FARINGITIS
Definición: Es una
inflamación de la faringe, una de las enfermedades más comunes de garganta,
oído y vías aerodigestivas superiores. Es el típico dolor de garganta, que hace
que el tragar sea doloroso. Inflamación que puede ser aguda o crónica,
distinguiendo así los dos tipos de faringitis: aguda y crónica.
TIPOS DE FARINGITIS Y SÍNTOMAS
- Faringitis aguda (catarro faríngeo agudo), es normalmente vírica y rara vez, bacteriana. Afecta a mucosas nasales y laríngeas. Su aparición suele ser repentina, cursando con fuertes dolores de garganta, si es vírica, presentará asimismo fiebre y fuertes dolores de cabeza. Problemas en la deglución, picor, escozor y sequedad de faringe, tos, sinusitis e inflamación de los ganglios linfáticos. Su tratamiento es sintomático.
- Faringitis crónica, irritaciones persistentes en la faringe. Desencadenada por agentes tóxicos en el ambiente, fumar, ingesta de alcohol, diabetes mellitus, alergia, desajustes hormonales. Su aparición da lugar a más síntomas que la aguda, sequedad de boca y carraspeo constante. Con la tos se expulsa una mucosidad viscosa, acompañada de tos y sensación de cuerpo extraño en la garganta. Debido a la sequedad, pueden aparecer problemas de insomnio y sensaciones de ahogo.
- La faringitis
crónica, puede clasificarse, dependiendo de los síntomas en:
- Faringitis
crónica simple: tos irritativa, cuerpo extraño en garganta, molestias al
tragar. No sensación de malestar ni fiebre.
- Faringitis
crónica hiperplástica (granulosa): ganglios linfáticos agrandados que
producen sensación extraña en la garganta, carraspeo y dificultad para
deglutir.
- Faringitis
crónica seca (atrófica): se atrofia la mucosa de la faringe, y aparece en
la misma una mucosidad viscosa. Esta faringitis suele ir acompañada de
laringitis o rinitis.
TRATAMIENTO
Para aplicar
el tratamiento correcto, es necesario conocer si nos encontramos ante una
faringitis aguda o crónica.
Faringitis
aguda: el
tratamiento se dirige a mitigar síntomas, dolores de garganta y las
inflamaciones. Como remedios caseros encontramos, enjuagues bucales, compresas
frías en la garganta, pastillas buco-dispersables. Beber abundantes líquidos
templados durante el tratamiento.
Faringitis
crónica: para que el
tratamiento de la misma sea exitoso, evitaremos en el entorno cotidiano los
agentes desencadenantes. Son de ayuda las inhalaciones de salvia y manzanilla,
o soluciones salinas, utilizar
humidificadores en el ambiente de la persona que padece faringitis, pastillas
buco-dispersables.
Independientemente
del tipo de faringitis de que se trate, son adecuados los tratamientos que
fortalecen las defensas, una alimentación equilibrada y un ejercicio físico
regular. Evitar fumar y consumir alcohol, mantener el ambiente humidificado, y
una abundante ingesta de líquidos.
RECOMENDACIONES PARA DISMINUIR EL
DOLOR DE GARGANTA
- Ingesta de líquidos calientes.
- Hacer
gargarismos varias veces al día con agua tibia con sal (1/2 cucharadita de sal
en una taza de agua).
- Chupar caramelos de miel y limón.
- Utilizar humidificadores del
ambiente.
La faringitis puede presentar
complicaciones como:
- Infección
de oído.
- Mastoiditis.
- Sinusitis.
- Absceso
periamigdalino.
RECOMENDACIONES DESDE LA PERSPECTIVA
CONDUCTUAL PARA MANEJARNOS CON LA FARINGITIS
Se
consideran alteraciones bio-psico-sociales, aquellas en las que o, en cuyos
procesos de adquisición, mantenimiento, alivio, desaparición o erradicación,
intervienen el comportamiento o conducta
del sujeto y el medio en el que se desenvuelve.
Tomado
desde la perspectiva conductual o cognitivo-conductual, los aspectos
moleculares de lo que llamamos topografía de la respuesta, de respuesta humana,
en cuanto a instigada autónomamente, el paciente con faringitis en cualquiera
de sus modalidades, - seca, crónica, etc.- puede (y debe) tomar medidas si no
se quiere ver impedido en el desempeño de su actividad cotidiana.
Con
una serie de recomendaciones básicas que explicamos a continuación ponemos a
disposición de los lectores lo que está comprobado por las distintas disciplinas,
como pueden ser la Otorrinolaringología, Psicología, Medicina de Familia
simplemente o, si se quiere, el propio sentido común.
