jueves, 6 de junio de 2013

BREVE REVISIÓN DESCRIPTIVA SOBRE LA FARMACOTERAPIA PARA LA ENCEFALOPATÍA HEPÁTICA PORTO-SISTÉMICA.

AUTOR
FRANCISCO JAVIER LOPEZ GONZALEZ
PSICÓLOGO ESPECIALIDAD CLÍNICA


OBJETIVOS:
Realizar un análisis descriptivo de la literatura especializada sobre el tratamiento farmacológico de la encefalopatía porto-sistémica (EPS) en pacientes con cirrosis de hígado y otras hepatopatías. Se hacen notar al menos 4 fármacos distintos, que pueden tener cabida en el tratamiento de esta patología. Nosotros nos centraremos en analizar descriptivamente los posibles efectos beneficiosos en cuanto a efectividad y eficacia del flumazenilo, terapia antibiótica y disacáridos no absorbibles.



PROCEDIMIENTO:

         Se llevó a cabo mediante la búsqueda en la base de datos médica MEDLINE (ensayos clínicos randomizados), en un primer estadio, para pasar posteriormente a analizar y comparar los resultados de las revisiones sistemáticas o meta-análisis realizados por la COLABORACIÓN COCHRANE a través de la “Biblioteca Cochrane Plus” que puso a nuestro acceso cuatro revisiones relativamente recientes sobre distintos fármacos que, unidos a los cuatro ensayos clínicos mencionados, sirvieron a nuestros propósitos. Después de su lectura, seleccionamos dos meta-análisis y dos ensayos clínicos randomizados que cubrieron el espectro de fármacos a estudiar.

       La búsqueda en la primera, se hizo delimitando el que fuesen sujetos humanos mayores de 19 años, que el estudio incluyese algún tipo de grupo control y/o comparación; que la asignación de los sujetos a los grupos hubiera sido aleatorizada por cualquier medio; y por archivos que nos diesen los artículos a texto completo (íntegros).  


INTRODUCCIÓN:

La encefalopatía hepática porto-sistémica es un síndrome neuro-psiquiátrico que puede variar desde leve o moderado a grave (llegando a coma y estupor), con grandes cambios también la esfera psicológica al menos en sus primeras fases, (alteraciones de la personalidad, déficit en las funciones intelectuales, cambios de humor, agitación o ansiedad, etc.). 

Desde el punto de vista neurológico, se observa que puede producir según los estadios, signos tales como el de Babinski, rigidez o asterixis, sintomatología extrapiramidal y/o convulsiones. El EEG muestra a menudo paroxismos de ondas trifásicas lentas. 

       La patología crónica o recidivante puede derivar a degeneración hepatocelular. En niños, aunque más raro, el Síndrome de Reye es una forma de encefalopatía caracterizada por edema cerebral. 


ETIOPATOGÉNESIS: Se suele proponer como causa de la EPS una deficiente detoxificación del hígado; asi, independientemente de la causa que la haya originado, llegan al circuito sistémico substancias potencialmente tóxicas como el mercaptano, el amoníaco, y ácido γ-aminobutírico que, normalmente, generados en el lumen intestinal a partir del efecto bacteriano en compuestos alimenticios, son eliminados o detoxificados por el hígado. 

         Además, como veremos en los estudios que analizamos, el amoníaco al causar una pérdida total o parcial de glutamato (el principal neurotransmisor excitador del cerebro), impide la síntesis de glutamina. Los demás neurotransmisores también sufren una descompensación. Así, debido a las altas concentraciones sanguíneas de los aminoácidos aromáticos y a un descenso de los de cadena ramificada, pueden entrar en el SNC neurotransmisores “falsos”, como apuntan algunos de los trabajos que citamos.
Por lo dicho sobre el GABA, también pudiera ser que interviniese el agonista puro de las benzodiacepìnas, en cuya consecuencia, antagonizando dicho receptor gabaérgico con flumazenilo también se tienen indicios de que revierten los síntomas, como señala otro de los artículos. Como podemos observar, la etiología es multi-factorial.

