e.2) Los gestos de descarga:

Los animales, el hombre incluido, realizan unas cortas acciones, tics o gestos consabidos, que les sirven de válvula de escape o descanso a la tensión comunicativa.

Nos arreglamos el pañuelo o corbata, los puños de la camisa, etc. Nos restregamos y limpiamos los ojos, las gafas; llevamos las manos a la nariz y los oídos; satisfacemos ciertos picores; enjugamos el sudor, repasamos el aseo de nuestras unas. Acudimos una y otra vez al vaso de agua, al rito de encender y chupar un cigarrillo, a limpiarle concienzudamente la ceniza. Arreglamos por centésima vez unos papeles, limpiamos una mota de polvo, abrirnos y cerramos un cajón, nos enfrascamos en un dibujo, trazamos flechas, etc.


e.3) Gestos al inicio de una conversación:

El encuentro es un momento fundamental de la conversación y, a partir de él, se desencadenan una serie de estrategias a través de sutiles negociaciones no verbales que tienen lugar desde los primeros momentos. Los primeros 15 a 45 segundos son fundamentales, ya que representan la afirmación de una relación preexistente o una negociación.

Aquellas pautas de comportamiento comunicativo, aquellas reglas de interacción que ponemos en funcionamiento para expresar o negociar la intimidad, son las que hacemos servir para hacerle saber a una persona si nos gusta o no. Y eso raramente lo hacemos de manera verbal.

         En nuestras conversaciones, mientras estamos dialogando, solemos mover nuestras manos y brazos enfatizando aquello que estamos comunicando. Con la gesticulación, podemos complementar el mensaje que estamos transmitiendo, añadiendo matices distintos a la información oral, podemos enumerar elementos o pueden incluso mostrar sentimientos de la persona que está hablando. Cabe añadir que gesticulamos más cuando hablamos  que cuando escuchamos, en este último caso, solemos tener las manos más quietas.


b)    Gestos con las piernas: 

f.1) Cruce de piernas 

Las piernas cruzadas, como los brazos cruzados, indican la posible existencia de una actitud negativa o defensiva. En un principio, el propósito de cruzar los brazos sobre el pecho era defender el corazón y la región superior del cuerpo. Cruzar las piernas es el intento de defender la zona genital.


-  El Cruce de piernas estándar 

Una pierna se cruza netamente por encima de la otra; por lo general, la derecha sobre la izquierda. Este es el cruce normal para los europeos, británicos, australianos y neozelandeses, e indica una actitud defensiva, reservada o nerviosa. Sin embargo, este gesto es de apoyo a otros gestos negativos y no debe interpretarse aislado del contexto.


f.2) Cruce de tobillos 

Tanto el cruzarse de brazos corno de piernas señala la existencia de una actitud negativa o defensiva, y el cruce de tobillos indica lo mismo. La versión masculina del cruce de tobillos se combina a menudo con los puños apoyados sobre las rodillas o con las manos cogiendo con fuerza los brazos del sillón.

La versión femenina es apenas distinta: se mantienen las rodillas juntas; los pies pueden estar hacia un costado, y las manos descansan una al lado de la otra o una sobre la otra, apoyadas en los muslos.

Observaciones llevadas a cabo en entrevistas y ventas efectuadas a lo largo de más de diez años, revelan que cuando el entrevistado cruza los tobillos está «mordiéndose los labios» mentalmente. El gesto señala el disimulo de una actitud o emoción negativa: nerviosismo o temor.

f.3) Cruce de pies
 
Es un gesto casi exclusivamente femenino. Un pie se engancha en la otra pierna para fortalecer la actitud defensiva. Cuando aparece este gesto, puede estar seguro de que la mujer se ha encerrado en ella misma, retrayéndose como una tortuga en su caparazón. Un enfoque discreto, amistoso y cálido es lo que usted necesita, si desea abrir el caparazón. Esta posición es propia de las mujeres tímidas.


c)     Las manos:

Cada vez que una persona habla, los movimientos de sus manos y dedos, los cabeceos, los parpadeos, todos los movimientos del cuerpo coinciden con el compás de su discurso.

