EL
CEREBRO
¿Qué es el cerebro? A primera vista vemos que se trata de una pequeña
masa gris, gelatinosa, uniforme, sin apenas movimiento y protegido por una sólida
bóveda, que pesa menos de kilo y medio. Si buscamos una definición de este
órgano en el diccionario encontramos que se trata de una materia nerviosa que
ocupa el cráneo de los vertebrados y es el asiento de las sensaciones, así como
el principio de los movimientos voluntarios.
HISTORIA
DE NUESTRO CEREBRO
Hace
más de 200 millones
de años, la serpiente poseía ya los embriones de un cerebro: una estructura
orgánica que, sin que interviniera el menor control consciente, preservaba la
vida de su cuerpo de Una forma automática (regulando, por ejemplo, la
respiración, los latidos del corazón, y asegurando su protección contra las
amenazas externas).
Controlado por el sistema nervioso visceral, nuestro cerebro primitivo
ha conservado sus poderes, que han viajado hasta nosotros a través de la
evolución de las especies. Así, profundamente encerradas y escondidas en el
seno del cerebro actual, estas estructuras primitivas continúan protegiendo
nuestra vida.
Este cerebro se conoce comúnmente como cerebro reptiliano, en recuerdo de sus antiguos poseedores. Sus
funciones no han cambiado. Se encarga de mantener el equilibrio de la vida
instintiva (asegurando así, y sin que nosotros tengamos que preocuparnos, la
buena marcha de nuestro organismo). Por ejemplo, mantiene la aportación de
oxígeno necesaria para el cerebro y el resto del organismo, y controla el
funcionamiento de nuestro aparato digestivo.
Su función es la de mantener despierto nuestro instinto de conservación.
En efecto, guarda en su memoria los peligros afrontados por nuestros ancestros
(de las serpientes al hombre de las cavernas, el cual debía conservar su vida
gracias a la movilización de todos sus reflejos para atacar o huir), según la
evaluación del peligro o de la posibilidad de victoria (transformando así
automáticamente el cuerpo en una ciudad inexpugnable, en una batalla gloriosa
o bien en una huida rápida y prudente). También controla buen número de
comportamientos y reacciones.
Más tarde se desarrolló una aglomeración de células. Se trata del
minúsculo hipotálamo. Oculto
en el centro del cerebro, se encuentra junto al cerebro reptiliano instintivo.
El hipotálamo controla las motivaciones primarias como el hambre, los impulsos sexuales, el miedo, la
alegría o la ira... Además recibe un conjunto de informaciones que provienen del organismo, pero también otras del entorno,
y las integra.
Su segunda función consiste en
ser un organismo de regulación. Es decir,
emite decisiones que permiten al organismo asegurarse un
funcionamiento armonioso y una buena adaptación al entorno. De ahí que controle los principales impulsos inconscientes. Por ejemplo,
juega un papel importante en nuestras reacciones al estrés y/o la relajación.
Los
mamíferos inferiores nos han legado un cerebro suplementario, que recubre la
parte reptiliana. Permanece invariable en todos los mamíferos, incluso en nosotros.
Esta herencia recibe el nombre de sistema
límbico. Esta parte del celebro está relacionada sobre todo con nuestra
esfera emocional, que puede estar orientada hacia el interior o hacia el
exterior.
En este centro nervioso se registran las sensaciones, impresiones y
emociones. Igual que ocurre en los cerebros instintivos, en el sistema límbico
las manifestaciones nos llegan sin que las hayamos buscado o provocado
conscientemente.
De él
provienen también nuestros sentimientos de bienestar o de angustia. Pero cuando
aprendemos a positivar nuestros pensamientos, es el encargado de conseguir el bienestar y el placer que le
proponemos.
Y ahora, pasando a la capa más externa del cerebro, la más reciente
también (es la que nos diferencia de los animales), descubrimos la corteza cerebral o córtex.
Es en la corteza donde se elabora el yo, la consciència
de nosotros mismos y de nuestro entorno. También es donde nuestras elecciones
se hacen posibles, así como la responsabilidad
de poder realizarlas. Gracias a la corteza cerebral podemos planificar, evaluar
y juzgar la posibilidad de dirigir nuestros pasos voluntariamente hacia las
metas que nos hemos fijado.
·
Mencionaremos
algunas de las zonas corticales:
- Las zonas en las cuales tiene lugar toda la actividad intelectual,
psíquica: permiten controlar los pensamientos, los sentimientos de una persona,
en relación con el mundo exterior.
- Las zonas del lenguaje, de la memoria.
- El lóbulo frontal: donde se encuentra la inteligencia y las funciones más
elevadas del ser humano. En
ese lugar se analizarán las situaciones, las tomas de decisiones para realizar
las conductas más adaptadas al objetivo conscientemente elegido.
- El córtex puede elaborar pensamientos nuevos para campos de
experiencias nuevas casi hasta el infinito. En una expansión de la consciència,
las neuronas que se encuentran a la
espera y que hasta ahora no han sido utilizadas se asociarán en combinaciones
creativas.
Nada es irreversible ni está sometido irremediablemente a la herencia
O al destino. Podemos decidir si queremos cambiar: para ello sólo debemos
aumentar nuestra capacidad.
Es suficiente con comunicar esta nueva visión a nuestro cerebro para
que él la lleve a cabo (según ciertas condiciones).
Gracias a las técnicas
modernas de exploración cerebral, se sabe ahora que los lóbulos frontales
desempeñan un papel importante en todas las operaciones mentales de alto
nivel. El tamaño de los lóbulos frontales aumenta con la evolución de las
especies animales. El ser humano es el que presenta un mayor desarrollo de
estos lóbulos, lo que explica su capacidad para producir las actividades
intelectuales más complejas y que le son específicas (lenguaje, inteligencia,
reflexión...).
La percepción de un objeto implica previamente la construcción de una
imagen tridimensional (longitud, amplitud y profundidad). El objeto es
reconocido en las zonas-memoria, que lo transferirán a los lóbulos frontales,
los cuales le darán un significado.
Memoria y semántica están indisociablemente ligadas: al mismo tiempo
que nuestro cerebro reconoce una cosa y
la almacena en un depósito, la califica mediante palabras como «flor» y
«rosa», por ejemplo. Nombra lo que reconoce.
El mundo neuronal
El cerebro, como todos los organismos vivos, está compuesto por
células o conjuntos de moléculas, que son a su vez conjuntos de átomos. Estas
células nerviosas, cuyo número varía entre diez y cien mil millones según los
métodos de recuento utilizados por distintos autores, reciben el nombre de neuronas.
Aunque diferentes por su forma y dimensión, estas neuronas presentan
características comunes. Cada una de ellas está constituida por un cuerpo
celular delimitado por una membrana, y presenta un núcleo y un citoplasma. En el núcleo se encuentra el ADN (ácido desoxirribonucleico), que
contiene la información necesaria para la fabricación de la neurona.
Pero la neurona no se parece a ninguna otra célula. De hecho, está como abollada y llena de aristas, y recuerda a una especie de estrella mal formada, o incluso a una estrella
fugaz, puesto que posee una larga prolongación:
una especie de cola que termina en una ramificación, semejante a las ramas de
un árbol.
Esta prolongación de la célula nerviosa se llama axón. Pero además, cada arista del cuerpo celular tiene otras ramificaciones más cortas: las
dendritas.
Los axones y las
dendritas se encuentran, se entrelazan y forman así una estructura viviente. Constituyen la sustancia gris, nerviosa.
Así como los vagones de un tren se unen por los
topes, las ramificaciones
más cortas de las neuronas, es decir, las dendritas, se empalman y se unen al
extremo del axón de otras neuronas.
Pero en realidad, aunque todas las neuronas están unidas entre sí,
siempre existe entre ellas un pequeño espacio infinitesimal que las separa. En
ese minúsculo espacio llamado espacio
sináptico es donde se produce una (chispa de electricidad, de
energía, que se une a otros millones de impulsos. Los procesos eléctricos
desencadenados por estos impulsos se asemejan a una especie de fuegos artificiales.
Cuando se movilizan ciertas agrupaciones de neuronas (especializadas
en determinadas tareas), sus largas prolongaciones son recorridas por ondas
eléctricas que se propagan por el sistema nervioso, permitiendo así, según las
sensaciones recibidas, conectar el cerebro que da las órdenes con los órganos
que las cumplen.
Pero también en el extremo de las ramificaciones del axón y en el
espacio sináptico se producen sustancias bioquímicas que se liberan por el
impulso sináptico, que se llaman neurotransmisores. Se transmiten mediante
ondas eléctricas y su misión consiste en excitar y movilizar los músculos u
órganos necesarios.
El conjunto de nuestros comportamientos (observar, caminar, hablar,
alimentarse, conducir un vehículo, reflexionar...) depende de múltiples
procesos de integración realizados por el sistema nervioso, constituido por el
cerebro, la médula espinal y los nervios.
De este cuerpo celular parten dos especies de prolongaciones: unas
cortas, múltiples y ramificadas llamadas dendritas, y una prolongación única, de longitud variable
(desde algunas decenas de micrones hasta más de un metro), denominada axón, que termina también en
ramificaciones. Las dendritas y los cuerpos celulares reciben los estímulos,
que después son transmitidos a lo largo de los axones.
Existen dos tipos de neuronas:
·
Las neuronas sensoriales (o aferentes), que transmiten las informaciones
captadas por los receptores
sensoriales (piel, ojo, etc., pero también los tejidos internos del cuerpo)
hacia la médula espinal y el cerebro.
·
Las neuronas motrices (o
eferentes), que aseguran el trayecto en el sentido contrario (transmisiones
desde el cerebro y la médula espinal hacia los músculos, los tejidos y las
glándulas).
Los axones procedentes de cientos o millares de neuronas se agrupan en
haces para constituir los nervios. Un
mismo nervio puede comprender al mismo tiempo axones de neuronas sensoriales y
motrices. Las neuronas están contenidas en una especie de tejido denso, «la
cola» o neuroglia, compuesta de células (gliales) que le aportan los elementos
nutritivos necesarios para su actividad y supervivencia.
Los miles de millones de neuronas que poseemos se encuentran
enmarañadas, interconectadas. Cada una de ellas puede estar conectada a otras
miles. Por ello pueden producirse miles de millones de interacciones, con lo
que las nociones de redes de neuronas y «redes de redes de neuronas» (Godaux)
garantizan las conexiones entre las diferentes zonas cerebrales.
La zona de contacto y transmisión entre una neurona y otra se
denomina sinapsis. En esta zona se opera la transmisión del influjo nervioso -es decir,
de la información- entre neuronas, por un fenómeno en el que se conjugan a la
vez la física y la química. Cada neurona está recubierta por una membrana que,
cuando se ve sometida al impulso eléctrico del influjo nervioso, modifica su
tensión -se dice que se «polariza»- y transmite este influjo. Cuando éste llega
a las ramificaciones del axón, provoca la liberación, a través de las vesículas presinápticas, de una
sustancia química que le ayudará a pasar hacia la siguiente neurona, y así
seguidamente. Esta sustancia química que desempeña la función de mensajero se
denomina un neurotransmisor.
Algunos neurotransmisores ejercen una acción excitante, otros
inhibidora. Hasta la fecha, los investigadores han identificado una cuarentena
de neurotransmisores, pero aún quedan muchos por descubrir. Uno de los más
conocidos es la acetilcolina. Está
implicada en los procesos de memorización (aunque no es el único) y está muy
extendida en una estructura subcortical, el hipocampo, del que se sabe su importancia en la adquisición de nuevas informaciones.
El hipocampo es especialmente vulnerable a ciertas afecciones cerebrales, como
el mal de Alzheimer. Algunos trabajos han demostrado que cuanto mayor es la
degeneración de las neuronas que producen la acetilcolina en esta región, más
graves son los problemas de los pacientes.
La circulación de los neurotransmisores es organizada y controlada
por el cerebro, que es el gran regulador: hace intervenir los enzimas que
transforman la composición del neurotransmisor y, además, programa la captación
y almacenaje de estos neurotransmisores en las vesículas presinápticas que,
como hemos visto, son los depósitos de los neurotransmisores.
Pero puede suceder que
el cerebro, tras sufrir diversos daños, no pueda desempeñar adecuadamente su
función reguladora, lo que puede comportar una serie de problemas. Tomemos el
caso de la dopamina, un
neurotransmisor muy conocido, que puede a la vez facilitar los movimientos
voluntarios y controlar ciertas actividades intelectuales y emocionales. La
insuficiencia de este neurotransmisor está relacionada con la destrucción de
una estructura llamada «sustancia negra», lo que origina la enfermedad de
Parkinson. Por el contrario, su hipersecreción se traduce en síntomas
psicóticos como los que se observan en la esquizofrenia. En el mal de Alzheimer
son varios los neurotransmisores deteriorados, aunque el más acentuado y
constante es la acetilcolina.
PARTES
DEL CEREBRO
El cerebro está dividido en dos hemisferios, el derecho y el
izquierdo, cada uno con diferentes características.
El hemisferio izquierdo,
analítico, es el responsable del lenguaje, del razonamiento lógico y del pensamiento
secuencial. Es el que domina las funciones que se consideran esenciales en el
trabajo intelectual.