TRATAMIENTO: Como hemos ido apuntando las estrategias farmacoterapéuticas han venido consistiendo en aplicar lactulosa o lactitol vía oral o en enemas; al objeto de alcalinizar el pH intestinal, uso de antibióticos como quinolonas y la rifaximina/rifampicina, (solos o en combinación con otros agentes), para desinfectar el intestino e impedir así la formación de amoníaco; la L-carnitina y el antídoto específico para las benzodiacepinas -por su efecto antagonista sobre dichos receptores- flumazenilo. 

          De las comparaciones entre ellos, así como de sus análisis en cuanto a eficacia y eficiencia se refiere nos ocuparemos en los siguientes epígrafes.


LOS INDICIOS DE LOS META-ANÁLISIS:

REVISIÓN SOBRE LOS DISACÁRIDOS:

         A partir del año 2003, Als-Nielsen y cuatro investigadores más, (Als-Nielsen, Gluud y Gluud, 2006; Als-Nielsen, Koretz, Kjaergard y Gluud, 2006), iniciaron una serie de revisiones sistemáticas que se publicaron el La Biblioteca Cochrane Plus, sobre distintos aspectos de la farmacoterapia en la encefalopatía hepática (EH).  Los dos más relevantes a nuestros propósitos se efectuaron con los disacáridos no-absorbibles lactulosa y lactitol en comparación (entre otras muchas variables) con antibióticos desinfectantes del intestino –asimismo no absorbibles-; con el antagonista sobre los receptores de GABA flumazenilo; con aminoácidos de cadena ramificada y, por ultimo, con agonistas dopaminérgicos. Nos centraremos en los resultados más relevantes de los dos primeros, dejando los dos últimos elegidos como comentario sobre las novedosas y posibles investigaciones futuras.

         Respecto a la revisión sobre los dos disacáridos no-absorbibles, los objetivos de la revisión que mencionan los autores fueron evaluar los efectos, tanto beneficiosos como perjudiciales de ambos. Además, analizaron si dichos efectos eran equivalentes. Para terminar, evaluaron si los pacientes lactasa deficientes se beneficiaban o perjudicaban con la lactosa. En concreto, analizaron cuatro comparaciones: 

-         Lactulosa o lactitol vs. ninguna intervención o placebo.
-         Lactulosa o lactitol vs. antibióticos.
-         Lactulosa vs. lactitol.
-   Análisis adicionales: lactosa vs. placebo, ninguna intervención, antibióticos, lactulosa o lactitol.

DISCUSIÓN: Los autores discuten el hecho de no encontrar pruebas de que la lactulosa y el lactitol puedan confirmar o descartar presencia de efectos beneficiosos significativos para los pacientes con EH. Sólo se encontró un efecto aparente de mejoría en éstos cuando se compararon ensayos de baja calidad metodológica; sin embargo cuando se incluyeron sólo los de calidad alta, este efecto no se observó. Además el beneficio no fue debido a una tasa de mejoría más alta en el grupo de tratamiento (disacáridos no absorbibles), sino a una tasa de mejoría significativamente más baja en el grupo control. En cuya consecuencia, los resultados globales pueden reflejar un sesgo debido a la baja calidad metodológica de la mayoría de los estudios aislados; coincidiendo con pruebas empíricas que demuestran que los ensayos de baja calidad encuentran efectos beneficiosos del tratamiento más grandes, que los ensayos de calidad alta. (Schulz, 1995; Moher, 1998; Kjaergard, 2001; Jüni, 2001).

         La revisión se ve limitada asimismo por a): el número reducido de ensayos que compararon disacáridos no absorbibles con placebo (según los autores debido a cuestiones éticas); b): el bajo número de pacientes aleatorizados en cada ensayo como para poder descartar confiablemente un efecto beneficioso potencial; c): se encontró que la lactulosa en los ensayos de baja calidad, presentó un efecto beneficioso pero evaluado con escalas o pruebas psicométricas de dudosa validez cuya relevancia clínica es dudosa e incierta, (Weissenborn, 2002) y d): no se pudieron identificar ensayos clínicos que evaluasen los efectos de los disacáridos para la insuficiencia hepática fulminante.