La mayoría de las personas son conscientes del movimiento de manos de los demás, pero en general lo ignoran, dando por sentado que no se trata más que de gestos sin sentido. Sin embargo, los ademanes comunican. A veces, contribuyen a esclarecer un mensaje verbal poco claro.

g.1) Las manos en la cara

¿Cómo puede saberse que alguien está mintiendo?

Reconocer los gestos de engaño puede ser una de las habilidades más importantes que pueden adquirirse. ¿Cuáles son las señales que delatan a los mentirosos? Las posiciones de las manos en la cara son la base de los gestos humanos para engañar. En otras palabras, cuando vemos, decimos o escuchamos una mentira, a menudo intentamos taparnos los ojos, la boca o los oídos con las manos.


    g.2) Por debajo de la boca

- Apoyar la cabeza sobre las manos es señal de aburrimiento.
- Mano apoyada en la mejilla e índice normalmente hacia arriba. Indica que se está evaluando.
 

- Mano en la barbilla

Normalmente indica que se está tomando una decisión, en estos momentos es momento de estar callados. Si tras estar meditando la persona se echa hacia atrás indica que no va a haber acuerdo, por lo que tendremos que volver a recalcar los puntos clave.


Hay que tener mucho cuidado de no confundir las posiciones de evaluación con la siguiente posición: índice hacia arriba y el pulgar aguanta la barbilla. Esta posición no es de evaluación, es que la persona está teniendo pensamientos negativos, por lo que he de intentar que la persona cambie de actitud.



- Tocarse nuca o cabeza, significa que la persona se ha equivocado.

-    Tocarse la nuca (también como mirando hacia abajo). Es una persona difícil de trabajar con ella, es negativa
 - Tocarse  la cabeza. Es una persona más abierta. 
- Rascarse el cuello. En este caso el índice de la mano derecha rasca debajo del lóbulo de la oreja o rasca el costado del cuello. Nuestras observaciones de este gesto revelan algo interesante: la persona se rasca unas cinco veces. Es raro que lo haga más o menos veces.

El gesto indica duda, incertidumbre, y es característico de la persona que dice: “No sé si estoy de acuerdo.” Es muy notorio cuando el lenguaje verbal contradice el gesto; por ejemplo, cuando la persona dice: "Entiendo cómo se siente".

 Inclina la cabeza hacia los lados o hacia adelante y atrás. Es una postura como si su cabeza descansara sobre uno de sus hombros. Esta posición les imprime ternura y es una postura muy femenina (puedes verla ampliando las imágenes).

-  Cubrirse la boca es síntoma de que se está mintiendo. Es como un intento de evitar que nuestras mentiras salgan de la boca.
Los niños lo hacen mucho, y conforme se van haciendo mayores lo van disimulando. Hasta el punto que los adultos se tocan disimuladamente, entre la nariz y la boca.




- Tocarse la nariz. También denota que se está mintiendo
- Tocarse la oreja. Es que no se quiere escuchar o no le gusta lo que está oyendo.
- Meterse un dedo en la boca (o un elemento como un lápiz o cigarrillo), es señal que la persona está insegura. Hay que darle seguridad.


g.3) Los gestos al fumar: 

Una señal concreta indica si la persona tiene una actitud positiva o negativa en cada momento: la dirección en que exhala el humo. La persona que tiene una actitud positiva, que se siente superior o que confía en sí misma, exhala hacia arriba la mayor parte del tiempo. A la inversa, quien está en actitud negativa, de sospecha, exhala hacia abajo casi todo el tiempo. Soplar hacia abajo por un lado de la boca índica una actitud de reserva o más negativa. Todo esto es válido en los casos en que el fumador no exhala hacia arriba con el fin de no molestar a los demás; en estos casos, exhalará hacia cualquier lado. Exhalar el humo por la nariz indica que la persona se siente segura y superior. El humo va hacia abajo solamente por la posición de las fosas nasales y la persona a menudo se echa hacia atrás para exhalar. Si la cabeza del individuo está inclinada hacia abajo cuando exhala por la nariz, está enfadado y trata de parecer feroz como un toro embravecido.


g.4) Los gestos con gafas: 

Todos los objetos auxiliares que el hombre utiliza proporcionan oportunidades para hacer muchos gestos reveladores, y éste es el caso de los que usan gafas. Uno de los gestos más comunes es ponerse en la boca la punta de una patilla.