El hemisferio
derecho se encarga de las funciones más pasivas o receptivas: la
intuición, los sentimientos y la imaginación. Procesa la información sobre
todo a través de las imágenes y de forma sintética, global e integradora.
Debido a que las principales fibras nerviosas se cruzan en este nivel,
el lado derecho de nuestro cuerpo es controlado por el hemisferio izquierdo, y
a la inversa. Esto se verifica cuando, por ejemplo, la parte derecha del
cerebro ha sido dañada por un accidente: surgen problemas en la parte
izquierda del cuerpo como parálisis parcial, hemiplejía, etc.
Gracias al cuerpo calloso, las informaciones que llegan a uno de los hemisferios
son transmitidas al otro. Al estar igualmente relacionadas entre sí las diferentes
zonas de ambos hemisferios, podemos considerar el cerebro como un sistema
integrado, que opera como una unidad conjunta.
El principal mecanismo
de funcionamiento de la memoria es la asociación. Cualquier nuevo dato,
concepto o imagen que desee entrar y permanecer en nuestro cerebro tendrá que
buscar otros ya existentes en él para asociarse a ellos. Aprender es establecer
nuevas y más complejas conexiones.
El cerebro no adquiere y almacena la información de una forma caótica: la organiza siguiendo una
lógica para que pueda ser recuperable y útil. Por ejemplo, si pensamos en un
coche, primero tendremos una visión del conjunto, y después, si queremos,
podremos recordar sus múltiples componentes siguiendo unas pistas: dentro
sabemos que hay un volante, un cuadro de mandos, una palanca de cambios,
asientos... Por fuera sabemos que hay puertas, faros, ruedas... Recordamos que
tiene un motor con diferentes partes: bujías, carburador, pistones... Y si nos
mencionan una de las partes (bujías) enseguida nos vendrá a la mente el
concepto y la imagen general (coche).
Esto quiere decir que si pretendemos adquirir unos determinados
conocimientos, deberemos distinguir las partes que lo componen y tener
una idea precisa del lugar que ocupa cada una de ellas dentro del conjunto.
Como norma general, los conocimientos deben asimilarse estructurada
y organizadamente, de forma que queden claras las imágenes de conjunto. A partir
de ellas se va hacia lo particular.
Como
podemos suponer la conexión con el sistema nervioso
determina que el hemisferio izquierdo controla la parte derecha del cuerpo, y
el hemisferio derecho controla el lado izquierdo. Cada parte del cerebro está a
cargo de diferentes procesos mentales:
Hemisferio izquierdo Hemisferio derecho
Lógica Ritmo
Razonamiento Música
Lenguaje Imaginación
Números Imágenes
Análisis Color
Linealidad Reconocimiento de
formas
Abstracciones Creatividad general
Como se ve, a diferencia de lo
que se pensó en un principio, lejos de ser tonta, la mitad derecha del cerebro
es simplemente muda e iletrada. En realidad, percibe, siente y piensa a su
manera, que en algunos casos puede ser superior. El único problema es
comunicarse con ella en forma no verbal, como si fuera un animal sumamente
inteligente.
Cada hemisferio está dividido por hendiduras y circunvoluciones en
cuatro lóbulos, responsables de funciones específicas. Muy esquemáticamente, se considera que los lóbulos occipitales intervienen en la
percepción y el tratamiento de las informaciones visuales, los lóbulos parietales en el tratamiento de las
informaciones sensitivas, los lóbulos temporales
conciernen a las informaciones auditivo-verbales mientras que los frontales controlan la acción, las
decisiones y las capacidades de abstracción. Cada lóbulo comporta una zona
primaria sensorial o motriz, que está rodeada por otras pequeñas zonas
denominadas «asociativas». Estas desempeñan un papel preponderante en las
funciones superiores.
COMPORTAMIENTO
DEL CEREBRO
Bajo determinadas circunstancias el cerebro es capaz de segregar
sustancias como por ejemplo la adrenalina, que es básicamente la sustancia que
es provocada por el estrés: ese estado de tensión que permite conseguir una
máxima eficacia en un determinado momento movilizando músculos y órganos (para
no perder un tren, ganar una carrera...). Pero el estrés también puede ser
perjudicial si las tensiones se acumulan sin descargarse, causando angustia,
irritabilidad, malestar.
Existe otra sustancia química, otro neurotransmisor, que produce el
efecto contrario: la relajación. Se trata de las endorfinas, descubiertas recientemente, que poseen la
propiedad de apaciguar, calmar el dolor y proporcionar bienestar.
Es del cerebro de donde proceden las órdenes. Es él quien mantiene el
control de todos los procesos fisiológicos, voluntarios o no. También es el
centro de nuestra inteligencia y de nuestra sensibilidad. Al recibir información, el cerebro la analiza y envía las respuestas
adecuadas.
Así pues, gracias a las neuronas, el cerebro recibe y después transmite
los impulsos que corresponden a lo que (consciente o inconscientemente) nos
proponemos realizar. Es este flujo de energía el que permite que se manifieste
la vida. El desarrollo de la consciència
le permite al ser humano reconocer la realidad
de la vida, y mejorarla para su propio beneficio y para el de la comunidad.
Sabemos que el cerebro produce continuamente corrientes en forma de
energía eléctrica. En él se encuentra una pequeña central que fabrica nuestra
electricidad interna.
Hace algunas decenas de años, a los científicos se les ocurrió medir
estas ondas. Idearon un aparato electrónico, en el cual unos electrodos sujetos
al cráneo (de manera totalmente indolora) captaban estas ondas.
Las ondas se recogían en un electroencefalógrafo,
que es el nombre del aparato. Un dispositivo situado sobre un papel
especial trazaba las pulsiones
eléctricas del cerebro de una persona. Así, una persona relajada o hiperactiva,
dormida o despierta, manifiesta su estado de consciència a través de su electroencefalograma. De ese modo se ha podido
clasificar un determinado número de trazos
típicos, bien característicos.
Comenzaremos por examinar aquellos que nos ofrecerán, un poco más
tarde, el máximo interés. Se trata
de los trazos de las ondas llamadas alfa. Sobre el papel, salta a la vista que estas ondas son
regulares en su gran amplitud y en su
periodicidad. El cerebro en ese momento funciona al ralentí. Estas trazas están
asociadas a los estados de relajación, unidos a un bienestar psicológico.
Otras ondas han sido llamadas (siempre convencionalmente) beta, con frecuencia más corta, y amplitud inferior. Existen irregularidades en esta frecuencia. Estas
ondas son producidas en períodos de actividad, en alerta dinámica.
La aparición de ondas llamadas teta
se caracteriza por una frecuencia inferior a las alfa pero con mayor amplitud.
Y por último las ondas delta: son las del sueño más
profundo, también acompañan a ciertas enfermedades. Son las que poseen la
frecuencia más débil (más débil según se acerca al coma) donde el pulso y la
respiración son muy bajos.
Trabajos y experimentos han permitido
descubrir que tenemos, cada uno de nosotros, la capacidad de modificar los
trazos de nuestras ondas cerebrales.
Podemos enviar órdenes y nuevos mensajes al
cerebro. En lo que concierne al córtex, la cualidad de pensamientos positivos y
una visión armoniosa de las capacidades pueden, efectivamente, modificar
nuestros circuitos. De la misma manera, podemos aprender a dirigir nuestros
procesos vegetativos internos. La condición esencial para este logro es «entrar
en alfa», es decir, controlar la relajación “muscular”, la respiración pausada
consciente (que aleje preocupaciones y pensamientos activos). Un estado
receptivo y apaciguado permite al cerebro relajar las tensiones y restablecer el equilibrio armónico de
todas las funciones del ser.
Por
regla general, el hemisferio derecho domina todo lo relacionado con la
motricidad y la sensibilidad. Al izquierdo, en cambio, se le atribuye el
lenguaje; pero también la comprensión,
que nace del análisis y de la síntesis.
En general (salvo en los casos de educación acertada), el hemisferio
que domina casi no concede importancia a su alter ego, al que a menudo prefiere ignorar.
Cuanto más éxito alcanza uno de los dos, más tiende a obstaculizar el
buen funcionamiento del otro. Es por esto que, para desarrollar y ejercer
nuestro talento, a menudo limitamos nuestra capacidad global.
El funcionamiento
cerebral
Nuestro patrimonio genético define los límites de nuestro
potencial cerebral, pero parece razonable considerar que el medio interviene en
el devenir de ese potencial. Múltiples son los ejemplos que demuestran que la
misma situación vivida por diversos individuos no da origen a una misma
historia.
Así pues, los factores
personales, el medio social y la educación de cada persona interfieren en el
patrimonio genético. Estas interacciones intervendrán tanto para facilitar
como para frenar la adquisición y el desarrollo de una determinada función
cerebral, aptitud artística o capacidad profesional.
Cuando percibimos
informaciones visuales, auditivas o de cualquier otro tipo, activamos la
asociación de un gran número de datos previamente memorizados. Es la asunción
de todas esas asociaciones la que da un sentido al objeto que percibimos: sólo
podemos identificar lo que conocemos previamente. Entramos en este punto a
tratar el concepto de cultura entendido como la capacidad a partir de estímulos
e informaciones externas que recibimos desde que nacemos a la actualidad y que
almacenamos bien de una manera consciente o inconsciente.
LA PSICOLOGIA DE LA MEMORIA
Nuestra mente es compleja y tiene capacidades conscientes y subconscientes. Por este motivo puede actuar de ambos modos.
La CONSCIENCIA la usamos
exclusivamente para razonar y para elegir, y a veces también para pensar (el pensamiento está controlado
básicamente por nuestro subconsciente). Así, el razonamiento es
el resultado de la actividad mental de razonar, es decir, un conjunto de
proposiciones enlazadas entre sí que dan apoyo o justifican una idea. El
razonamiento se corresponde con la actividad verbal de argumentar. En otras
palabras, un argumento es la expresión verbal de un
razonamiento. Además, nos permite emplear
todos los elementos de la experiencia situada en el cerebro, para unificar en
su cuerpo la mente y el espíritu. Es la consciència quien gobierna nuestra integridad, es una manera silenciosa que
tenemos de hablar con nosotros mismos, de vincularnos con nuestra propia
experiencia y de comprenderla.
En el SUBCONSCIENTE,
en cambio, reinan sensaciones diferentes, y aquí es donde residen
principalmente la memoria, los sentimientos y la imaginación, por lo que es donde nos vamos a
centrar de manera especial. Las
imágenes y en especial aquellas que tienen movimiento se recuerdan mucho mejor
que las palabras, y con ellas podemos hacer miles de asociaciones. También aquellas situaciones que nos
han causado sorpresa o bien una intensidad emocional muy fuerte (ganar una
lotería, comprarte un ferrari, la pérdida de un ser querido…) dejan en nosotros
una huella en el subconsciente que fácilmente podemos recuperar y que podemos
revivir y asociarlo con aquello que queremos memorizar.
Lo que proponemos es que asociemos aquellas cosas que nos afectan o
que conozcamos a la perfección y que hayan dejado en nosotros un recuerdo que
no olvidamos que a veces será concreta y conocida y otras veces será absurda y
extraordinaria.
Es importante practicar
la visualización las veces que haga falta, no sólo para desarrollar esta
capacidad y que nos resulte más fácil realizarla, sino porque cuanto más
repitamos una imagen mental, más se nos grabará en la memoria y mejor la
recordaremos. Igualmente, la práctica de la visualización de los objetos o de
las situaciones hará que los recuerdes con más precisión y exactitud, pues más
atención habrás puesto en ellas.
Cuando ya domines el arte de la imaginación, aplícalo a todas las
áreas de tu vida. Si estás estudiando, no te aprendas el material tal cual, usa
tu imaginación: ¡vive las asignaturas! Por ejemplo, si estás estudiando
Historia intenta visualizar todo lo que pasó como si estuvieras viendo una
película, o mejor aún, como si tú estuvieras allí: te será fácil, te aporta
muchos detalles.
LA MEMORIA
Es la capacidad mental que nos permite guardar o retener una información o
conjunto de datos.
La memoria funciona como un almacén (entran y
salen datos continuamente),
y, como dije anteriormente, reside en la parte de la mente que llamamos subconsciente. Buena prueba de
ello es que todo lo que vamos viendo o detectando por cualquiera de nuestros sentidos a lo largo del día es almacenado o memorizado
inconscientemente. Otra forma de demostrar que esa capacidad de almacenaje de datos reside en
el subconsciente viene dada cuando a veces, en distintas circunstancias nos vemos incapaces de
controlar nuestra memoria. Por ejemplo, en la realización de ciertos exámenes importantes. Desde el punto de vista psíquico, el factor más importante de la memoria
es la REPRESENTACION, que consiste en reproducir pasadas percepciones y
experiencias en la forma de imágenes mentales o, permítasenos la frase,
‘pinturas en el ojo de la mente’, que nos releva de la necesidad de percibir,
directa e inmediatamente, un objeto, cada vez que deseamos o somos impulsados a
pensar en él. Estos procedimientos, mediante los cuales se hace posible lo
indicado, se llaman procesos de REPRESENTACION, porque por medio de ellos las
pasadas experiencias de la percepción son PRESENTADAS de nuevo a la conciencia.
(EL SUPREMO PODER
FASES DE LA MEMORIA
Generalmente, se suelen
distinguir tres fases en la memoria:
El proceso de memorización sería el siguiente:
• En primer lugar, se racionaliza
y/o se asocia para fijar la información.