CONCLUSIONES PRINCIPALES DE LOS AUTORES:

a) Implicaciones para la práctica: “Esta revisión sistemática cuestiona la eficacia de los disacáridos no absorbibles y destaca que no se encuentran pruebas suficientes de alta calidad para refutar o apoyar este tratamiento. En cambio, se encontró que los antibióticos aparentemente fueron superiores a los disacáridos para mejorar la EH, pero no está claro si esta diferencia es clínicamente importante”. 

b) Implicaciones para la investigación: “La carencia de pruebas para un efecto de los disacáridos, no significa que existan pruebas de (ausencia de)  ningún efecto. Sin embargo, los disacáridos no absorbibles no deben servir de comparador en los ensayos aleatorios en la EH hasta que los ensayos aleatorios demuestren sin dudas razonables que la lactulosa o el lactitol tienen efectos beneficiosos para la EH”. “… Todos los ensayos deben utilizar un diseño de grupos paralelos, debido a la naturaleza espontáneamente fluctuante de la EH”.

       Para un análisis más pormenorizado de la discusión de los autores, (Als-Nielsen, Gluud, LL y Gluud, C., 2006), se puede consultar la propia revisión sistemática.


REVISIÓN SOBRE EL ANTAGONISTA DEL RECEPTOR DE BZDs:

         La EH también puede ser causada por una activación del complejo receptor en la neurona gabaérgica. El flumazenilo, un antagonista de dichos receptores del GABA que inhibe este complejo receptor, puede mejorar la sintomatología.

El objetivo de la presente revisión fue evaluar los efectos –tanto beneficiosos como perjudiciales- de los antagonistas de receptores benzodiacepínicos en pacientes con EH.

         Los tipos de medidas de resultados que se consideró oportuno obtener, fueron los que resumimos en la siguiente tabla a efectos de clarificación: 


       En cuanto a los criterios de selección, los ensayos clínicos randomizados compararon un antagonista de receptores benzodiacepínicos vs. placebo o ninguna intervención, en 13 estudios con un total de 805 pacientes.

DISCUSIÓN: A pesar de que el flumazenilo produce una mejoría clínica a corto plazo de la EH, no se puede saber con certeza cuánto tiempo dura este efecto y tampoco se encontraron pruebas de que el fármaco presentara efectos significativos para la recuperación o supervivencia en la EH. Se puede asociar también el uso del flumazenilo con efectos adversos; aunque no por ello se tuvo que reducir la dosis o eliminar el tratamiento.

         Esta revisión sistemática se basa en unos ensayos con calidad metodológica buena. Aunque este aspecto no pareció afectar al efecto del tratamiento, el 63% de los ensayos que proporcionó datos para la mejoría clínica de la EH fueron de calidad alta. Cabe mencionar que la mayoría de los ensayos fueron pequeños, excepto el realizado por Barbaro y cols. (Barbaro, 1998), que tuvo una relevancia sustancial en esta revisión. El gráfico de embudo (funnel plot) no evidenció la presencia de sesgos de publicación o cualesquiera otros. (Egger, 1997). 

         No se pudo evaluar si el efecto del flumazenilo tiene una correlación con la presencia de sustancias endógenas similares a las benzodiacepinas y de mayor disponibilidad cerebral de los receptores; o alternativamente, algún fenómeno desencadenante no específico del fármaco independientemente de cualquier interacción con el receptor benzodiacepínico. 

         Debido a que la mayoría de los ensayos fueron  cruzados “cross over” (8 de 13), y a que los cuatro ensayos paralelos no informaron sobre el número de pacientes que mejoraron o se recuperaron después del tratamiento, no se pudo disponer de evidencia, para evaluar resultados tras la finalización del mismo.


CONCLUSIONES DE LOS AUTORES:

a)    Implicaciones para la práctica: “El flumazenilo produce mejorías a corto plazo de la encefalopatía hepática en pacientes con cirrosis y encefalopatía hepática.  Es incierto  decir cuánto dura este efecto. No se encuentran pruebas de que flumazenilo presente efectos significativos para la recuperación o supervivencia de la EH. Hasta que esto se demuestre, se puede considerar el flumazenil para los pacientes con cirrosis y encefalopatía hepática, pero no se puede recomendar para su uso clínico habitual”.

b)    Implicaciones para la investigación: “Los ensayos aleatorios futuros deben evaluar si el flumazenilo tiene efectos para la mejoría de la EH después del final del tratamiento, la recuperación y la supervivencia de estos pacientes. Además, se debe evaluar si la eficacia del fármaco es diferente en la EH aguda, crónica o subclínica o relacionada con la enfermedad hepática subyacente, o el estadio de EH al ingreso al estudio. También puede ser pertinente evaluar los efectos potenciales de flumazenilo desde el punto de vista de concentraciones benzodiacepínicas exógenas y endógenas.