Desmond Morris dice que el acto de poner objetos contra los labios o en la boca representa un intento de revivir la sensación de seguridad del bebé que succiona el pecho de la madre, lo que significa que el gesto de llevarse las gafas a la boca es un gesto de afirmación de la propia seguridad. Los fumadores usan los cigarros para lo mismo y los niños se chupan el pulgar.

Los actores de los años 20 y 30 usaban el gesto de mirar por encima de las gafas para representar una personalidad que juzga y critica. Pero puede ser que la persona esté usando gafas para ver de cerca y encuentre más cómodo mirar por encima de ellas que quitárselas. El que recibe esta mirada puede sentir que están investigando y juzgándolo.

Mirar por encima de las gafas puede ser un grave error, porque la persona mirada se defenderá cruzando los brazos, las piernas y adoptando una actitud negativa. Los que usan gafas deben quitárselas cuando hablan y ponérselas cuando escuchan. Esto no sólo relaja a la otra persona, sino que permite al que usa gafas el control de la situación. El otro aprende en seguida que cuando aquel con quien está dialogando se quita las gafas, él no debe interrumpirlo, y sólo puede hablar cuando la otra persona se las pone.

g.5) El apretón de manos: 

Tres actitudes pueden transmitirse en el apretón:

1.        La actitud de dominio: «Este individuo está tratando de someterme. Voy a estar alerta.»
2.           La de sumisión: «Puedo hacer lo que quiera con esta persona.»
3.           Y la actitud de igualdad: «Me gusta, nos llevaremos bien.»

Estas actitudes se transmiten de forma inconsciente pero, con la práctica y la aplicación conscientes, las siguientes técnicas para estrechar la mano pueden tener un efecto inmediato en el resultado de un encuentro con otra persona.

El dominio se transmite cuando la palma queda hacia abajo. No es necesario que la palma quede hacia el suelo; basta con que esté hacia abajo sobre la palma de la otra persona. Esta posición le indica a uno que el otro quiere tomar el control de esa reunión. La inversa del apretón dominante es ofrecer la mano con la palma hacia arriba). Este gesto resulta especialmente efectivo cuando se desea ceder al otro el control de la situación, o hacerle sentir que lo tiene. Pero aunque poner la palma hacia arriba cuando se estrecha una mano puede denotar una actitud de sumisión, hay circunstancias que mitigan el efecto y que es necesario considerar.


-  Los estilos para estrechar la mano 

Extender el brazo con la mano estirada y la palma hacia abajo es el estilo más agresivo de iniciación del saludo, pues no da oportunidad a la otra persona de establecer una relación en igualdad de condiciones. Esa forma de dar la mano es típica del macho dominante y agresivo que siempre inicia el saludo. Su brazo rígido y la palma hacia abajo obligan al otro individuo a ponerse en la situación sumisa, pues tiene que responder con su palma hacia arriba.

El apretón de manos "estilo guante" se lo llama a veces "apretón de manos del político". El iniciador trata de dar la impresión de ser una persona digna de confianza y honesta, pero cuando usa esa técnica con alguien que se acaba de conocer, el efecto es opuesto.

-     Manos con los dedos entrelazados

Al principio puede parecer que éste es un gesto de bienestar porque la gente que lo usa a menudo está sonriendo al mismo tiempo y parece feliz. Pero realmente es un gesto de frustración o actitud hostil y la persona que lo hace está disimulando una actitud negativa. Parece que existe una relación entre la altura a la que se sostienen las manos y la intensidad de la actitud negativa. Cuando más altas están las manos, más difícil será el trato con la persona.

-     Los gestos con el pulgar

Se usan para expresar dominio, superioridad e incluso agresión; los gestos con los pulgares son secundarios, forman parte de un grupo de gestos.

El hombre que corteja a una mujer las emplea delante de ésta y son de uso común también entre las personas de prestigio, de alto status y bien vestidas. Las personas que usan ropas nuevas y atractivas hacen más gestos con los pulgares que las que usan ropas pasadas de moda.