• A continuación, se conserva, de
una manera temporal o permanente.
• Por último, llegado el caso, se restituye;
es decir se evocan, se reviven estos recuerdos que constituyen
contenidos personales
TIPOS DE MEMORIA
· Atendiendo al tiempo que somos capaces de retenerla:
A)
De CORTO PLAZO, cuando, por ejemplo,
nos dicen todos los dígitos de
un número de teléfono y sucede que, si no los anotamos inmediatamente, se nos
olvidan, pues solamente somos capaces de poder retenerlos durante unos pocos
segundos. A veces nos repetimos dicho número
para nosotros, de forma incesante, para escucharlo de nuestra propia
voz y así poder recordarlo mejor hasta que lo anotemos.
La memoria de los hechos recientes es la más frágil, la más vulnerable
al envejecimiento natural y a las patologías. No existe una frontera rectilínea
entre las memorias de los hechos recientes y antiguos. La memoria de las
personas está inscrita en el tiempo de forma continua. Pero la memoria no es
fija, consiste en un conjunto de sistemas dinámicos en perpetua construcción y
reconstrucción. Podemos recuperar nuestros recuerdos tanto de forma fidedigna
como deformados. Así pues, las interacciones son más o menos constantes entre los
estados vividos con anterioridad y nuestros estados actuales.
B) De MEDIO PLAZO, cuando la información se retiene uno o dos días a
lo sumo.
C) De LARGO PLAZO, cuando es retenida meses o años y solo requiere de pequeños estímulos para mantenerla nítida
en nuestro recuerdo. A modo de
ejemplo puede valemos el nombre de la ciudad donde nacimos, la imagen de
la cara de un hermano o la voz de nuestro padre.
Aquí se guarda todo,
absolutamente todo lo que sabemos, y cómo podemos imaginar, su capacidad es ilimitada,
así como su duración. Dentro de esta debemos de diferenciar distintos tipos de
memoria como son:
- Memoria
implícita o procedimental: se
define como la memoria del «saber cómo», y se refiere a la habilidad de
recordar cómo hacer las cosas. Aprendizaje de tareas perceptivomotoras, no
accesibles directamente a la consciencia.
- Memoria
explícita o declarativa: se define
como la memoria del «saber qué», y almacena distintos tipos de conocimiento.
Datos y hechos directamente accesibles a la consciencia. Se puede dividir en
dos:
- Memoria
semántica: es la memoria del
significado, el lugar donde almacenamos todo nuestro conocimiento sobre el
mundo, incluyendo todos los conceptos, las reglas, las leyes que lo rigen y el
lenguaje.
- Memoria episódica: es donde almacenamos nuestras experiencias pasadas, e incluye detalles
sobre el momento y el lugar donde adquirimos la información. Dentro de ésta se
encuentra la memoria prospectiva, para
recordar acciones o planes que debemos hacer en el futuro.
- Metamemoria: se refiere al conocimiento personal sobre la propia memoria, lo que
sabemos cada uno de cómo funciona o cómo falla nuestra memoria. En definitiva,
es analizar nuestro potencial memorístico con todos sus puntos positivos o
vulnerables hasta llegar al detalle. Se refiere a conocer cómo aprendemos,
saber cómo saber y saber sobre el saber.
Por último, el término codificación engloba todas las actividades
cerebrales destinadas a transformar las informaciones en representaciones
mentales más o menos estables, temporales o definitivas. Para que una información
codificada se convierta en un recuerdo duradero es preciso que se consolide. La inteligencia asegura otro sistema de consolidación: la integración de
informaciones nuevas a otras antiguas, debido por ejemplo a su similitud o a
una relación lógica o afectiva entre ellas, favorece su consolidación. Del
mismo modo, una emoción importante aumenta la consolidación de una información:
olvidamos con mayor facilidad los acontecimientos que nos dejan indiferentes
que los que nos sorprenden de manera notable.
A nivel más general, es la afectividad (sorpresa) la que hace
selectiva la memoria al determinar la elección de lo que será codificado y
consolidado de una forma temporal o duradera. La historia personal de cada uno
es la que explica que los mismos sucesos no sean nunca memorizados del mismo
modo por individuos diferentes.
ORGANOS
SENSORIALES RECEPTORES DE LA INFORMACIONES
Las informaciones sensoriales (esto es, captadas por los órganos de los
sentidos) raramente son «puras». Por ejemplo, las informaciones visuales son
en muy contadas ocasiones exclusivamente visuales. No nos limitamos a ver:
sentimos y oímos al mismo tiempo. Estas informaciones aparecen, por lo
general, combinadas.
Anteriormente hemos visto también que memoria y semántica son
indisociables: atribuimos un significado a lo que percibimos. La memoria semántica designa el recuerdo de los
hechos culturales y los conceptos. La función lenguaje permite al pensamiento
expresarse y comunicarse a través de la palabra, la escritura o, de forma más
genérica, por cualquier sistema de signos o símbolos. Así pues, la memoria verbal designa las relaciones entre
las funciones memoria y lenguaje.
También interviene la inteligencia. Se emplean los términos memoria lógica o asociativa para designar la aptitud para memorizar analogías,
establecer relaciones y elaborar asociaciones. El papel de la inteligencia
consiste en estructurar y organizar las informaciones.
·
Atendiendo
al sentido por el que percibimos el
tipo de la in
formación a memorizar. Así, la memoria puede ser:
formación a memorizar. Así, la memoria puede ser:
- VISUAL, es la más importante y poderosa de todas, y
gracias a
ella podemos recordar las cosas que vemos. En el caso de un
estudiante que está leyendo un texto, su mente puede proceder
a transformar esas palabras que ve escritas en imágenes, las
cuales forman la llamada memoria fotográfica (que no debe ser
confundida con la memoria eidética), siempre y cuando esta
persona haya conseguido adquirir la destreza necesaria.
ella podemos recordar las cosas que vemos. En el caso de un
estudiante que está leyendo un texto, su mente puede proceder
a transformar esas palabras que ve escritas en imágenes, las
cuales forman la llamada memoria fotográfica (que no debe ser
confundida con la memoria eidética), siempre y cuando esta
persona haya conseguido adquirir la destreza necesaria.
Mientras una persona está
leyendo se van produciendo una serie de
enlaces, más o menos lógicos, de todos los datos que lee. Estos son interpretados
por su mente subconsciente junto con los datos que esa persona memorizó
anteriormente o que ya tenía adquiridos desde una época pasada. El estudiante solo aprende cuando es capaz de
razonar y de comprender lo que está memorizando.
Respecto al concepto conocido
como memoria fotográfica es
cierto que todos tenemos la capacidad para hacer o recordar pequeños flashes
fotográficos, que perduran unas décimas de
segundo en nuestra memoria, aunque pueden ser desarrollados con el
entrenamiento.
En cualquier caso, la memoria
más fuerte será aquella basada en imágenes, y más aún la que se componga de
imágenes que posean movimiento, lo que algún autor vídeo mental. Sin duda, esta es la
mayor arma memorística que todos los humanos poseemos para memorizar y también para poder leer velozmente.
- AUDITIVA, una memoria muy usada
diariamente y que nos permite, por ejemplo, memorizar y recordar una canción.
Fíjate que en primer lugar se memoriza y posteriormente se recuerda, por
lo que, lógicamente, no podremos recordar nada que no hayamos memorizado con
antelación. A veces puede llegar a costamos recordar una información ya memorizada,
debido a ciertos mecanismos de censura inconsciente que poseemos y que son en
realidad sistemas defensivos que utiliza nuestra mente de vez en cuando (para
algunas personas lo hace con más frecuencia de la que ellos quisieran).
- GUSTATIVA,
sin necesidad de explicarla. ¿Quién no es capaz de recordar el sabor de su comida preferida?
Sobre todo cuando la está comiendo otra vez.
- OLFATIVA, gracias a ella y a
nuestro olfato podremos memorizar y recordar los olores.
- TÁCTIL, recordando mediante el
tacto las sensaciones que un día percibimos a través de nuestra piel.
La memoria del olor, del tacto y del gusto está más relacionada con
las emociones que producen estos sentidos que con el recuerdo de lo que
percibimos a través de ellos. Es decir, cuando olemos algo, es más fácil
acordarse de si nos gustaba o de si olía bien o mal, que acordarse del olor en
sí.
Lo mismo pasa con el gusto: recordamos mejor si nos gusta o no un
determinado tipo de comida más que el sabor real que tenía la misma; y con el
tacto, sabemos que un abrigo es calentito, pero nos es más difícil acordarnos
de la sensación que nos produce cuando lo llevamos puesto.
Esto ocurre porque son sentidos más evocadores de la memoria episódica
que de la memoria semántica. Así, el olor, el tacto y el gusto son sentidos
más evocadores de la memoria episódica que de la memoria semántica. Úsalos
como pistas para desencadenar el recuerdo.
Finalmente, hay otro tipo de memoria interesante, la llamada memoria QUINESTÉSICA,
la cual nos permite realizar todo tipo de acciones y movimientos musculares que ya tenemos asimilados de manera completamente inercial e inconsciente, como, por
ejemplo, andar, escribir o conducir un vehículo a motor.
INFORMACIÓN MEMORIZABLE
«Solamente» podemos memorizar una cosa: datos.
Los datos son
los componentes de una información, y la información más sencilla posible estará compuesta por un solo
dato. Por ejemplo, si yo digo:
«La capital de Francia es París» = «Francia, capital: París»
Orden: Enlace
(capital), foco mayor (Francia), foco menor (París).
TIPOS DE DATOS MEMORIZABLES
A) Datos
puros
Son aquellos en los que no existe ningún tipo
de relación ni de lógica entre
ambos focos. Estos datos cuyos focos no
están relacionados de manera lógica ni de forma más o menos predecible, y que hemos decidido llamar datos puros (porque
son pura y llanamente eso,
datos sin más).
Entre los datos puros más habituales encontraremos todas las fechas,
números, medidas, cantidades, etc. Estos datos solamente se pueden memorizar
mediante la técnica de acciones (o de asociaciones) inverosímiles.
B) Datos
secuenciales
Entre ellos existe una interconexión más o
menos lógica o predecible, ya
que obedecen a una determinada secuencia que a veces se puede incluso razonar o prever.
La manera correcta de memorizar una película (o un tema cualquiera) será viéndola entera varias veces, pero de un solo tirón,
y no estando con el mando del vídeo continuamente parándola, retrocediéndola y viendo las secuencias muchas
veces seguidas, como sucede cuando un estudiante coge un libro y lee
repetidamente un texto (o la misma página) una y otra vez, volviendo
incesantemente hacia atrás.
Al ver dicha película entera, sin
interrupciones, conoceremos mucho mejor
su idea general, la cual será el esqueleto o soporte de toda la información que nos transmita. Este soporte o
esqueleto estará constituido por todos sus datos secuenciales y, para
memorizarlos, nada mejor en este caso que la utilización de la técnica de la
repetición.
ACTITUDES
EN LA MEMORIZACIÓN
La
memoria está presente en todas las etapas de nuestra vida biológica y física:
desde los actos motores -voluntarios o no- más elementales hasta las
actividades intelectuales más sofisticadas. Todos nuestros comportamientos han
sido objeto de un aprendizaje o han necesitado la persistencia de rasgos
biológicos.
Los conceptos de conciencia, de integración del pasado al presente,
del yo o de la identidad personal, al igual que nuestras capacidades de
adaptación a las variaciones de nuestro entorno y de actuar sobre él, serían
incomprensibles sin hacer referencia a la memoria. Quien pierde sus señas
espaciotemporales pierde también su identidad.
· Poseemos
tres formas de memoria:
- La
memoria genética o memoria
de las informaciones contenidas en nuestros genes, recibidas antes del
nacimiento: se trata de nuestro patrimonio hereditario.
- La
memoria cultural que
constituye nuestros hábitos y costumbres, lo que llamamos civilización.
Corresponde al conjunto de conocimientos adquiridos por los hombres.
- La
memoria transaccional o memoria de las informaciones adquiridas en el transcurso de nuestra
existencia individual. Es a esta forma a la que nos referimos generalmente
cuando se habla de memoria. Es esta memoria la que nos interesa en esta obra y
sobre la que podemos actuar.
En el lenguaje corriente, la memoria designa la facilidad de recordar.
Se trata de una definición muy simplista incluso, ya que la realidad es mucho
más compleja. Utilizando una imagen, digamos que la mente es un iceberg cuya parte visible corresponde al recuerdo, y la
parte oculta, mucho más importante, a todas las operaciones conscientes e
inconscientes necesarias para la elaboración de ese recuerdo (en cierto modo,
su «maquinaria»).
El hecho de recordar
implica no sólo un contenido, es decir, una información (uno se acuerda de algo o de alguien), sino también un conjunto de operaciones mentales: sólo se
puede recordar lo que previamente se ha registrado y el cerebro ha consolidado
para poder conservarlo y utilizarlo ulteriormente.
· Tener
memorizado algo implica:
1.
Haberlo
registrado (por ejemplo leer algo)
2.
Consolidarlo
(por ejemplo repetirlo varias veces para memorizarlo)
3.
