Una historia real...
Andrés, 40 años,
soltero, ingresado en hospital
psiquiátrico desde hace quince años. Anteriormente ingresado en institución
penitenciaria por haber matado a su padre, donde pasó varios meses hasta que
fue diagnosticado de esquizofrenia paranoide y trasladado al hospital.
El más pequeño de tres
hermanos, había trabajado en la empresa familiar desde los 18 años, hasta que
sucedieron los hechos. Vivía con sus padres, y aparentemente no había problemas
entre ellos. A los 22 años, comenzó su afición a coleccionar cuchillos,
machetes, y navajas. Faltaba al trabajo algún día con la excusa de encontrarse
mal, pasaba muchas horas encerrado en su habitación, oyendo música y limpiando
su colección de cuchillos.
Según nos relata en la
primera entrevista, los vecinos se reían de él, por tener sobrepeso, hablaban a
sus espaldas, incluso los escuchaba a través de las paredes criticarlo. Cuando
se lo comentaba al padre, éste le decía que eran manías, que se estaba
volviendo loco de pasar tanto tiempo encerrado en su habitación. Las
discusiones con el padre se hicieron cada vez más frecuentes y las ausencias al
trabajo se hicieron cada vez más frecuentes, hasta que dejó de acudir al mismo.
A veces oía voces que
conversaban en su cabeza, le ordenaban agredir, matar, nos comentaba que esas
voces provenían de las estrellas, que eran mensajes que tenía que cumplir. Veía
mucho la televisión, las noticias informativas contenían noticias dirigidas a
él, le decían que corría peligro, que su padre era la reencarnación de satanás,
que tenía que acabar con él, porque era el culpable de todos los males que
ocurrían en el mundo, se lo repetían las voces casi todos los días por lo que
…¡debía matar al maligno!
Una noche, alrededor de
las tres horas se despertó oyendo voces que le decían que era el día señalado
para realizar la acción de salvar al mundo. Saltó de la cama, entró en la
habitación de sus padres que dormían, y abalanzándose sobre el padre, le asestó
17 puñaladas que acabaron con su vida. Los gritos de la madre, despertaron a los
vecinos, que llamaron a la policía y procedieron a la detención de Andrés.
En la actualidad, el
paciente sigue ingresado en hospital psiquiátrico y recibe tratamiento con
neurolépticos, al mismo tiempo que participa en un programa de rehabilitación
psicosocial, presenta conciencia de enfermedad , colaborador en actividades
lúdicas y ha aprendido a que las voces que en ocasiones oye son producto de su
enfermedad.
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