Los pulgares, que expresan superioridad, resultan más evidentes cuando una persona está dando un mensaje verbal contradictorio. Con frecuencia los pulgares salen de los bolsillos, a veces de los bolsillos posteriores, como para disimular la actitud dominante de la persona. Las mujeres agresivas o dominantes usan también este gesto. El movimiento de liberación femenina las ha llevado a adoptar muchos gestos y actitudes masculinos. Los que muestran los pulgares suelen añadir a este gesto el balanceo sobre los pies para dar la impresión de tener mayor estatura.

Otra posición conocida es la de los brazos cruzados con los pulgares hacia arriba. Es una señal doble pues los brazos indican una actitud defensiva o negativa, mientras que los pulgares representan una actitud de superioridad. La persona que usa este gesto doble suele gesticular con los pulgares y, cuando está parada, balancearse sobre los pies.

-         Palmas de las manos:

Las personas sinceras enseñan las palmas de las manos, mientras las personas poco sinceras tienen las palmas hacia abajo.
Al pedir a alguien que haga algo (Ej. Mover una caja), hay tres formas distintas relacionadas con la posición de las manos:

a) Palma hacia arriba:
 
Como tengo la palma hacia arriba, denoto sumisión, y no provoca presión. Es amistoso, persona de mi nivel lo hará con gusto.

b) Palma hacia abajo:
 
Denota autoridad. Si la persona está a mi nivel se puede negar.

c) Puño cerrado y apuntando con el dedo:

Es como si hostigase a la persona con un palo. No es bueno pedir las cosas así, especialmente si se usa a menudo.
Esto significa SUMISIÓN


Esto significa CONTROL
Esto significa IGUALDAD

Cuando quiero transmitir confianza a la otra persona, le puedo dar la mano normalmente, poniendo además la mano izquierda sobre la de él. Pero esto, sólo lo puedo hacer con alguien que conozco, ya que de lo contrario, produzco el efecto contrario. También puedo coger con la mano izquierda el brazo o el hombro para transmitir confianza. De hecho, cuanto más alejada esté la mano izquierda de la muñeca, más sentimiento expreso. Es decir, expreso más sentimiento poniendo la mano sobre el hombro del otro, que sobre la muñeca.

- Frotarse las manos: expresa una expectativa positiva. Si es rápido, la persona muestra que va a beneficiar a otro. Si es lento, el otro desconfiará, porque la persona muestra que es beneficio para ella.
- Las manos en ojiva o triángulo: denotan seguridad. En un proceso negociador significa que la persona ha tomado una decisión, por lo tanto si viene después de signos positivos es que habrá trato, pero si viene después de signos negativos no habrá trato.

- Manos por detrás: Si se agarra la mano por detrás, significa seguridad y superioridad. Ahora si se agarra la muñeca de la otra mano, indica frustración, e intento de autocontrol. Cuanto más arriba se agarre la otra mano, implica que se está autocontrolando más.


-  De pie con las manos en las caderas:

Es una actitud agresiva. Esta actitud la ponen también los hombres para cortejar a las mujeres. Esta actitud de galanteo (o agresividad) también se muestra cuando los hombres o mujeres se ponen de pie con el pulgar metido en los bolsillos y con los otros dedos apuntando hacia los genitales (posición de los vaqueros en las películas del Oeste).

En cuanto al gesto de tocarse la nariz: esencialmente, es una versión disimulada de tocarse la boca. Puede consistir en varios roces suaves debajo de la nariz o puede ser un toque rápido y casi imperceptible. Algunas mujeres hacen este gesto con discretos golpecitos para no arruinar el maquillaje.

Una explicación del origen del gesto de tocarse la nariz es que cuando la mente tiene el pensamiento negativo, el subconsciente ordena a la mano que tape la boca, pero, en el último instante, para que no sea un gesto tan obvio, la mano se retira de la boca y toca rápidamente la nariz. En cualquier caso, apretarse o rascarse la nariz supone una evaluación o consideración negativa.

