jueves, 4 de abril de 2013

BREVES CONSIDERACIONES SOBRE EL T.O.C.



BREVES CONSIDERACIONES SOBRE EL TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO (T.O.C.)





ALGUNAS OBSESIONES Y COMPULSIONES MÁS FRECUENTES:

 
Muy comunes son las ideas de contaminación (por no decir las más), pensamientos de sufrir daños o contagiar a otros por contacto con substancias que pueden ser peligrosas, p. ej. Suciedad, gérmenes, sangre, radiación, venenos, personas enfermas, etc…En este caso la compulsión más usual es la de lavarse y ducharse muchas veces, o bien se puede observar el lavado de platos o ropa durante horas y horas, ya que tras pensar la persona que no quedan lo suficientemente limpios, o que la secuencia de lavado debe repetirse 4, 5 u 8 veces (o un múltiplo de ellos), se inicia de nuevo todo el ritual neutralizador (evitación) con la consiguiente pérdida de tiempo que conlleva, eliminándose la ansiedad desadaptativamente por refuerzo negativo (alivio momentáneo del malestar), y no por el proceso de habituación que comporta la exposición.



 Así, vemos entre muchos de nuestros pacientes, el desarrollo de conductas tales como: llevar guantes, abrir las puertas o las llaves de la luz con los codos, etc. Así como formas más sutiles e evitación también, como coger los pomos o los tiradores por los sitios menos tocados o cogerlos con los dos dedos (que automáticamente se lavan), sentarse sólo sobre el borde de una silla, etc. Perpetuándose de este modo un cuadro obsesivo-compulsivo.



Por otro lado pueden adoptar la forma de reaseguración: consultar con un médico, o a alguien que le diga que no tiene mala cara o comprobarlo por sí mismo; un paciente que piensa que ha podido contraer la tuberculosis o el cáncer de pulmón, debe escupir para observar si su saliva contiene sangre, etc.



Otro tipo de obsesión muy común tiene como contenido la “violencia física” –como es tu caso- hacia sí mismo o hacia los otros (ya sea proveniente de uno o de otros), p.ej. pensar o sentir el impulso de matar a otro con un cuchillo, de empujar a alguien frente a una ventana. En este caso, las conductas compulsivas o de neutralización (evitación), peden tomar la forma de reaseguración, comprobar que no  ha producido ningún daño. También pueden consistir en evitar estar a solas con las personas a quien cree que puede herir, no tener cuchillos de metal, sino de plástico, etc.



Hay obsesiones también que implican daños accidentales –independientemente del contagio o violencia- p.ej. miedo a que se produzca una explosión d gas comprobando reiteradamente la espita de la bombona, producir un accidente de tráfico, dejar la puerta abierta y hacer posible un robo en la casa con los respectivos rituales de comprobación.



Otras pueden implicar aspectos religiosos, p.ej. pensamientos blasfemos, dudas religiosas, (con conductas tales como rezar frecuentemente, confesarse, hacer determinadas penitencias, etc. O preocupaciones sexuales (p.ej.: “cometeré una violación” o “haré una exhibición”) con conductas neutralizadoras que pueden consistir en concentrase en pensamientos alternativos, evitar personas del sexo opuesto.



Otro tema son las obsesiones relativas al orden; pensar que las cosas han de estar en un lugar correcto, hacer las tareas en un orden determinado, de acuerdo a una secuencia o un número específico (p.ej. Tras aparcar el coche debe entrar a casa tras dar 74 pasos “exactamente”), la conducta compulsiva consiste en empezar la acción hasta llevarla a cabo en la secuencia, orden o número correcto.



Algunas obsesiones menos comunes pueden implicar tonadillas musicales pegadizas; palabras, frases o imágenes de escenas que la persona no puede evitar pensar en ellas; las compulsiones relativas a la acumulación (denominadas por los psiquiatras síndrome de Diógenes –aunque no exista como tal en el DSM-IV-). Otro trastorno difícil de tratar y especialmente problemático son las obsesiones sin conducta compulsiva manifiesta, así como la lentitud compulsiva; en este caso, las actividades rutinarias normales tales como levantarse de la cama, vestirse o bañarse pueden llevar horas debido de nuevo a la necesidad de comprobaciones mentales o seguir una rutina previamente programada.





(*): Tomado con modificaciones de Vallejo (1998).



Fco. Javier López González.


 

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