Recordarlo
(conociendo varias de sus facetas y características, comprendiendo lo que dice
y su contexto)
Estas tres operaciones (registro, consolidación y restitución)
constituyen esquemáticamente tres modos muy relacionados del tratamiento de la
información. Desde este momento, al hablar de tratamiento de la información nos
estaremos refiriendo a las distintas operaciones realizadas por el cerebro.
Constatamos así que el tratamiento de la información no implica sólo la función
memoria. Otras funciones se asocian a la memoria para tratar las informaciones.
Estas funciones se denominan cognitivas.
Son las funciones cognitivas las que, a partir de diferentes tipos de
información, garantizan todos nuestros aprendizajes: el manejo de un
electrodoméstico y de un ordenador, una lengua extranjera o la conducción de
un vehículo... Las principales funciones cognitivas son:
- la atención-concentración
- la percepción
- el lenguaje
- la memoria
- la inteligencia
Es
fundamental trabajar bien la información: ser conscientes de lo que estamos haciendo, prestar la máxima
atención, evitar interferencias (otras informaciones que estamos recibiendo al
mismo tiempo, por ejemplo ruidos del ambiente, imágenes, sensaciones
corporales, etc.) que distraen nuestra atención.
En la
fase de registro influyen diversos factores: atención, motivación, capacidad de análisis, creatividad,
pensamiento lógico, dominio de las emociones, relajación, etc.
Si esa información ha sido asimilada de manera significativa, es
decir, vinculándose con los conocimientos previos, tendrá muchas posibilidades
de entrar en la memoria a largo plazo.
1.- Motivación. Resulta más fácil memorizar aquello que nos interesa. A un
niño le resultará más fácil memorizar los nombres de los jugadores de su equipo
que las capitales de los países europeos. Por ello el estudiante debe
esforzarse y tratar de ilusionarse con sus asignaturas, buscarle su lado
positivo. Si desde el principio uno decide que cierta asignatura no la
soporte le va a resultar mucho más difícil su aprendizaje.
Por ello hay que promover el interés. Debemos pensar en los beneficios
que obtendremos gracias al estudio, ya sean inmediatos o a largo plazo. El objetivo a largo plazo
de la realización personal y/o profesional debe tenerse siempre presente, pero
en el día a día resulta de gran eficacia plantearse objetivos inmediatos.
El interés se define como una inclinación hacia alguien o algo,
como la curiosidad que una persona o una cosa provoca en alguien, y como la
atención que se pone en algo. Vemos que está muy relacionado con la
motivación: si algo nos interesa, eso ya es causa suficiente para que le
prestemos atención, para que nos motive hacerlo, estudiarlo e incluso trabajar
en ello.
2.- Relajación: Antes de
empezar a estudiar, es conveniente
recurrir a la relajación para recuperar un estado de plena concentración y
crear las condiciones necesarias para beneficiarse de las virtudes del
hemisferio cerebral derecho, al que generalmente se descuida.
La relajación actúa
sobre el excitado cerebro izquierdo y sobre el cuerpo, cuya tensión también es
origen de distracciones. Su principal efecto es detener el incesante diálogo
interior y ponernos en contacto con las regiones más receptivas y estables de
nuestra mente.
3.- Repetición. Repetir la información que se está
memorizando utilizando uno sus propias palabras. El esfuerzo que se realiza
al tratar de recordar la información, sus distintas partes, las ideas
principales y los detalles, y el intentar expresar esto con las propias
palabras es precisamente lo que ayuda a la memorización. Es un ejercicio
intenso, mucho más que leer un texto y tratar de repetirlo sin
comprenderlo, pero mucho más provechoso. Así para que una idea o un dato se retengan, nuestra mente necesita
ser «impactada» por dicha información varias veces.
Se puede haber
comprendido una materia y tener la sensación de que está bien grabada en
nuestra memoria, pero lo cierto es que si no la refrescamos cada cierto tiempo,
se corre el riesgo de perder muchos detalles.
Hay que evitar una
repetición mecánica (tipo "papagayo").
4.-
Significado. Antes
de comenzar a memorizar es fundamental comprender la información,
entenderla. Tratar de memorizar algo que no se entiende exige un esfuerzo
enorme y como mucho se consigue su memorización imperfecta (con
muchos errores) y a corto plazo (se pierde rápidamente).
Por ejemplo, si hay que memorizar una definición
es fundamental en primer lugar entenderla; sólo entonces se podrá memorizar
correctamente.
5.-
Organización. La
información convenientemente organizada resulta más fácil de memorizar.
Por ejemplo, es más
fácil memorizar los meses el año en orden cronológico que salteados. Si se
estudian los huesos del esqueleto es preferible seguir un orden: por ejemplo,
empezar por los huesos de la cabeza e ir descendiendo.
Cuando se estudian los
ríos de España es más fácil seguir un recorrido: por ejemplo, empezar por los
ríos que desembocan por el norte, descender por el Atlántico y terminar por el
Mediterráneo.
La
información bien organizada se puede almacenar y recordar con una gran
exactitud.
Por ejemplo, si en historia tenemos que estudiar
la expansión del Imperio Romano deberemos seguir un orden cronológico,
asociarla con los distintos emperadores, relacionarla con otros hechos
históricos del momento (por ejemplo, nacimiento de Jesús).
6.- La
elaboración de la información facilita la memorización: Cuanto más se trabaje la lección que se
pretende aprender más fácil resultará su memorización. La memorización
literal (al pie de la letra) solo se debe realizar en casos muy
concretos (por ejemplo, definiciones, fórmulas, leyes, etc.). Excluyendo
estos supuestos, la memorización debe pretender el ser capaz de desarrollar
con nuestras propias palabras el texto aprendido, y para ello es esencial
haberlo entendido.
7.-
Atención: La atención permite
seleccionar unos estímulos e ignorar otros. Es fundamental tratar de
reducir las posibles interferencias. Hay que estudiar en un lugar tranquilo,
sin ruido, que facilite la concentración. El lugar ideal es la propia
habitación, con la puerta cerrada y en silencio (sin música).
La
atención depende en gran medida de nuestro interés o motivación y del control
de nuestras emociones
(alegrías, preocupaciones, tristezas...). Las emociones pueden llegar a
bloquear nuestra mente, distrayéndonos de lo que estamos realizando. Se
puede ejercitar la atención, aprender a captar la información principal y
los detalles relevantes, saber distinguir lo importante de lo accesorio.
La
atención, aunque marginada de la cultura de la memoria, se asocia estrechamente
con ésta, pues, el más frecuente desarrollo de la memoria es proporcional al de
la atención. Cultivando la atención, usted cultiva entonces al mismo tiempo, la
memoria.
LA ATENCIÓN
·
Según Théodule Ribot:
“En el caso de atención espontánea el cuerpo entero
converge hacia su objeto, los ojos, las orejas, a veces los brazos; todos los
movimientos se detienen. La personalidad
está tomada, es decir, que todas las tendencias del individuo, toda su energía
disponible vira al mismo punto. La adaptación física y exterior es el signo de
la adaptación psíquica e interior”.
Su primer cuidado será entonces
dominar sus movimientos inconscientes. Los grandes nervios gesticulan, mueven
constantemente los pies y las manos, sobresaltan al menor ruido o a la menor
emoción. Las ideas atraviesan sin cesar su cerebro y ninguna de ellas puede
detenerse. En fin, ellas se conducen fácilmente. De no imitarlas y de imponer
la calma en sus reacciones musculares involuntarias, creará las condiciones
fisiológicas de la atención. Así es como lo dijo William James a propósito del
miedo, y esta anotación se aplica a un gran número de estados psíquicos en que
la emoción entra en juego, “no se huye porque se tenga miedo, sino que se tiene
miedo porque se huye”
Además, algunos movimientos
gimnásticos ejecutados lentamente con toda atención, ejercicios rítmicos de
respiración profunda, le ayudarán a vencer sus reflejos musculares inoportunos.
De
suerte que para fijar las ideas usted puede recurrir a la palabra, a la palabra
hablada y a la palabra escrita. La palabra mantendrá la idea en la mente y se
tornara, rápidamente, un centro de cristalización y de atracción
Por consecuencia, en la práctica,
es en voz alta y pluma a la mano como emprenderá un trabajo intelectual, un
trabajo de memorización por ejemplo que su mente entienda difícilmente. Las
lecturas adecuadas, elaboradas por uno mismo preferiblemente, les ayudaran
también a establecer un clima favorable.
La atención tiene un doble efecto:
A) CIRCUNSCRIBIR el objeto a conocer, limitarlo con precisión y reducir el
campo de nuestro trabajo mental, dividiendo los problemas para resolverlos
mejor.
B)
AGRUPAR las fuerzas intelectuales
en un mismo punto, y en vez de dejarlas diseminarse en distintas direcciones,
conducirlas hacia un mismo objeto. Estas dos razones bastan para explicar la
importancia de la atención y la beneficiosa influencia que ejerce en todo
trabajo.
Atender es ‘estar despierto hacia
algo’. Presupone disposición y desarrollo mental.
‘LA SUERTE NO EXISTE. LO QUE
USTEDES LLAMAN SUERTE ES LA ATENCIÓN A LOS DETALLES’.
Winston Churchill
‘La atención no es una función intelectual
específica, sino un modo general, el modo voluntario de la inteligencia. Es la
inteligencia disciplinada por la voluntad, y puede ser definida como: la
inteligencia gobernándose a sí misma y aplicándose a lo que quiere’. (EL EMPLEO
DE LA INTELIGENCIA).
La palabra atención, según
algunos filósofos, debe reservarse para la aplicación del espíritu a lo que
está fuera de nosotros; la reflexión es, por el contrario, la atención hacia
adentro. (LA INFLUENCIA MENTAL EN LA LUCHA...).
Atención física (ojos abiertos,
cierta tensión muscular, etc.) y preparación mental, o estar a la expectativa.
Es darnos cuenta de lo que vemos, sentimos, oímos o leemos.
CARACTERISTICAS DE LA ATENCION:
Es favorecida por sentimientos
positivos de paz, amor, confianza y alegría, que producen interés.
Es reforzada por las
emociones positivas que producen entusiasmo.
Es obstaculizada por
sentimientos negativos como temor, disgusto, desinterés.
Necesita el apoyo de los músculos en tono o con ligera tensión, evitando la insuficiente
tensión de la somnolencia o la excesiva del nerviosismo.(EFICIENCIA SIN
FATIGA).
La ATENCION es una función básica
de nuestra mente.
Sin ATENCION, no hay APRENDIZAJE,
no hay ENTENDIMIENTO, no hay MEMORIA. Tampoco hay OBSERVACION (todos conocemos
la experiencia de mirar algo sin VERLO, por estar totalmente distraídos).
Y LA BUENA OBSERVACION ES
CRUCIAL, PORQUE CONSTITUYE EL MEJOR MEDIO PARA ORIENTARSE EN TODOS LOS
PROBLEMAS.
Porque sin correcta OBSERVACION,
no hay siquiera base para un pensar racional. Así de importante es la atención.
Por otro lado, EL CAMPO DE
ATENCION QUE ELEGIMOS DETERMINA EL CURSO DEL PENSAMIENTO QUE SEGUIMOS.
Cuando aparece algo que A USTED
LE INTERESA, ahí estará, de manera espontánea - y en mayor o menor medida según
las capacidades mentales - su ATENCION.
Sin INTERES no habrá ATENCION.
Sin embargo, aun habiéndolo, podemos experimentar problemas en el momento de
ATENDER a una persona, a un tema o a una situación.
Todos sabemos que nuestra
atención falla. Estas fallas se producen por dos motivos básicos:
1) Existe un “INHIBIDOR” de la
ATENCION.
2) La ATENCION es FRAGIL y FUGAZ.
1) El “INHIBIDOR” principal es el
filtro inconsciente del ‘principio placer-dolor’.
Todos pasamos por la experiencia
de ignorar situaciones porque sabemos, consciente o inconscientemente, que se
esconde una posibilidad dolorosa, o a veces, simplemente fastidiosa.
Si dijimos que la ATENCION se
alimenta de INTERES, ese INTERES podría considerarse como una ‘comida rica’
(nos gusta). ¿Existen las ‘comidas desagradables’, a las que conviene o es
necesario prestar atención?
Esas ‘comidas desagradables’ son
los infaltables problemas que, muchas veces, UNO SE NIEGA A AFRONTAR.
“Debido a nuestro temor por el
dolor que conlleva, la mayoría de nosotros, de una manera u otra, intentamos
evitar los problemas”. (THE ROAD LESS TRAVELED).
2) La ATENCION es FRAGIL y FUGAZ
porque descansa en una cualidad difícil de alcanzar y sostener: el SILENCIO
MENTAL. Se trata de una experiencia común: no podemos atender a algo o a
alguien si estamos pensando en otra cosa.
La relación entre ATENCION y
SILENCIO es tan directa, que se puede establecer una cantidad directamente
proporcional entre SILENCIO INTERNO y ATENCION.
Y la importancia del SILENCIO
tiene proyecciones más allá de lo que creemos.
‘EL SILENCIO ES EL ELEMENTO EN
DONDE LAS GRANDES COSAS SE FORJAN’. Thomas Carlyle
FACTORES QUE FACILITAN LA ATENCION (y que sirven para llamar la atención):
A)
INTERES. Objeto interesante en sí es
aquel que tiene algún atractivo espontáneo para los sentidos, para la mente, o
para las inclinaciones de la voluntad.
