jueves, 7 de marzo de 2013

ESQUIZOFRENIA.



 Una historia real...

Andrés, 40 años, soltero,  ingresado en hospital psiquiátrico desde hace quince años. Anteriormente ingresado en institución penitenciaria por haber matado a su padre, donde pasó varios meses hasta que fue diagnosticado de esquizofrenia paranoide y trasladado al hospital.

El más pequeño de tres hermanos, había trabajado en la empresa familiar desde los 18 años, hasta que sucedieron los hechos. Vivía con sus padres, y aparentemente no había problemas entre ellos. A los 22 años, comenzó su afición a coleccionar cuchillos, machetes, y navajas. Faltaba al trabajo algún día con la excusa de encontrarse mal, pasaba muchas horas encerrado en su habitación, oyendo música y limpiando su colección de cuchillos.

Según nos relata en la primera entrevista, los vecinos se reían de él, por tener sobrepeso, hablaban a sus espaldas, incluso los escuchaba a través de las paredes criticarlo. Cuando se lo comentaba al padre, éste le decía que eran manías, que se estaba volviendo loco de pasar tanto tiempo encerrado en su habitación. Las discusiones con el padre se hicieron cada vez más frecuentes y las ausencias al trabajo se hicieron cada vez más frecuentes, hasta que dejó de acudir al mismo.

A veces oía voces que conversaban en su cabeza, le ordenaban agredir, matar, nos comentaba que esas voces provenían de las estrellas, que eran mensajes que tenía que cumplir. Veía mucho la televisión, las noticias informativas contenían noticias dirigidas a él, le decían que corría peligro, que su padre era la reencarnación de satanás, que tenía que acabar con él, porque era el culpable de todos los males que ocurrían en el mundo, se lo repetían las voces casi todos los días por lo que …¡debía matar al maligno!

Una noche, alrededor de las tres horas se despertó oyendo voces que le decían que era el día señalado para realizar la acción de salvar al mundo. Saltó de la cama, entró en la habitación de sus padres que dormían, y abalanzándose sobre el padre, le asestó 17 puñaladas que acabaron con su vida.  Los gritos de la madre, despertaron a los vecinos, que llamaron a la policía y procedieron a la detención de Andrés.

En la actualidad, el paciente sigue ingresado en hospital psiquiátrico y recibe tratamiento con neurolépticos, al mismo tiempo que participa en un programa de rehabilitación psicosocial, presenta conciencia de enfermedad , colaborador en actividades lúdicas y ha aprendido a que las voces que en ocasiones oye son producto de su enfermedad.

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