martes, 12 de marzo de 2013

TRASTORNO BIPOLAR



Un caso real...

Laura, 30 años, soltera, vive con sus padres y un hermano más joven que ella. Trabaja en el ámbito sanitario. Hace dos años, acudió a instancias de la madre a consulta de médico de familia, quien la remitió a salud mental por presentar los siguientes comportamientos desorganizados:

Se embarcaba en proyectos que le ocasionaban importantes pérdidas económicas, hablaba en exceso, dormía muy pocas horas y se levantaba de madrugada, gastaba mucho dinero en comprar regalos y se mostraba extremadamente alegre y sociable, impaciente e irritable, cuando se le contradecía llegaba a mostrarse agresiva  considerando las situaciones injustas, en algunos de estos episodios llegaba a perder la noción de la realidad creyéndose dotada de poderes sobrenaturales, en resumen, actuaba en esos periodos, “sin sentido común”, su vida se convirtió en un infierno.

Tras los periodos de episodios maníacos, entraba en fase depresiva, en la que se encontraba cansada, sin ilusión por nada, apática y desmotivada. El simple hecho de levantarse por las mañanas lo vivía como un verdadero “calvario”, nada parecía tener sentido en su vida, descuidaba sus hábitos higiénicos y alimenticios, faltaba muchos días al trabajo, presentaba molestias físicas, ideas de culpa y ganas de morir.

Laura acude a nuestra consulta, porque a pesar de estar en tratamiento psicofarmacológico, decía no encontrarse bien, no entendía por qué siempre debía tomar pastillas, si ella tenía periodos en los que se encontraba sin síntomas. Presentaba ligera conciencia de enfermedad, según ella lo que le ocurría es que no había tenido suerte en la vida. Cuando se “paraba a pensar” entraba en episodios depresivos; y su vida laboral se encontraba bastante resentida y había perdido todo tipo de relaciones sociales.

Se llevó a cabo con la cliente y con su madre una correcta entrevista diagnóstica, en la que se tuvieron en cuenta los aspectos longitudinales de la enfermedad, no teniendo en cuenta exclusivamente la entrevista con Laura.

Tras una exhaustiva evaluación se le explicó a la paciente que presentaba una enfermedad que afecta a los mecanismos que regulan el estado del ánimo; y que el sujeto que la sufre, pierde el control frente a este estado y se tienden a describir oscilaciones, ella no se da cuenta cuando está completamente eufórica, no siendo así cuando se encuentra en fase depresiva. Se le explica asimismo que esta euforia y esta depresión son patológicas. Se le aclaro también que el trastorno bipolar es una enfermedad crónica episódica y recurrente que se debe tratar con medicación y, si es necesario, con psicoterapia. 

Se le explica que el tratamiento psicológico potenciará el tratamiento farmacológico al maximizar la adherencia al mismo y favorecer efectos positivos en los aspectos y recursos psicosociales de afrontamiento de la enfermedad, mejorando por ello su calidad de vida. Decidimos aplicar a Laura, (conjuntamente con los fármacos), terapia de corte cognitivo-conductual.

No hay comentarios:

Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...