        Así como en la revisión anterior, también se hace notar la falta de ensayos que utilicen un diseño de grupos paralelos debido a la naturaleza fluctuante de la EH, debiendo ser éstos de alta calidad e informando de sus resultados según la declaración CONSORT.


LOS INDICIOS DE LOS ENSAYOS RANDOMIZADOS:

ANTIBIÓTICOS Y LACTULOSA (COMPARACIÓN):

El ensayo clínico randomizado prospectivo de comparación sobre antibióticos y lactulosa que se seleccionó para comparar asimismo con el meta-análisis, en su discusión ya dejan entrever los autores, del Yonsei University College of Medicine de Corea, que la lactulosa es el tratamiento de primera elección para la EH según la Asociación Americana de Gastroenterología. (Yong-Han et al.). En un análisis posterior podemos encontrar deficiencias metodológicas (como un escaso “N”), pero a la conclusión que parecen llegar en el ensayo es que ambos fármacos pueden ser igualmente eficaces, (lactulosa y rifaximina).

En concreto y en cuanto a los datos de eficacia, suponiendo que el grado de mejora en la EH lo midiesen por medio de la clínica, éste mejoró en un 81.3% de los pacientes (26); y el nivel de NH3 en sangre se redujo en un 78.1% (25), en el grupo de rifaximina. La diferencia es menor. Ahora bien el “n” puede considerarse escaso (32), frente al grupo de lactulosa (n= 22), que vio reducidos sus niveles de amoníaco en un 59.1% y mejoraron su grado o estado de EH en un 72.7%; 13 y 16 casos respectivamente. 

           Los autores concluyen a este respecto afirmando que las diferencias observadas no eran estadísticamente significativas. (p = 0.315). Son descartables de este mismo modo, diferencias tales como sexo, cusa de la hepatopatía, edad y /o estadio de Child. 

         En la discusión se exponen las limitaciones de utilización de ambos fármacos: diarreas con riesgo de deshidratación, flatulencia y dolor abdominal para la lactulosa; y la ototoxicidad, y neuro toxicidad en pacientes con cirrosis de algunos antibióticos como la neomicina y el metronidazol. De cualquier modo, arguyen que la mayoría de estos estudios provienen de población europea, haciendo la distinción con respecto a los pacientes asiáticos. 

       Todos los ensayos revisados por los autores en Ásia –prosiguen- pueden ser criticados desde la perspectiva de la Medicina basada en la evidencia. Lás críticas irían encaminadas hacia la falta de grupos control,  así como la propia cuantificación de los efectos terapéuticos.    

Nosotros elegimos este estudio considerando que era el primero que se realizaba prospectivo que comparaba la eficacia de la rifaximina con la lactulosa para el tratamiento a corto plazo de la EH en Ásia, sugiriendo que las diferencias étnicas no afectaban significativamente a la eficacia del mencionado antibiótico.

Como ya han apuntado los autores del estudio, se echa en falta asimismo –por cuestiones, suponemos éticas- la existencia de un grupo de control sin tratamiento o “lista de espera” para cada uno de los grupos, que arrojaría luz también sobre parte del objeto de estudio. En este sentido también el número limitado de sujetos impidió el que se pudiese hacer un análisis multivariado que pudiese objetivar –como línea futura de investigación- aquellos factores que determinen la aprobación o no, de la rifaximina para el tratamiento de la EH


FLUMAZENILO:

         En el presente ensayo seleccionado, los autores, del Hospital Universitario Dicle de Turquía, (Dursun y cols., 2003) evalúan la eficacia del antagonista de BZDs (flumazenilo), teniendo el mismo un carácter prospectivo, aleatorio y con controles doble ciego y placebo. E intentando aportar algo de acuerdo a los estudios precedentes que, unos evidenciaban eficacia, mientras que en otros esto no sucedía así, habiendo resultados contradictorios.

