Un caso real...
Sandra, 28 años,
casada, madre de un hijo, acude al médico de familia por presentar dolores
abdominales, náuseas y vómitos. Descartados problemas orgánicos, es remitida a
psiquiatría, ya que también manifiesta pesadillas, continuos lloros, y falta de
apetito. Actualmente en desempleo.
En nuestra consulta,
refiere tristeza y ganas de llorar la mayor parte del día, desde hace unos seis
meses. Al preguntarle el motivo de su bajo estado de ánimo, nos relata que le viene
sucediendo desde que decidiera poner fin a una relación de pareja, paralela a
su matrimonio.
La ruptura
extramatrimonial fue decisión de Sandra llevarla a cabo, ya que mientras la
mantenía, comenzó a tener flashbacks sobre una violación que sufrió cuando era
adolescente. Las imágenes de la violación brotaban en su mente de forma repetida, percibidas
angustiosamente, al mismo tiempo también surgían momentos en los que sentía
como si el pasado estuviera ocurriendo de nuevo. Se sentía indigna, insignificante, sola y se
autoinculpaba cada vez que los sucesos brotaban a su mente, algo que sucedía
con mucha frecuencia.
Nos relataba que el
violador había sido alguien cercano a ella, que convivía bajo el mismo techo,
antes de suceder los hechos, la relación con el violador había sido excelente
hasta el extremo que confiaba tanto en él, que era su amigo y confidente.
Sandra era virgen hasta que sucedieron los hechos. Fue violada vaginal, oral y
analmente en repetidas ocasiones siempre bajo amenazas verbales de su agresor
para que no contara nada. Sandra nunca contó a nadie lo sucedido y no recibió
atención de ningún tipo, ni médica ni psicológica.
La paciente, relataba
que siempre había tenido buena salud, y una relación cordial y próxima con sus
padres y hermano, fue a raíz de la violación cuando se juntó con amistades poco
recomendables, comenzaron sus consumos de alcohol y mentía con frecuencia. Su
marido fue el único que la apoyó cuando
decidió acudir a nuestra consulta, en sus amistades más cercanas no encontró
nada de apoyo, más bien rechazo al relatarles los hechos que le ocurrieron.
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