Otra explicación es que mentir produce picazón en las delicadas terminaciones nerviosas de la nariz y, para que pase, se hace necesario frotarla. 


a)    La sonrisa:
 
Es una de las emociones más utilizadas para ocultar otras. Con ella podemos transmitir sentimientos hacia la otra persona y hacia lo que está diciendo; podemos transmitir cercanía  simpatía; podemos transmitir por ejemplo que estamos escuchándole pero, sobre todo se ha comprobado que puede llegar a minimizar conductas agresivas o conflictivas en la otra persona. Es ampliamente usada en el saludo y en intercambios sociales, para justificar la tardanza a una cita, transmitir que nos gusta una persona, etc. Por lo tanto, para mejorar nuestros procesos comunicativos no te olvides de sonreír de vez en cuando puesto que es gratis y genera conductas positivas en los demás. Es ampliamente usada en el saludo y en intercambios sociales, para justificar la tardanza a una cita, transmitir que nos gusta una persona, etc.
Distinguimos varios tipos de sonrisa:
  • Sonrisa auténtica: con la que se expresan las emociones positivas.
  • Sonrisa amortiguadora: manifiesta sus sentimientos positivos pero disimulando la verdadera intensidad de los mismos.
  • Sonrisa triste: manifiesta emociones negativas.
  • Sonrisa conquistadora: al mirar a la persona por la que se muestra interés la sonrisa es auténtica, de inmediato se aparta la vista de ella, vuelve a mirarla  y a desviarla de nuevo.
  • Sonrisa turbadora: se evita el encontrarse con los ojos de la otra persona, bajando o apartando la vista.
  • Sonrisa mitigadora: se transmite un mensaje desagradable, pero intentamos limar asperezas, forzando a que el receptor del mismo, nos devuelva la sonrisa.
  • Sonrisa falsa: muestra una emoción positiva cuando en realidad no la siente.


b)    La apariencia personal:

Se refiere al aspecto externo de la persona. Las características de la apariencia personal ofrecen impresiones a los demás sobre el atractivo, estatus, inteligencia, personalidad, clase social, estilo y gusto, sexualidad y edad del individuo.

La apariencia personal es generadora de primeras impresiones y posibles prejuicios que pueden influir, en el inicio del acto comunicativo, en la conducta e interés del receptor hacia nosotros y hacia la acción que vamos a desarrollar. Por lo tanto, es muy importante cuidar detalles como nuestra indumentaria o aspectos relativos al aseo personal siempre y cuando queramos que nuestra apariencia personal facilite comportamientos comunicativos favorecedores por parte del resto de interlocutores participantes en la situación comunicativa.

·        La primera impresión:

Nunca se tiene una segunda oportunidad de dar una primera impresión.

Como ya hemos dicho anteriormente, es imposible no comunicarse. La primera impresión es un proceso de percepción de una persona por otra que transcurre en muy poco tiempo. Habitualmente no somos del todo conscientes ni de la emisión ni de la recepción de las informaciones que la configuran:

- Que aspecto tengo: 55%
- Como hablo 38%
- Que digo 7%

El tiempo en que fragua la primera impresión varía entre 2 y 4 minutos en el encuentro cara a cara, y escasos segundos en el telefónico. Abarca tres campos, con muy distinto peso en el conjunto final de la impresión: A estos hay que añadir un cuarto: Cómo escucho, que completa el circulo de la comunicación. Cuanta más congruencia haya entre lo que decimos y la forma en que lo decimos, más favorable será la primera impresión que causemos.


Componentes de la primera impresión

1.     Qué aspecto tengo (lo que ven, comunicación visual)

• Color de la piel, estrato social.
• Sexo
• Edad
• Apariencia (biotipo, postura, pelo, vestido, accesorios, olores, colores)
• Expresiones faciales
• Contacto ocular
• Movimientos
• Espacio personal (corpulencia, altura, peso; posturas; distancias; objetos)
• Tacto (piel, tejidos, posibles contactos)

2.     Cómo hablo

• La voz. En el caso del contacto telefónico se convierte en casi única fuente de información, con la que tratarán de cubrir las lagunas que aportaría lo visual, la teórica primera fase.
• Rapidez
• Volumen. Tono o Altura.
• Calidad o Timbre
• Articulación o dicción

3.     Qué digo

• Las palabras. Cómo enfoco los asuntos. Qué pienso y cómo lo expongo.
• Lo negativo: términos de relleno, expresiones restrictivas, términos exclusivos
• Lo positivo: estilo directo y afirmativo; no restrictivo, salvo que lo entendamos idóneo; sin disculpas ni evasivas; más simple en su sintaxis que por escrito, organizado; coloquial, conciso, animado; breve y puntual; incluso "participativo".