Tras pasar los cribajes de criterios de inclusión se excluyeron 7 pacientes de un total de 47, asignándose a un grupo de 20 el tratamiento con flumazenilo (1 mg./h., en infusión endovenosa contínua), y a los 20 pacientes restantes se les administró una solución salina (placebo) de igual volumen durante 5 horas. 

       Las medidas que se obtuvieron pre, durante y post-tratamiento consistieron en: evaluación de la gravedad o estadio de la EH mediante el test PSE, registros EEGs, test de conexión de números NCT y la escala de coma de Glasgow. Los registros EEGs fueron evaluados 15 min. antes del tratamiento por neurólogos cegados respecto a las intenciones de la intervención e independientes, usando la clasificación de Parsons y cols. (Parsons et al., 1957). Durante las perfusiones, (salinas o con el principio activo) se iban repitiendo las pruebas de medida NCT y PSE cada ½ h. durante 5 h, y se registraron de nuevo los EEG 1 h. después de la perfusión.

         Los resultados tras los oportunos análisis estadísticos pusieron de manifiesto que: a) No se determinó diferencia significativa estadísticamente hablando entre los grupos en cuanto a la PSE previo al tratamiento. Sí que las hubo en el grupo de flumazenilo entre los valores pre y post-test. Esa diferencia no fue observada en el grupo de control. b) En cuanto a los cambios en el test de conexión de números NCT, hubo una diferencia muy significativa entre el pre-tratamiento y los valores 5 hs. después en el grupo de flumazenilo, no existiendo esa diferencia en el grupo placebo., y c) En el EEG no hay diferencia estadísticamente significativa alguna entre el pre-tratamiento y el post, una hora después en ninguno de los dos grupos.

          Se concluyó asimismo que existía una débil correlación entre el estadio de PSE y los niveles sanguíneos de amoníaco.

         Como conclusión se afirmó por parte de los autores que flumazenilo fue eficaz para tratar la EH, Además se concluyó asimismo que los pacientes en estadios avanzados de la enfermedad se beneficiaban más del fármaco; resultados en consonancia con el estudio de Basile et al., 1994. Apuntan los autores que sin embargo, los datos contradictorios de los EEG pueden ser debidos a la baja dosis del fármaco utilizada, al pequeño “n”, o a la alta desviación estándar.  

        En definitiva, dosis de 5 mg. de flumazenilo son seguras, bien toleradas y eficaces para tratar la encefalopatía hepática subclínica, moderada o grave. Por lo tanto, Dursun y su equipo, en este estudio, son de la opinión de que la adición del flumazenilo al tratamiento conservador de los pacientes con EH podría mejorar los síntomas cognitivos.

      Como futuras líneas de investigación, lanzan la idea de que se pueda ensayar con otros antagonistas de receptores para BZDs, más activos y selectivos. 



A MODO DE CONCLUSIONES Y DISCUSIÓN:

El hecho de que la encefalopatía hepática probablemente tenga una etiopatogenia multifactorial, hace difícil controlar todas las variables que pueden estar influyendo a la hora de aplicar un determinado tratamiento. Si desconocemos de base dicha etiología, algunos ensayos clínicos por cualesquiera que sean los intereses, se inclinarán a estudiar unos fármacos a favor o en contra de otros, dejando de lado todos esos demás factores que pueden inducir a sesgos, como pueden ser las escalas de medida, el grado de EH, la causa que llevó a la misma, el estadio de Child, etc.

En cuanto a los ensayos clínicos aislados, es necesario asimismo –como hemos dicho, aunar criterios a la hora de elegir las pruebas de medición pre y post, sean éstas psicométricas o no. En caso contrario, no es probable que tengamos revisiones sistemáticas de alta calidad.

    No sería descabellado tampoco el elegir de algún modo, alguna técnica (salvaguardando siempre los criterios éticos), en la cual, bajo los estrictos controles oportunos, se fueran introduciendo las distintas opciones farmacoterápicas (una a una), para después ir “desmantelando” el “paquete terapéutico” y poder observar así qué ingrediente de éste es el que verdaderamente es activo para la mayor parte de los pacientes; y que dichos estudios, posteriormente, fueran replicados por otros investigadores en igualdad de condiciones hasta alcanzar un relativo consenso en cuanto al fármaco adecuado a aplicar para cada paciente, y en relación o referencia a la efectividad/eficacia/eficiencia.