El interés, si no brota
espontáneo, lo podemos suscitar. Hasta hoy, nos lo crearon la familia, los
amigos, las lecturas, las empresas. Y ahora lo podemos generar, aun con
materias que no nos atraen, si logramos relacionarlas con lo que ya sabemos o
con lo que nos gusta, o si vemos su utilidad presente o futura... El
desconocimiento es la causa primera de desinterés. Aprendamos algo sobre ello y
pronto empezará a interesarnos. (EFICIENCIA SIN FATIGA).
B) INTENSIDAD. En cuanto a los factores físicos, la intensidad de un
color, de un sonido, de un contraste, suscita atención. Psicológicamente, la
intensidad generadora de atención puede alcanzarse con la insistencia en un
pensamiento, una creencia o una emoción correctamente transmitida.
C) TAMAÑO. El tamaño de un objeto -pequeño o grande, según el
contexto, es un poderoso elemento para llamar la atención.
D) CONTRASTE. Es un factor de relación que puede obrar con todos los
elementos: colores, sonidos, tamaños, etc.
E) MOVIMIENTO. A los sentidos los atraen las luces y colores, el
sonido y el movimiento, y cuanta más variedad, intensidad y contraste tengan,
tanto más se imponen a nuestra atención. En esto se funda la psicología del
aviso publicitario.
F) REPETICION. La repetición de un estímulo, una palabra o un concepto
favorece la atención, elemento básico para la buena memoria.
G) AISLAMIENTO. Aislar un objeto, un problema o una situación,
presentarlos solos, sin mezcla alguna, facilita la atención sobre ellos.
TRES TIPOS DE ATENCION.
Puede hacerse una clasificación
de tres tipos de atención:
• VOLUNTARIA: las causas que originan y mantienen el estado de
atención se originan en la propia persona. No son factores externos sino causas
internas. Elementos afectivos y motivaciones internas juegan un rol fundamental
en este tipo de atención.
Un ejercicio elemental para el
desarrollo de la atención voluntaria es éste: Déjese absorber plenamente por la
tarea que está realizando, ya se trate de lavar platos o el auto. Ábrase a la
SENSACION del agua. Observe cuidadosamente las burbujas. ¿Ve reflejos en ellas?
Imagine que es la primera vez que ve cómo el agua corre por encima del auto, o
de los platos. Ya sea cuando pasee, ande en bicicleta o conduzca el auto,
cierre su pensamiento a todo lo que no sea prestar atención a lo que se ve, se
oye, se huele y se siente EN ESE MOMENTO.
• INVOLUNTARIA: Se producen estímulos tan fuertes en el medio externo
que el organismo responde sin que intervenga la voluntad.
• HABITUAL: tiene muchos puntos en común con la voluntaria, fijándose
de manera inconsciente en una serie de estímulos que dominan el campo de interés
de la persona. Aquí también juegan un gran papel los elementos de motivación.
El término ‘concentración’ deriva
de dos palabras latinas, ‘con’, prefijo que expresa la relación por la cual dos
o más personas o cosas están juntas; y ‘centrum’ que significa ‘centro’ o
‘punto fijo central’. Las dos palabras combinadas, literalmente significan
‘traer a un punto común: al foco’. Por lo tanto, la palabra ‘Concentración’
significa literalmente ‘el acto o estado de llevar a un punto fijo o foco’.
Recurriendo a las analogías con
las ciencias físicas, en seguida veremos que las altas formas de energía se
manifiestan llevando las fuerzas a un foco, centro o punto común, dirigiendo de
ese modo a dicho punto la entera energía empleada, en vez de permitir que se
disipe en una amplia área. Si a la electricidad generada por una batería o
dínamo le permitimos que se difunda por una superficie vasta, sólo manifestará
un grado exiguo de la fuerza que se podría obtener de ella obligándola a
descargar en un pequeño punto o foco.
Una ley idéntica es aplicable a
la pólvora, que manifiesta la fuerza porque sus gases se ven forzados a escapar
por el estrecho cañón de una escopeta, en vez de diseminarse en todas
direcciones, como sucedería si no estuviera encerrada.
Otra definición interesante de la
concentración es ésta: detención intencionada y voluntaria del pensamiento en
busca de una idea determinada, o en procura del estudio de un problema. (EL
SECRETO DE LA CONCENTRACION).
Ejemplos: leer atentamente un artículo y tratar
de repetirlo mentalmente con el máximo detalle posible. Observar una foto y
tratar de describirla.
4.- Concentración:
Afrontar las distracciones y asumir la actitud adecuada son los caminos hacia
la concentración en el estudio. Si estamos concentrados, una voz interior nos
atraerá hacia el trabajo en lugar de alejarnos de él. Guiará la actividad
necesaria en el estudio y nos avisará en cuanto surja un problema, no dejando
que abandonemos sin darle solución.
‘La criatura más débil, dice
Thomas Carlyle, concentrando su energía sobre un solo objeto puede realizar
grandes cosas ; mientras que el hombre más fuerte y el más hábil que disperse
sus fuerzas sobre muchas cosas, no lleva a cabo ninguna. Una gota que cae
continuamente consigue horadar la roca, mientras que el torrente impetuoso la
inunda sin dejar huellas’.
‘El que pone toda su energía y
toda su perseverancia en perseguir un solo objetivo, no puede menos que
alcanzarlo. Todos los grandes hombres han sido hombres enérgicos que
concentraron sus fuerzas en un solo punto, hasta que obtuvieron el triunfo’.
Si se ha dicho que el éxito es
una conducta mental, bien puede precisarse que la concentración es la clave de
esa conducta.
‘Una mirada capaz de concentrarse
en un punto fijo, como un rayo láser es, quizás, el signo distintivo, como la
marca de fábrica, de aquellos que obtienen éxitos extraordinarios’. (LOS 10
HABITOS).
TEME AL HOMBRE DE UNA SOLA IDEA,
dice la sabiduría popular.
"Ciertamente, la motivación
o el impulso es característica principal del intelecto; tiene sus claves en la
resistencia a la distracción y la concentración en lo que se hace. Newton dijo
que había efectuado sus descubrimientos 'pensando sin cesar en ellos'. El genio
se ha destacado siempre por su aplicación intensa. (EL CEREBRO Y LA MENTE).
A la cumbre llega quien nunca se
aparta de su especialidad ni disipa su energía. A la cumbre, por la
concentración de sus energías y capacidades, llegaron ayer Edison, Morse, Bell,
Stéphenson, Watt, etc.
Y hoy, ‘la concentración es la
clave de nuestra época’.
La concentración permite mejor
percepción -no sólo mirar, sino ver-, mejor concepción, no sólo pensar, sino
extraer consecuencias-, más poder para distinguir, -no sólo considerar las
cosas separadamente, sino confrontándolas entre sí, para destacar sus
diferencias-, mejor memoria, -no para recordarlo todo, sino aquello que
interesa y que conviene recordar.
PRINCIPALES OBSTACULOS PARA LA ATENCION:
1) DESINTERÉS.
2) RUIDO INTERNO.
3) INCOMODIDAD FÍSICA.
CARACTERISTICAS DE LA CONCENTRACION
‘LA MAYOR PRUDENCIA DE LA VIDA ES
LA CONCENTRACION ; LA MAYOR LOCURA ES LA DISIPACION. NO IMPORTA QUE LA
DISIPACION SEA GROSERA O ELEGANTE... BUENO ES TODO CUANTO DESVANECE UN PLACER
MUNDANO O UNA ILUSION MAS, Y NOS RESTITUYE AL HOGAR PARA REANUDAR CON NUEVOS
BRIOS EL TRABAJO UTIL’ .
Ralph W. Emerson
Concentrarse no es sólo pensar en
una cosa determinada, sino revisarla por los cuatro costados, a menos que se
trate de un octaedro.
La concentración es inseparable
del poder de observación, a tal punto que también ha sido definida como
‘observación metódica e insistente, tanto de las ideas como de los hechos’.
LA OBSERVACION EXACTA ES UN
ELEMENTO CLAVE PARA PENSAR CON CLARIDAD.
"El desarrollo del hábito de
observación constituye una parte de la educación de la mente, y los que lo
practiquen encontrarán que la mente se esclarece, aumenta en poder y se hace
más fácilmente manejable; de suerte que pueden dirigirla a un objeto dado mucho
mejor que lo que podían hacer antes".(EL PODER DEL PENSAMIENTO).
Otro aspecto fundamental a
destacar es que la concentración no es una actividad física, sino una actividad
mental. (HIPNOSIS CIENTIFICA MODERNA).
‘Un alto grado de esfuerzo mental
es con frecuencia dañino al cuerpo, a menos que se haya logrado siquiera
parcialmente cesar con dicha asociación entre el pensamiento y el cuerpo. La
tensión muscular y nerviosa nada tiene que ver con la concentración, y el buen
éxito en el ejercicio no se mide por ninguna sensación o sentimiento corporal’.
(CURSO PRACTICO DE CONCENTRACION MENTAL).
También es necesario entender que
la concentración no es una suma de extraordinarias capacidades mentales, más
bien es una resta: debe restarse la dispersión.
En ese sentido, recordemos la
famosa comparación con una lente de aumento, que concentra los rayos solares a
condición de que no se la esté moviendo.
LAS 4 REGLAS PARA UNA CONCENTRACION EFICAZ
1.
Elija un objetivo determinado,
conviértalo en un pensamiento concreto, y véalo en su mente con toda nitidez.
2.
Asegúrese de que, tal como
requiere el caso, está usted concentrando toda su atención únicamente en ese
pensamiento. No permita de ninguna manera que otros pensamientos ocupen ni
siquiera el más pequeño rincón de su mente.
3.
Asegúrese de que en esa atención
total convergen todas sus fuerzas mentales, es decir, intensifique al máximo
esa atención.
4.
No se relaje hasta que el éxito
de la acción de su pensamiento sea un HECHO consumado. (SUPERACION PERSONAL).
LA CONCENTRACION NO ES UN FIN EN SI MISMO
‘La concentración por sí misma no
es un fin, sino un medio para desarrollar la voluntad a fin de que la vida
entera tenga un definido propósito. (CURSO PRACTICO DE CONCENTRACION MENTAL).
Dice el famoso autor Zig Ziglar :
‘NO IMPORTA EL CALOR, POTENCIA, BRILLO O ENERGIA QUE USTED TENGA, SI NO LOS
DOMINA Y ENFOCA EN UN OBJETIVO ESPECIFICO Y LOS SOSTIENE AHI, JAMAS LOGRARA LO
QUE JUSTIFICA SU HABILIDAD’. (NOS VEREMOS EN LA CUMBRE).
LOS TRES REQUISITOS BASICOS PARA LA CONCENTRACION
a) No tener en la mente otro
objetivo, sobre todo uno opuesto. En la concentración, el volver la espalda
-figuradamente- al mundo externo es más fácil que aquietar el interno.
Un recurso útil antes de acometer
una tarea es practicar un ejercicio de distensión mental: poner la mente en
blanco o pensar en una sola cosa carente de significado (por ejemplo, un
término sin sentido: ‘BLOM’). Realizar durante un breve lapso este ‘blanqueo
mental’, si uno advierte que es necesario. Durante el ejercicio, y al penetrar
otros pensamientos, insistir con ‘BLOM’.
b) Comenzar por la calma
fisiológica y emocional.
La concentración no es una
penitencia, ni una condición excepcional de la mente. Por lo tanto hay que
evitar toda tensión.
‘LA MENTE TRABAJA MEJOR CUANDO EL
CUERPO ESTA TRANQUILO’. (HISTORIA Y PODER DE LA MENTE).
c) Compromiso de Regularidad,
todos los días en el mismo horario.
La concentración se gana con la
ejercitación paciente y constante.
Es fundamental respetar la ley de
periodicidad: todos los días a la misma hora, la concentración se va haciendo
más fácil.
Esto se conoce también como la
fuerza del hábito cósmico. (ACTITUD MENTAL POSITIVA).
Otro estímulo para la
concentración, consiste en fijarse un límite estricto para cada tarea a
realizar.
OTROS RECURSOS PARA AUMENTAR LA CONCENTRACION
1)
EL HACER LAS COSAS EN FORMA
CONCIENTE AYUDA A LA CONCENTRACION.
"Atenerse mentalmente a una
tarea".
Es lo que expresó el orador
romano Cicerón al escribir : "CUALQUIER COSA QUE HAGAS, HAZLO CON TODO TU
PODER"
2)
NO CONFUNDIR CONCENTRACIÓN CON
PREOCUPACIÓN. Concentración es el nivel de intensidad en el estudio de una
materia o de un problema o el desarrollo de una actividad. Preocupación es el
proceso insensato de usar el hoy, para embrollar las oportunidades del mañana,
con los restos de los problemas del ayer.
3)
LOS LÍMITES DE TIEMPO O DE
CIRCUNS- TANCIAS POTENCIAN LA CONCENTRACIÓN.
En cuanto al primer elemento
(límite de tiempo) se refirió su importancia más arriba. En cuanto al segundo
(límite de circunstancias), puede explicarse con la siguiente anécdota : ‘Un
deportista neoyorquino leyó un anuncio en que, previo envío de veinticinco
centavos, se prometía una receta infalible para evitar que fallasen los tiros
de escopeta. Envió el deportista la cantidad requerida y recibió la siguiente
respuesta : ‘Si quiere usted que no falle el tiro, ponga usted sólo una bala’.