4.     Cómo escucho

• No interrumpir (si nos interrumpen debemos hacernos respetar)
• Dar señal de retorno, oímos y entendemos su mensaje
• Utilizar los términos del interlocutor. Responderle.
• Demostrar interés pidiendo aclaración a lo que oímos.

Como síntesis, nos interesa conocer los mecanismos de la primera impresión para utilizar eficazmente esa fuente de información. Saber todo lo que estamos "diciendo" a los demás, para que actúe en nuestro favor. Y conocer qué impactos recibimos, por qué reaccionamos de una manera determinada.

Todo ello sin forzar la realidad propia o ajena, con naturalidad expresiva y receptiva. Las "interpretaciones", en los dos sentidos de la palabra, sólo son buenas para los actores y para los obligados a juzgar.

 
5.     Ropas y colores:

Los colores frecuentemente están asociados con estados de ánimo o emociones, nos afectan psicológicamente produciéndonos ciertas sensaciones.

Las ropas y los colores que escogemos para vestirnos, reproducen con mucha fidelidad la imagen de nuestro interior, o el momento que estamos pasando. En general, las personas que optan por colores calientes y claros son extrovertidas, expansivas, modernas, inquietas y con características de la juventud. Aquellas que escogen los colores fríos con tonalidades oscuras revelan: seriedad, trabajo, aplicación, compromiso, sobriedad, pero dependiendo del local (clubes, playas, etc.) pueden revelar: falta de osadía, recato, depresión, introspección, quietud y una probable tristeza o recogimiento momentáneo.

El color azul, fomenta la seguridad y la confianza, reduce el estrés favoreciendo la relajación. Es un color de paz. Se asocia con estabilidad  profundidad.

El color rojo, es intenso a nivel emocional, representa la pasión, el deseo, el amor, es excitante, aumenta la presión sanguínea, el interés, el entusiasmo y acelera el metabolismo.

El color verde, transmite estabilidad, constancia y crecimiento, a nivel emocional se relaciona con la seguridad.

El color amarillo, transmite sensaciones agradables y alegres. No es adecuado para sugerir estabilidad  seguridad.

El color naranja, representa entusiasmo, felicidad, alegría, creatividad y estímulo. Es recomendable para comunicarse con adolescentes.

El color negro, representa poder, elegancia, formalidad, autoridad, fortaleza y misterio.
El color blanco, tiene una connotación positiva y transmite serenidad, seguridad, limpieza y pureza.

Puede estar seguro que la observación de los colores en su día-a-día hará que vea la vida de una otra manera, mejorando excepcionalmente la comprensión vibratoria de personas y ambientes.


1.1.         LA PROXÉMICA: el estudio y la percepción del espacio personal.

Edward T. Hall estableció 4 zonas de distancia:

Distancia íntima (15-45 cm). Sólo se permite el acceso a personas con las que mantenemos relación emocional.

Distancia personal (46-1,22 m.). En esta distancia existe todavía el contacto físico si se quiere y el tono de voz es adecuado, normal. En ella participan amigos y miembros de la familia.

Distancia social (1,23- 3,60 m.). Es una distancia apropiada para compañeros de trabajo, típico de negocios y conversaciones con gente de la calle.

Distancia pública (superior a 3,60 m.). Adquiere la situación un carácter más formalista. Es típica de seminarios, comunicación a grupos.

Al igual que en el resto de elementos no verbales existen una serie de normas implícitas que vienen determinadas por la cultura en la cual participamos. No olvidemos, que cada cultura define y da un significado u otro a cada elemento de nuestra comunicación no verbal; por lo tanto no se puede afirmar la universalidad de la comunicación no verbal. 