En cuanto a los meta-análisis, se observa: 



 a): Heterogeneidad que se deja entrever en los estudios sea probablemente causada por una falta de escalas para definir y evaluar con cierta validez y fiabilidad, los síntomas de la EH; siendo éstas un tanto arbritarias. 


         b): Baja calidad metodológica de los estudios.
 
         c): En algunos de los ensayos no se pudieron obtener todos los datos.

      d): Lo único que se atreven a aseverar es que se reduce el riesgo de ninguna mejoría.



REFERENCIAS:

Als.Nielsen, B; Gluud, LL; Gluud, C. Disacáridos no absorbibles para la encefalopatía hepática (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2006 Número 4. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com  (Traducida de The Cochrane Library, 2006 Issue 4. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.).
Als-Nielsen, B; Gluud, LL.; Gluud, C. Antagonistas de receptores benzodiacepínicos para la encefalopatía hepática (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2006 Número 4. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://www.update-software.com. (Traducida de The Cochrane Library, 2006 Issue 4. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd).
Als-Nielsen, B; Koretz, RL; Kjaergard, LL; Gluud, C. Aminoácidos de cadena ramificada para la encefalopatía hepática (Revisión Cochrane traducida). En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2006 Número 4. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en http://www.update-software.com (Traducida de The Cochrane Library, 2006 Issue 4. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.).
Barbaro, G; Di Lorenzo, G; Soldini, M; Giancaspro, G; Bellomo, G, et al. Flumazenil for hepatic encephalopaty grade III and IVa in patients with cirrhosis: an Italian multicenter double-blind, placebo-controlled, cross-over study. Hepatology 1998; 28(2): 374-8. 1998359170.
Basile, AS; Harrison, PM; Hughes, RD; Gu, ZQ; Pannell, L; McKinney, A; et al. Relationship between plasma benzodiacepine receptor ligand concentrations and severity of hepatic encephalopathy. Hepatology 1994; (19): 112-21.
Dursun, M; Cahskan, M; Canoruc, F; Aluclu, U; Canoruc, N; Tuzcu, A; Yilmaz, S; Isikdogan, A; Ertem, M.. The efficacy of flumazenil in subclinical to mild hepatic encephalopathic ambulatory patients. Swiss Med Wkly, 2003; (133): 118-123.
Egger, M; Davey-Smith, G; Schneider, M; Minder, C. Bias in meta-analysis detected by a simple, graphical test [see comments]. BMJ 1997; 315(7109): 629-34. 97456606.
Jüni, P; Altman, D; Egger, M. Systematic reviews in healt care: assessing the quality of controlled clinical trials. BMJ 2001; 323(7303): 42-6. PMID: 21334116.
Kjaergard, LL; Villumsen, J; Gluud, C. Reported methodological quality and discrepancies between small and large randomized trials in meta-analyses. Annals of Internal Medicine 2001; (135): 982-9. PMID: 11730399.
Moher, D; Pham, B; Jones, A; Cook, DJ; Jadad, AR; Moher, M; et al. Does quality of reports of randomised trials affect estimates of intervention efficacy reported in meta-analyses?. Lancet 1998; 352(9128): 609-13. PMID: 9746022.
Parsons-Smith, BG; Summerskill, WHJ; Dawson, AM; Sherlock, S. The electroencephalograph in liver disease. Lancet 1957/II: 867-71.
Schulz, KF; Chalmers, I; Hayes, RJ; Altman; DG. Empirical evidence of bias. Dimensions of methodological quality associated with estimates of treatment effects in controlled trials. JAMA, 1995; 273(5): 408-12.
Weissenborn, K. Minimal hepatic encephalopathy: a permanent source of discussion. Hepatology, 2002; 35(2): 494-6. PMID: 11826427.
Yong-Han, P; Kwang-Hyub, H; Kun, S; Myoung, HK; Byung, M; Sang, A. Et al. Comparison of Rifaximin and Lactulose for the treatment of hepatic encephalopathy: a prospective randomized study. Yonsei medical Journal 2005; 46 (19): 399-407.
 

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