(LA FUERZA DE VOLUNTAD).
LOS LÍMITES DE LA CONCENTRACION
a)
La concentración no debe ser un proceso ininterrumpido.
Al encarar una situación o
problema, ejercer la concentración (o sea : poder de observación, detención del
pensamiento en todos los aspectos), pero dejando luego que aparezcan todos los
razonamientos, ideas e imágenes que se relacionen con él. Permitir que se
desarrollen.
Después volver al tema, fijando
otra vez la atención en él.
Alternar un modo y otro de tratar
el problema.
Esto produce un enriquecimiento y
profundización, tanto de la concentración como de la elaboración creativa de
soluciones.
Así no hay tanto esfuerzo de
concentración habitual, y se ensanchan las perspectivas del tema, se potencian
las asociaciones, y se "toma distancia".
En los momentos de reflexión la
concentración debe ser evitada, ya que limita el campo del pensamiento.
b)
Retención Es fundamental ir refrescando periódicamente
los conocimientos aprendidos. Por bien que se haya estudiado una lección si
no se repasa periódicamente se terminará olvidando. El estudiante debe utilizar
un calendario donde anotar los distintos repasos que tendrá que ir dando a las
lecciones con el objeto de llegar a los exámenes con los conocimientos frescos.
c)
Recuperación
El ser capaz de recordar lo que se
memorizó va a depender en gran medida de la calidad del registro. Si la
lección se estudió bien se recordará con más facilidad. Para una buena
recuperación es fundamental haber asimilado lo que se ha estudiado. Esto se
consigue trabajando la información y comprendiéndola. La recuperación es más
probable que falle cuando se ha memorizado mecánicamente. En estos casos,
si uno se bloquea en un punto determinado de la lección va a ser incapaz de
recuperar el resto.
COMO CONSEGUIR UNA SUPERMEMORIA. REGLAS NEMOTECNICAS
1.- El razonamiento se usa
con mucho éxito para memorizar temas de física o de matemáticas, por ejemplo,
con abundancia de fórmulas, leyes, etc. También en distintos tipos de temario
o partes de un tema en los que
sus datos estén conectados por una determinada lógica, es decir, cuando se
trate de aprender datos cuyas secuencias sean perfectamente deducibles por
medio de la razón.
Por
otra parte, y también haciendo uso del razonamiento como sistema de memorización y aprendizaje, podremos deducir por nosotros mismos
conocimientos nuevos basándonos en otros que ya tuviésemos aprendidos, además de consolidar de igual modo los que ya sabíamos.
2.- La
repetición: En la
memoria a corto plazo lo que hacemos es repetir de manera ininterrumpida un
número o un texto que nos han facilitado, y a ser posible en voz alta (para
usar también la memoria auditiva) hasta que
podamos anotarlo en un papel.
Pero
hay un arte de chacharear. El psicólogo alemán C. Ebbinghaus, demostró que el
medio más eficaz para retener un texto, era, no solamente el leer muchas veces,
sino el dejar un intervalo entre cada retoma. De otra parte, se ha constatado
que la influencia de las pausas es más importante al principio de las
repeticiones que al final.
La
primera y la segunda lectura serán hechas en voz alta, luego repetirá
mentalmente el texto. Es, después de numerosas experiencias, la mejor forma de
proceder, pues una repetición mental exige una mayor atención que la repetición
en voz alta.
De otra
parte, dos o tres sesiones de estudio son preferibles a una grande porque la
atención se apaga rápidamente. Al cabo de algún tiempo, en efecto, el interés
que usted tenía en el trabajo, disminuye y, usted, sigue haciéndolo más o menos
automáticamente. No obstante, no hay que caer en el exceso contrario y
multiplicar los periodos de estudio, pues, en ese caso, si la atención no tiene
el tiempo de fatigarse, tampoco tiene el tiempo de ponerse en acción, lo que es
otro inconveniente: todo ejercicio intelectual, como también todo trabajo
físico, demanda efectivamente una “puesta en acción”.
Después de cada sesión, repose o
efectúe un trabajo maquinal o un trabajo diferente del de memorización: copie
notas, dibuje… para que los recuerdos que usted acaba de fijar se organizan en
el inconsciente, se tornan más estables y entran definitivamente en su memoria.
Es un hecho absolutamente general, válido en los animales tanto como en el
hombre, para los aprendizajes mecánicos como para los aprendizajes verbales,
para los aprendizajes por contigüidad como para los aprendizajes por
comprensión.
3.- El método fragmentario y el método global:
Cuando se trata de aprender un trozo de prosa o de poesía usted puede utilizar
el método fragmentario o el método global.
En el primer caso, usted
aprende el texto por pequeños fragmentos. Segmentación: la mayoría
de estos métodos implican la creación de pistas eficaces para recordar la
información, muchos se basan en la reducción de la misma a una palabra clave,
como un acróstico, y otros en encontrar la pauta que relaciona los datos, como
una rima. De esta manera, se minimiza mucho lo que tenemos que recordar.
También es un principio inherente a las técnicas. Lo que éstas hacen es, en
definitiva, organizar la información que hemos de aprender según una estructura
determinada de antemano y que conocemos bien. Organizamos tanto a la hora de
aprender y de almacenar, como en el momento de recuperar. Y recuerda que por
el mero hecho de organizar cualquier información de manera efectiva, sin el
propósito de aprenderla, ya vamos a recordarla mucho mejor que si solamente la
estudiamos tal y como se nos presenta.
Respecto
a los numeros, si queremos recordar
un número de teléfono nos resultará más fácil si lo dividimos:
"91-710-40-26"
En lugar de:
"917104026"
El método global
consiste en leer el trozo entero e intentar retenerlo como un todo. Agrupar la información: es el caso contrario al anterior y se emplea
cuando la información viene muy fraccionada; en estos casos resulta más
fácil agruparla en pequeños grupos.
Por ejemplo, la
siguiente cadena de número:
3 - 3 - 4 - 7 - 3 - 7 -
9 - 0 - 9 - 0 - 8
Resulta más fácil de
memorizar si se agrupa:
334 - 737 - 909 - 08
.
Después
de una lectura, o, de preferencia después de algunas lecturas totales usted
ensaya repetirlo, luego vuelve a la lectura del texto. Enseguida, sin
preocuparse por el olvido que haya tenido al repetir de memoria, efectúa aún
una lectura global, es decir entera, de principio a fin del texto.
“No hay
necesidad de decir, escribe Alfred Binet, que este método global es contrario a
su instinto, pues existe mucha mayor atención que el otro. Cuando uno repite
por grupos de a dos o tres versos, usted puede hacer el trabajo maquinalmente,
usted busca entonces memorizar la sonoridad de la frase, como una música que
impresiona la oreja interior; pero si usted se exige leer todo es imposible
retener el sonido, pues esta música carente de sentido es muy corta, se escucha
inmediatamente como un eco; es preciso entonces fijar de otro modo su atención,
hacerla penetrar antes hasta el sentido, hasta las ideas del trozo. Es el
pequeño esfuerzo suplementario que desagrada, pues usted está singularmente
vacío de su atención. Ahora bien, la experiencia enseña que el método global, a
pesar de su pesado carácter, es netamente superior al otro para la conservación
de los recuerdos: permite aprender más rápido y sobretodo, lo que es más
importante, asegura una conversación más larga y fiel. Así, al cabo de dos
años, puede aún relatarse el 23% de los trozos aprendidos por el método global,
y sólo el 12% de los trozos análogos aprendidos por el método fragmentario.
Creemos que la superioridad del método global tiene muchas pequeñas causas,
pero, la principal, en nuestra opinión, es que utiliza la memoria de las ideas,
mientras que por el otro método usted no hace intervenir sino la memoria
sensorial de las palabras.
En todo
caso, desde el punto de vista práctico, la experiencia les a mostrado que el
método fragmentario, que exige un esfuerzo menor de atención que el método
global, conviene particularmente a los alumnos jóvenes a condición siempre de
que su facultad de atención esté intacta. Pero, en los periodos de fatiga, en
que el poder de atención es bajo, los estudiantes y los adultos tendrán interés
en emplear el primer método.
4.-
Asociación: cuantas más conexiones
se establezcan mentalmente entre los conceptos nuevos y los que ya se poseen
más fácil resultará la memorización.
Cuanto más se sabe sobre
una materia más fácil resulta adquirir nuevos conocimientos sobre la misma ya
que uno tiene muchos referentes con los que relacionar la nueva información.
Hay diversas maneras
de asociar:
a)
Comparar o contrastar: nos
acordamos de algo porque se parece o se diferencia de algo que conocemos.
Por ejemplo, la 2ª Guerra Mundial comenzó el año
en el que nació mi padre.
b)
Asociar con ejemplos: por
ejemplo estudiamos el significado de una palabra utilizando una frase en la que
se emplea.
c)
Analogías: buscamos parecidos.
Por ejemplo el nombre de una persona nos
recuerda al de un famoso tenista.
d) Asociaciones ilógicas: Cuando vemos algo muy curioso, alguna acción que nos llama poderosamente la atención, algo que esté
totalmente fuera de lo normal y que nos
resulte increíble... ¿Qué sucede?
Lo que
sucede entonces es que esos datos tan extraordinarios que vemos llamarán poderosamente la atención de
nuestro subconsciente y se quedarán sólidamente archivados en nuestra memoria de largo plazo.
Si de repente viésemos, por ejemplo, que nuestro perro empezase a hacer malabares con tres naranjas, ¿no nos
acordaríamos para siempre de ese momento? ¡Vaya que sí! Y probablemente nos acordaríamos también
de todo lo que sucedió durante ese día. La memoria es más receptiva ante algo absurdo. La singularidad
facilita la memorización: cuanto más original sea una información mejor se
retendrá.
La
memoria basada en las acciones inverosímiles se revela como la más poderosa de
todas ellas, debido
el enorme interés que mostrará nuestro subconsciente (donde reside la memoria) para almacenar y no perder tan especial, única y «valiosa» información,
por eso la vamos a llamar supermemoria.
5.- Movimiento. Que las imágenes sean dinámicas favorece su atractivo y la vinculación
entre los elementos representados. Siguiendo
estas instrucciones construiremos pequeñas historias o películas tan divertidas
como se quiera.
Cuantos más colores, más exageraciones, más movimientos y más
sentimiento o evocaciones emocionales divertidas hagamos con la información,
más fácil de recordar será para nosotros. Recordar que es importante la
sorpresa con hechos inverosímiles y poco habituales en nuestras vidas para que
nos evoquen fácilmente a la memoria.
6.- El
ritmo y la rima
facilita la memorización. Ponerle música a un texto, recitarlo como si de una
poesía se tratara. Crear unos pequeños versos con las palabras que uno tiene
que memorizar.
7.-
Recordar el contexto: a
veces resulta más fácil recordar algo si uno trata de visualizar el momento en
que el que estaba estudiando esa lección.
Estaba en mi habitación,
era sábado por la tarde, recuerdo que estaba oyendo música de Elton John, tenía
puesta una camisa roja...
Para que una idea o un dato se retengan, nuestra mente necesita ser
«impactada» por dicha información varias veces. Para ello utilizaremos la visualización, su importancia radica en el
hecho de que las imágenes se recuerdan mejor que las palabras por su doble
codificación: una, su significado verbal y otra, su imagen. Si a este dato le
añadimos que se recuerda mejor el material elaborado, el distintivo, esto es,
el que sobresale, destaca y es muy vivido, el material más original y único,
tanto por su poca frecuencia o por su absurdidad, ya tenemos todos los
ingredientes necesarios para poder utilizar al máximo sus virtudes. Por otro
lado, varios estudios recomiendan además que lo que asociemos a las imágenes,
ya sean otras imágenes o cualquier otro elemento, ha de interactuar. Es decir,
si me quiero acordar de dos palabras distintas, las visualizo para registrarlas
mejor en la memoria; si además hago que éstas interactúen entre sí, las
recordaré mejor que si las visualizo por separado. Por ejemplo, si me tengo que
acordar de las palabras Hidrógeno (H) y Oxígeno (O) puedo visualizar una H y
una O gigantescas, con brazos y piernas, bailando cogidas de la mano. Tómate
todo el tiempo que necesites hasta que desarrolles la imagen mental. Ésta ha de
ser clara, vivida, muy
colorida y elaborada. Si te resulta más fácil, puedes cerrar los ojos para
imaginar, así no te distraerás con otras imágenes.
TÉCNICAS
NEMOTÉCNICAS
Las técnicas
nemotécnicas ayudan a memorizar mejor, con mayor rapidez y con mayor
eficiencia. Se registra mejor la información lo que permite
posteriormente recordarla con mayor exactitud.
1.-
Método de la palabra-pinza
Se
cogen los números del 1 al 10 y cada uno de ellos se asocia con una palabra con
la que rime. Cada
estudiante puede hacer su propia asociación.
Esta palabra que rima es
la "palabra-pinza" que utilizaremos para hacer asociaciones
con la información que tenemos que memorizar.
Son asociaciones
inverosímiles.