La distancia física por sí misma comunica. Es estar muy cerca de una persona puede ser interpretado por la otra como que buscamos algo más que una relación  de amistad. Por  la otra parte, puede ser interpretada como un comportamiento agresivo  ya que estamos invadiendo el espacio íntimo de dicha persona (en el caso de que no nos haya dado el visto bueno para hacerlo). Por lo tanto, al iniciar y mantener conversaciones con otras personas establecemos, inconscientemente, un espacio o una distancia física que, visto desde fuera, informa sobre el tipo de relación comunicativa y social que se está estableciendo entre los dos interlocutores.

Dentro del espacio físico podríamos ubicar también el contacto físico o corporal, siendo éste la forma más íntima de comunicación.

En general: es más probable que la gente se toque cuando: se da información, consejo u órdenes, se pide un favor, se intenta convencer a alguien, la conversación es profunda, se asiste a acontecimientos sociales, se reciben mensajes de preocupación, se mandan mensajes de excitación.

En resumen, el contacto físico o corporal indica proximidad y solidaridad cuando se emplea con el consentimiento de ambas partes; y estatus y poder cuando se da en una sola dirección  o por sólo uno de los participantes.


a.1) La vecindad y las distancias

La presencia continuada hace nacer una amistad. Con las personas queridas disminuye el propio territorio. Y la corta distancia provoca nueva intimidad. Entre vecindad y afecto se establece un doble vínculo de causa y efecto.

En caso de repulsión, por el contrario, crece la molestia mutua y el sentido de propiedad territorial. La proximidad se hace insufrible. Se procura la distancia y ésta enfría la relación.

Los que están sentados cerca van intimando y solidarizándose, aunque no hablen entre sí. Los que no desean crear relación huyen en cuanto pueden. Entre el presentador o profesor y los asistentes de las primeras filas se establece una mayor comunicación, tanto informativa como de relación personal.

Cuando los seres vivos se encuentran, la mutua percepción provoca una cadena de acciones y reacciones que intentan uno de estos dos objetivos: ocultarse o darse a conocer, incomunicarse o comunicarse.

La mesa, el atril, se interponen como una distancia y protección. Las manos ocultas u ocupadas con algún instrumento, revelan miedo o reserva. Las manos abiertas, tendidas hacia adelante, muestran no estar armadas, ni crispadas en forma de garra, pezuña o hacha. Abrochar, desabrochar un botón de la camisa o de la chaqueta puede significar cierre o apertura de una situación de confianza.

Inclinar la cabeza hacia un lado significa confianza y atención. El perro adopta esta postura al reconocer la voz de su amo. Si alguien nos escucha de esta manera, nos demuestra su interés y aceptación. Nos presenta la yugular en señal de entrega. Atender es una muestra de amistad indefensa.


1.2.         En relación a LA CRONÉMICA la concepción y uso del tiempo (pausas y silencios), se ha hablado de tres tipos de ella.
  • Se habla de cronémica interactiva a la duración de diversos signos usados en la comunicación,  la mayor o menor duración de un saludo o despedida, de un abrazo, de un beso. Son señales que pueden variar el sentido de lo expresado verbalmente, o reforzando su significado o cambiando su sentido.
  • Si nos referimos a la cronémica conceptual hablaremos de la importancia que se le da al tiempo, de la apreciación que hace el individuo del mismo dependiendo de su cultura; valores como puntualidad/impuntualidad; prontitud/tardanza, enseguida, ahora, en un momento, etc.
  •  Y en cuanto a la cronémica social, depende directamente del concepto que se tenga del tiempo. Estrechamente ligada a las reuniones sociales, duración de una visita; estructura de las tareas diarias como desayuno, almuerzo, cena; si tardo el mismo tiempo en hacerle una visita a un amigo o en acudir a una entrevista de trabajo. 
  • Cronémica Social: depende directamente del concepto que se tenga del tiempo. Está relacionado con los encuentros sociales (la duración de una visita, de una entrevista de trabajo, de una reunión); la forma de estructurar las actividades diarias (desayunar, almorzar, cenar); o determinadas actividades sociales (llamar por teléfono, pasear, estar en un parque o plaza).





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