La memoria tiende a recordar con más facilidad
aquello que le llama la atención, lo absurdo (si vemos un perro por la calle no
le prestaremos atención, pero si vemos un perro verde no lo olvidaremos).
Veamos su funcionamiento:
Seleccionamos las
siguientes "palabras-pinza":
Uno -
zumo (nos imaginamos un vaso de zumo con una
etiqueta en la que colocaremos mentalmente la información que queremos
recordar).
Dos -
tos (nos imaginamos una boca muy grande que se abra
para toser y dentro de la boca un pequeño cartel donde colocamos la segunda
información que queremos memorizar).
Tres -
tren (nos imaginamos un tren de vapor que sale de un
túnel y en la parte delantera de la locomotora un cartel donde colocaremos la
tercera información que queremos memorizar).
Y así hasta el número
diez.
Cuatro - zapato
Cinco - borrico
Seis - jersey
Siete - billete
Ocho - bizcocho
Nueve - jueves
Diez - pez
Hay que tratar de visualizar
cada palabra pinza con el máximo detalle, interactuando con la
información con la que la hemos asociado:
Por ejemplo si el primer dato que vamos a
memorizar es "billete de avión", puedo imaginar lo siguiente: Un zumo
de naranja fresco, vestido con una camisa hawaiana y unas bermudas, con una
maleta en su mano, yendo al aeropuerto. En la etiqueta del vaso hay pegado un
cartel que dice "billete de avión".
El recuerdo se
producirá de la siguiente manera:
Pensaré en el número uno e inmediatamente me
vendrá a la mente la palabra "zumo"; a partir de ahí recordaré la
escena que había imaginado: vaso de zumo yendo al aeropuerto con una maleta y
en la maleta escrito "billete de avión".
Este método exige conocer
perfectamente la serie-pinzas que se utiliza. Se pueden elaborar listas de
cientos de "palabras-pinza".
Una ventaja que ofrece
este método es que se puede ir directamente al dato que uno quiere recordar,
sin tener que recorrer toda la serie.
Por ejemplo: si quiero recordar el octavo dato
de la lista utilizaré la palabra-pinza que corresponde al número ocho lo que me
permitirá recordar el dato memorizado.
Además de los números,
también se pueden utilizar como serie-pinzas los días de la semana, los meses
del año, las letras del alfabeto, etc.
2.-
Método de la cadena
Consiste en enlazar
los diferentes elementos que se van a memorizar como si formaran una cadena:
Los elementos estarán interactuando dos a dos: el primero con el segundo, el segundo con el
tercero, el tercero con el cuarto...
Imaginaremos escenas
absurdas en las que intervienen cada pareja de elementos.
Hay que tratar de visualizar estas escenas con
el mayor detalle posible.
Es un método muy eficaz
para memorizar una lista de datos no demasiado extensa (máximo unos 10
elementos).
Con este método
detectaremos inmediatamente si hemos olvidado algún objeto de la lista ya que a
la cadena le faltará un eslabón.
Veamos su funcionamiento:
Vamos a memorizar la
siguiente lista.
Carpeta, bolígrafo,
calculadora, diccionario, libro
Generamos las siguientes
relaciones:
1ª
escena: Una carpeta va andando
por la calle con mucha prisa porque pierde el autobús, va corriendo por la
acera y tropieza con un bolígrafo que estaba tomando el sol y se cae (con esta
imagen conectamos carpeta y bolígrafo).
2ª
escena: Un bolígrafo se fue a
dormir pero cuando se metió en la cama la notó un tanto extraña, muy dura y con
teclas. Cuando levantó la sábana vio que no era su cama sino la calculadora de
su amigo (aquí conectamos bolígrafo y calculadora).
Y así hasta tener
conectados todos los objetos de la lista.
En el sistema de cadena
(al igual que en el de relato y en el de lugares que veremos a continuación)
cuando se pretende recordar la lista de objetos hay que realizar el recorrido
completo empezando por el primer elemento de la lista.
3.-
Método del relato
Consiste en crear una
historia con todos los elementos que se pretende memorizar.
No se establecen relaciones dos a dos como en el
caso anterior sino una única historia en la que participan todos ellos.
Este método puede ser
adecuado cuando hay que memorizar elementos que no son fáciles de visualizar
(por ejemplo, conceptos abstractos: justicia, igualdad...).
También puede servir
cuando hay que memorizar reglas o definiciones (por ejemplo: "todo número
multiplicado por cero es cero") haciendo que uno de los personajes del
relato la diga en un momento determinado.
Este método es más
apropiado para personas con mayor facilidad para la memoria verbal que para la
visual.
Veamos cómo funciona.
Imaginemos que hay que
memorizar la misma lista que en el punto anterior:
Carpeta, bolígrafo,
calculadora, diccionario, libro
Podemos crear la
siguiente historia:
"La carpeta llamó a su amigo el bolígrafo y
se fueron a comprar pilas para la calculadora, pero en una esquina se chocaron
con un diccionario que iba corriendo buscando un libro".
4.-
Método de los lugares (o de loci)
Funciona asociando
los elementos que hay que memorizar con una serie de lugares previamente
establecidos.
Los
lugares siguen un orden determinado, un recorrido establecido.
Podemos utilizar como
lugares las habitaciones de la casa: Se entra en casa, a la derecha la cocina, a continuación un aseo de invitados, le sigue el cuarto de
mi hermana, el cuarto de mis padres y después su cuarto de baño. Volviendo por
el pasillo, al otro lado el cuarto de mi hermano mayor, a continuación mi
cuarto, luego el cuarto de baño de los hermanos, la sala de estar y en último
lugar el comedor.
Se trata de un recorrido
con 10 lugares determinados.
Otro recorrido puede ser
las tiendas de la calle en la que vivo, o los pueblos por los que
paso camino de la playa, etc.
Tienen que ser
recorridos perfectamente conocidos, tienen que seguir un orden
predeterminado (no vale alterarlo) y a ser posibles que sean recorridos
ampliables por si hay que memorizar una lista más extensa (por ejemplo, en el
recorrido de la casa se podría incluir la portería, el vestíbulo, la terraza,
el trastero, el garaje, etc.).
Estos recorridos hay que
repasarlos con frecuencia, conocerlos con total exactitud.
Este método funciona
asociando a cada uno de estos lugares uno de los elementos de la lista que
se pretende memorizar. Hay que tratar de visualizar el lugar y el elemento
que se memoriza de forma muy precisa, interactuando, con imágenes muy
claras.
Uno puede tener
establecidos recorridos diferentes, de distinta longitud (según la extensión de
la lista a memorizar) o utilizar un recorrido diferente con cada asignatura.
Este método tiene como
ventaja que es reutilizable (a diferencia del método de la cadena y del
relato), si bien es conveniente dejar pasar al menos un par de días antes de
volver a emplearlo con una nueva lista de elementos para evitar que se pueda
mezclar con la anterior. También permite detectar un olvido.
Veamos cómo funciona
y para ello seguiremos utilizando la misma lista de objetos:
carpeta, bolígrafo,
calculadora, diccionario y libro
Generamos las siguientes
asociaciones:
1.
Cocina: quiero entrar pero no
puedo abrir la puerta, consigo abrirla un poco y veo que el suelo está lleno de
carpetas.
2.
Aseo de invitados: abro
la puerta y siento un golpe en la cabeza; alguien ha colocado un bolígrafo
sobre la puerta que ha caído y me ha golpeado.
3.
Cuarto de mi hermana: le
voy a dejar un libro pero veo que la puerta no tiene picaporte sino un panel
con dígitos, parecido a una calculadora, en el que tengo que teclear una
contraseña. Etc.
A la
hora de recordar hay que seguir el recorriendo, entrando en cada una de las habitaciones de la
casa, y nos vendrán inmediatamente a la mente las asociaciones que habíamos
realizado.
5.-
Método fonético numérico (o de Herigón)
A cada
número del 0 al 9 se le asigna una (o más) consonante(s) (nunca una vocal).
El
criterio para esta asignación puede ser el que determine el estudiante, pero a ser posible en base a algún tipo de
vinculación entre el número y la consonante. Bien porque el número comience
por dicha consonante o porque sus formas guarden alguna similitud, o por alguna
otra relación.
Hay que tratar de que cada
número tenga asignada al menos una consonante de uso frecuente.
No se utilizarán las
consonantes dobles (ch, ll, rr), ni aquellas de poco uso (x, w), ni tampoco la
"h" muda.
Una misma consonante no
puede estar asignada a dos números a la vez.
Veamos un ejemplo
de asignación:
Al 1: la "t" (tiene un único trazo
vertical)
Al 2: la "n" y la "ñ"
(tienen dos patas)
Al 3: la "m" (tiene tres patas) y
la "d" (tercera consonante del alfabeto)
Al 4: la "c" (empieza por esa
letra); también la "k" y la "q" (mismo
sonido)
Al 5: la "l" (en números romanos 50
se representa por "L")
Al 6: la "g" (en mayúscula la
"G" se parece al 6) y la "j" (sonido parecido)
Al 7: la "f" (en mayúscula la
"F" parece un 7 al revés) y la "s" (empieza por esa
letra)
Al 8: la "p" (es la primera letra
de "Pinocho")
Al 9: la "v" (es su segunda
consonante) y la "b" (mismo sonido)
Al 0: la "r" (es su segunda
consonante)
Como se puede comprobar la
asociación es muy libre. Cada estudiante puede establecer su propia
asociación.
Una vez asignadas las
consonantes hay que buscar para cada número una palabra que contenga
exclusivamente una de las consonantes que se le han asociado: Las vocales
se utilizan de comodines.
Estas palabras
pueden ser:
Al 1: la "t"; palabra "tío"
Al 2: la "n" y la "ñ" ; palabra "nao"
Al 3: la "m" y la "d"; palabra "ama"
Al 4: la "c", la "k" y la
"q" ; palabra "oca"
Al 5: la
"l"; palabra "ola"
Al 6: la "g" y la "j"; palabra
"ojo"
Al 7: la "f" y la "s"; palabra "oso"
Al 8: la "p" ; palabra "púa"
Al 9: la "v" y la "b" ; palabra "uva"
Al 0: la "r"; palabra "río"
Estas palabras son las
que utilizaremos como "palabras-pinza". La serie de
"palabras-pinza" puede ser todo lo larga que se quiera, con
números de dos o más cifras.
Por ejemplo:
41: letras "c" (del 4) y "t"
(del 1): palabra "coto"
54: letras "l" (del 5) y "c"
(del 4): palabra "laca"
58: letras "l" (del 5) y "p"
(del 8): palabra "lapa"
67: letras "g" (del 6) y "s"
(del 7): palabra "gas"
89: letras "p" (del 8) y "v"
(del 9): palabra "pavo"
147: letras "t" (del 1), "c"
(del 4) y "s" (del 7): palabra "tacos"
Por tanto, se pueden
fabricar tantas pinzas como se quiera.
Una ventaja de este
sistema es que nos permite recordar los datos en el orden que uno quiera, sin
necesidad de repetir toda la lista.
Por ejemplo, puedo ir directamente al número 9,
recordar su palabra asociada "uva" e inmediatamente me vendrá a la
mente el elemento de la lista que asocié con esa palabra-pinza.
El funcionamiento
de este método es similar al método de palabras-pinza que ya vimos, se
trata de asociar cada elemento de la lista con una palabra pinza
siguiendo el orden numérico.
La asociación será una situación imaginaria,
absurda, en la que interactúen el elemento de la lista con la palabra pinza.
Por ejemplo:
utilizando la misma lista que en los métodos anteriores:
carpeta, bolígrafo,
calculadora, diccionario y libro
1ª
asociación: "tío" y
"carpeta": Imagino un tío muy gordo en un día de agosto con mucho
calor, sudando una barbaridad y en cada mano una carpeta con la que se abanica.
Y así el resto de
asociaciones.
A la
hora de recordar, empezaré
por el número uno, recordaré su palabra asociada "tío"
e inmediatamente me vendrá a la mente la escena de un tío gordo
abanicándose con las carpetas.
6.- Método
de las iniciales
Es un método útil para
recordar listas cortas.
Se trata de formar
una palabra inventada utilizando las primeras silabas de los elementos de la
lista.
Veamos su funcionamiento:
tomemos la siguiente lista de objetos:
Tomate, mantequilla,
leche, galletas y café
Con sus primeras sílabas
formaremos la palabra "tomanlegaca"
Memorizaremos únicamente
esta palabra, que al recordarla nos ayudará a recordar toda la lista de
objetos.
Para concluir
señalar que:
Las
reglas nemotécnicas exigen mucha práctica. Al principio pueden resultar difíciles de utilizar, pero con la
práctica pueden llegar a ser enormemente útiles.
Cada
estudiante puede elegir aquel método que más le convenga.
OLVIDO
Sucesivos estudios han
establecido que no es debido al simple efecto del transcurso del tiempo por lo
que el recuerdo se hace menos intenso, sino a la cualidad de los hechos de que
son objeto. Memoria y olvido dependen entonces de la tonalidad afectiva que
cada uno da a cierto recuerdo.
El olvido es el proceso a
consecuencia del cual se debilitan o desaparecen los contenidos de la memoria.
Puede ser un proceso de represión o de inhibición, por lo tanto está en
relación con la tonalidad afectiva de sus contenidos.
El olvido no es total, sino que
lo olvidado vuelve a la memoria ESPONTANEAMENTE cuando menos se piensa, o puede
ser rememorado artificialmente por diversos medios.
El olvido puede interpretarse
como un recurso selectivo con el que el individuo se desembaraza de contenidos
de memoria inútiles o como un recurso represivo de la mente que cierra el
camino a los recuerdos que le resultan odiosos. (DICCIONARIO DE PSICOLOGIA).
A pesar de lo dicho más arriba,
también es cierto que todo recuerdo no renovado de tiempo en tiempo tiene
tendencia a perder su claridad, a hacerse confuso, a palidecer poco a poco, y
después a desaparecer de la memoria usual.
Más allá de unas pequeñas
diferencias personales, puede afirmarse que no hay 'buena' o 'mala' memoria,
sólo está o no está parcial o totalmente adiestrada. Y ese adiestramiento tiene
una base simple. En principio, la clave de la 'mala memoria' es la falta de
atención, la falta de observación exacta.
El principal enemigo
del estudiante son las distracciones que le impiden concentrarse. Las causas de
las distracciones están tanto fuera como dentro de uno mismo.
El olvido es no poder
recordar algo. Pero hemos de puntualizar: si miramos el diccionario vemos que
olvido (u olvidar) es dejar de tener en la memoria lo que se tenía o debía
tener, esto es, perder la memoria. Sin embargo, no poder recordar hace
referencia a tener algo en la memoria y no poder recuperarlo; se asume que la
información todavía sigue ahí, pero no podemos acceder a ella. Son distintos
conceptos.
Vamos a ver con un ejemplo cómo se puede procesar mal en
cada fase:
Lo registramos mal: puede ser que leamos el capítulo equivocado,
o que lo leamos en el autobús distrayéndonos con todo lo que pasa a nuestro
alrededor, o en el salón de casa con la televisión puesta, o que nos saltamos
líneas o párrafos, que no prestamos atención a lo que leemos... hay muchas
maneras de no registrar bien una información.
Lo almacenamos mal: en este caso, el registro ha sido bueno (lo hemos leído con atención),
pero intentamos recordarlo todo, tal y como está escrito, sin comprender lo que
nos dice el texto, o nos preocupamos de las ideas secundarias o los detalles y
no de lo verdaderamente importante, o no sabemos relacionarlo con otros
conocimientos que ya tenemos en nuestra mente, como puede ser el antes y el después
del episodio concreto que estamos aprendiendo, o lo estudiamos junto con las
matemáticas y la lengua, todo en la misma tarde...
Lo recuperamos mal: si el
registro y el almacenamiento de la información se han hecho incorrectamente,
sin poner cuidado, la consecuencia más lógica será que tendremos verdaderos
problemas a la hora de recuperarla. Si la hemos registrado mal, no podremos
recuperarla, pues no se puede sacar de donde no hay. Si la almacenamos mal,
nos costará recordar porque primero habremos de saber donde la hemos guardado,
o se mezcla con otros datos, o al no haberla entendido, no podemos estar
completamente seguros de que la información sea correcta.
• Distracciones
externas. Son todas aquellas que desde
fuera interrumpen nuestra concentración, como las llamadas de los amigos o las
interrupciones de los familiares. El respeto al horario planificado y el
tener un lugar destinado a las sesiones de estudio ayudarán a eludir estas
distracciones. Otras causas:
Alimentación: Las comidas copiosas o muy abundantes producen letargia (dan sueño).
Las dietas no
equilibradas, por ejemplo, con un alto contenido en grasas y con pocas
verduras, legumbres y frutas, no proporcionan los nutrientes necesarios para
favorecer un correcto funcionamiento mental, como el hierro, fósforo o
magnesio.
De la misma manera, si no consumimos las suficientes calorías, no tendremos
la energía adecuada para trabajar bien.
Las dietas de adelgazamiento
muy estrictas pueden producir debilidad, irritación, dolor de cabeza y
disminución de la concentración.
El tabaco: Como
excitante que es, la nicotina puede favorecer la concentración, es decir,
ayuda a concentrar la atención en algo determinado, sin embargo, al fumar se
reduce la cantidad de oxígeno en la sangre, lo que hace que se piense con menos
claridad, se originen dolores de cabeza y, al final del día, la persona se encuentre
intoxicada y con una capacidad para recordar reducida con respecto a un no
fumador. Uno de los problemas más importantes del tabaco es que los fumadores
suelen ser adictos. Cuando su cuerpo empieza a pedirles más nicotina se crea un
estado de ansiedad que sólo se reduce cuando se fuman un nuevo cigarrillo.
Bebidas excitantes: Tomar demasiado de alguna de estas
bebidas puede producir inquietud, nerviosismo, in-Tinio, alteraciones
digestivas y taquicardia, y en dosis muy altas, pueden provocar contraerás
musculares, pensamiento y habla acelerados y confusos, hiperactividad y
arritmia.
Medicamentos: Conocer
bien sus efectos te ayudará a planificar tu tiempo de otra manera, por ejemplo,
estudiando en las horas en que no debes tomarlos, o por lo menos a no
preocuparte si ves que tu mente no es tan rápida como debiera.
• Distracciones internas. El pensamiento puede entenderse como un diálogo interior a dos voces. Hay
una voz más inquieta que se empeña en atraer nuestra atención hacia otros
asuntos (fantasías, preocupaciones...) mientras estudiamos. Acallar esa voz
interior es esencial para que el estudio resulte eficaz. Este tipo de distracción
se evita haciendo el estudio lo más activo y organizado posible. Hay que tener
en cuenta que el cansancio y la tensión favorecen una actitud de dispersión.
Pero hay más causas:
Estrés: Aparte de que
con el tiempo el estrés puede producir enfermedades físicas, los primeros
síntomas de que está haciendo mella en nosotros suelen ser mentales. Es decir,
podemos mostrarnos irritables, dormimos mal, estamos inquietos, fatigados,
débiles, nos cuesta concentrarnos. Precisamente los estados más negativos para
aprender cualquier cosa o rendir eficazmente en nuestro trabajo o en nuestros
estudios.
El desánimo: si pensamos que nunca lograremos acabar una tarea,
o comprenderla, o recordarla, toda nuestra atención se desviará a nuestro
estado de ánimo, nos sentiremos deprimidos y, efectivamente, no la haremos
bien.
El aburrimiento: es uno de los peores enemigos de la memoria, pues hace que no prestemos
atención a lo que más tarde deberemos recordar, y que nuestra mente esté entretenida
con otras cosas.
El perfeccionismo: siempre es bueno intentar hacer las cosas bien, pero intentar hacerlas
perfectas puede frustrarnos mucho si no lo conseguimos. Si intentamos
acordarnos de todos los detalles que se dijeron en una reunión o unos apuntes,
nos frustrará mucho haber olvidado alguno.
Las expectativas demasiado altas: al igual que el perfeccionismo, ambas actitudes pueden favorecer el
olvido. Si nos exigimos mucho, si nos ponemos metas muy altas, prestamos más
atención de la que es necesaria a aquellos detalles que a lo mejor no importan
demasiado. Por otro lado, si nuestras expectativas son tan altas que no podemos
hacer la tarea bien, nos sentiremos frustrados o muy desanimados y esto nos
creará mucho estrés.
Las expectativas demasiado bajas: si no estimamos la tarea, la menospreciaremos y el aburrimiento nos
inundará.
El poco uso de una información (o una memoria) así como el
tiempo que transcurre desde que la almacenamos hasta que la recordamos, no son
explicaciones convincentes del olvido de las cosas. Parece que lo que
realmente afecta al olvido es lo que pasa durante ese tiempo, es decir, toda
la cantidad de información nueva (o vieja) que procesamos en ese tiempo. Por
ello, una causa común de olvido es la interferencia de unos aprendizajes sobre
otros. Muchas veces, aprendizajes antiguos interfieren en la adquisición de
aprendizajes nuevos, y en otras ocasiones, aprendizajes que son nuevos
interfieren con el recuerdo de los más antiguos. Así, por ejemplo, pensemos en
el número secreto de nuestra tarjeta del banco. Bastantes veces no somos
capaces de recordar el número nuevo que nos han dado, pues siempre nos
acordamos mejor del antiguo, o viceversa, otras veces en cuanto nos dan el
nuevo olvidamos por completo el antiguo o cuando mezclamos materias a la hora
de estudiar para un examen.
Las mejores recomendaciones que se pueden dar son:
Ser conscientes de su existencia y procurar observar las cosas con la mayor
objetividad posible. Cuando alguien nos dice que estamos equivocados en nuestro
recuerdo, debemos admitir que puede que así sea, e intentar visualizar los
hechos desde ambas perspectivas.
Estar atentos a nuestro
estado de ánimo para procurar que no nos influya a la hora de hacer
valoraciones, de conocer cosas nuevas (personas, ideas, datos...).
PARA
EVITAR EL OLVIDO
·
Seguir
una dieta equilibrada que nos proporcione los nutrientes necesarios para un adecuado
rendimiento mental. Evitar las comidas copiosas, el exceso de grasas y los regímenes
estrictos.
·
Eliminar
el tabaco, las bebidas excitantes y el alcohol o las drogas.
·
Combatir
el estrés practicando ejercicios de control de la respiración, de respiración y
visualización, y de relajación muscular, de manera habitual y en los momentos
importantes que te crean ansiedad.
·
No poner barreras,
mira las cosas con la mayor objetividad posible. Evitar actitudes negativas y
pensar en positivo. Repasar
con frecuencia lo que se sabe; el uso escaso de una información puede hacer que
la olvidemos.
· Hacer las cosas conscientemente, prestar atención y concentrarse en lo que
se está haciendo.
·
Los
buenos hábitos de trabajo, además de ser beneficiosos en sí mismos para
el estudiante, sirven para que los demás también se den cuenta de que no
siempre estamos disponibles. Hay que esforzarse para establecer unos nuevos
hábitos, pero una vez creados, su mantenimiento no exigirá sacrificio y la
compensación por los resultados será evidente.
·
Además,
el aburrimiento, el miedo o la tristeza constituyen obstáculos para la escucha
atenta y la memorización. Por otro lado, aprender, es decir, comprender y
recordar, requiere un deseo muy vivo para adquirir algo bueno, útil.
De
cualquier manera, la
memoria a veces falla, lo
que uno ha estudiado con tanto esfuerzo se olvida y a veces esto ocurre en el
peor momento posible, justo en mitad del examen.
El olvido es humano y
por tanto puede ocurrir, pero muchas veces dicho olvido es resultado de una
mala preparación.
Con una planificación adecuada y un método de
estudio eficiente se reducen considerablemente las probabilidades de que falle
la memoria.
El olvido suele
ocurrir por alguna de las siguientes causas:
Se ha estudiado la
materia del examen con mucha anticipación y luego no se ha repasado convenientemente.
Se ha
estudiado mal,
memorizando mecánicamente, sin llegar a asimilar la asignatura. El estudiante
podía pensar que dominaba la lección porque cuando la estudió era capaz de
repetirla, pero no ha conseguido consolidar esos conocimientos.
Se ha
estudiado atropelladamente la
noche anterior al examen, sin tiempo a que los nuevos conocimientos se asienten
en la memoria.
No se
ha descansado
convenientemente y se llega al examen con la mente cargada.
Por tanto, el estudiante
debe evitar que alguna de estas cuatro situaciones se produzca y
eso depende exclusivamente de él.
Tiene que establecer repasos
periódicos que le permitan mantener frescos los conocimientos adquiridos.
Tiene que asimilar
los contenidos. No vale con ser capaz de repetirlos ya que la memoria puede
fallar, se trata de entenderlos y poder desarrollarlos con sus propias
palabras.
El
aprendizaje debe ser gradual, día a día, y no de prisa y corriendo el último día.
Al
examen hay que ir
perfectamente descansado para poder rendir al máximo.
El olvido a veces
también se produce porque, aún habiendo estudiado con seriedad, no se han
establecido pistas que puedan facilitar el recuerdo.
No se lleva aprendido un esquema detallado del
temario que nos permita situarnos y comenzar a recordar su contenido.
En resumen, cuando no recordamos algo que hemos visto o escuchado o, de una
forma general, que hemos vivido, y pensamos por ello que sufrimos un problema
de memoria, hay que plantearse en primer lugar cinco preguntas fundamentales:
1.
«¿He visto
o escuchado bien?»
2.
«¿Me
interesaba esa información?»
3.
«¿Ha
sido bien comprendida la información?»
4.
«¿Ha
sufrido \a información un bloqueo afectivo» o ha sido registrada en un contexto
psicoafectivo perturbado? »
2 comentarios:
Nos pareció que se trata de una monografía muy densa, bien argumentada y de clara redacción. Con tu permiso: La compartimos en Twitter y Facebook. Te dejamos nuestros saludos y respetos
Hace tiempo que me interesa comprender adecuadamente el funcionamiento del cerebro, porque considero que muchas enfermedades mentales, son provocadas por meras creencias y que es posible capacitarnos para pensar y actuar de una mejor manera de como lo hacen las mayorías.
Los idiomas, la imprenta y ahora el Internet, han modificado el cerebro de millones de personas y ya es tiempo de saber Por que PENSAMOS y hacerlo viendo las consecuencias que resultan de pensar y actuar de una u otra manera.
Publicar un comentario