Las reglas fundamentales, a saber, son:
1º.- Siempre
decimos –y no nos hartaremos de hacerlo- que lo primero que debe hacer un
paciente con faringitis (sea crónica, seca, etc.), es mantener unas fosas
nasales bien limpias y ventiladas. El taponamiento con mucosidad de las
fosas nasales hace que (entre otras cosas), respiremos por la boca –cuando no
debemos hacerlo- y mucho menos en esta época del año, como es el incipiente
invierno.
Para lo que recomendamos unas simples duchas
nasales con agua de mar purificada a la venta en cualquier farmacia, en
específicos como el Rhinomer®, Sterimar®, etc., o alguna solución que mantenga adecuadamente
el lisozima nasal, al mismo tiempo que limpia y, así poder ventilar de forma
mucho más fluida.
También se pueden utilizar inhaladores tipo,
mentolados o “sprays” descongestivos o
corticosteroideos en los casos más graves o los de rinitis vasomotora, por
ejemplo.
2º.- Una vez
dicho esto, estamos en condiciones idóneas de explicar que se debe respirar
siempre por las fosas nasales, teniendo para ello, como hemos dicho, éstas
siempre bien despejadas. Las fosas nasales disponen de un mecanismo protector
frente a alérgenos, por ejemplo, o la polución ambiental, etc., cosa que si ese
aire entrase por nuestra garganta directamente, sin ser “filtrado”, afectaría probablemente a la misma.
Además la nariz “calienta” por así decir, el aire que
respiramos, con lo que si no lo hiciésemos así estaríamos en condiciones de
decir que probablemente el aire entrara en nuestros pulmones y faringe a unos 5
grados de temperatura media en invierno. Aspecto nada recomendable para una garganta enferma o
disfuncional.
3º.- Mantenga
siempre su garganta hidratada. El agua o saliva presente en la misma, son
buenos protectores frente a bacterias y otros microorganismos. Es un buen
criterio la ingesta aproximada de un
litro y medio entre comidas. Portando con nosotros siempre una botellita
al efecto, podemos no descuidar en este aspecto la misma.
En el caso de que no se disponga –por la
situación- de agua u otro líquido, es recomendable masticar chicles sin azúcar
y, lo que nosotros recomendamos son los caramelos de miel y limón
(ácido/dulce), que hacen que segreguemos abundante saliva.
4º.- No
haga un uso excesivo de la voz. Esto en cuanto a frecuencia, duración e intensidad. Está comprobado que las personas
irritables (que gritan), o hablan siempre “a voces”, corren más riesgo de
padecer problemas relacionados con la garganta. Al hablar en demasía o con
demasiada frecuencia o intensidad elevada, estamos consiguiendo irritar a
nuestra faringe, haciéndola así más vulnerable a inflamaciones y/o infecciones
bacterianas o microbiológicas.
5º.- No
carraspee, tosa. Carraspear, aunque crea que no, irrita la garganta, con la
consiguiente inflamación y/o edema y, de nuevo, la posibilidad de que la
sintomatología molesta de picor y escozor, no se alivie con la misma; es más,
empeorará. Si nota que tiene flemas, mucosidades, etc..., tosa con una fuerza
prudencial y beba abundante líquido, sólo así podrá expulsar el incómodo tapón
que, es la causa de su insistente carraspeo. Si padece de tos “nerviosa”, su médico le podrá recetar
jarabes de codeína, en específicos como el Codeisan®,
que la suprimen al instante, si es que esto le impedimenta sobremanera.
6º.- Mantenga
siempre una adecuada higiene bucal. Está comprobado que tener una adecuada
higiene bucal, aminora la faringitis en el sentido de que el espacio
orofaríngeo está limpio tras cada comida por ejemplo, impidiendo la
proliferación de fermentos que acaban en bacterias teniendo como órgano diana
más cercano a la garganta. Se recomendaría al menos un cepillado de dientes después
de cada comida (principal o no), si es posible o factible asimismo se aconseja
utilizar un colutorio eficaz o que al menos contenga bien, hexetidina o
clorhexidina (Oraldine® o Lácer®, respectivamente). Además ayudan
a proteger nuestras encías contra la gingivitis por ejemplo y, tienen un
poderoso efecto antibacteriano. No es ocioso recordarle que visite
periódicamente a su dentista por si detecta alguna caries, por ejemplo.
7º.- Deje
de fumar o hágalo con menor frecuencia. El humo del cigarrillo, con sus
componentes de nicotina, alquitranes, etc., hacen que nuestra garganta –y el
árbol bronquial- se irriten excesivamente, haciendo así más sensible a la misma
a coger infecciones, por ejemplo o, simplemente se enrojecerá, nos escocerá en
innumerables ocasiones y, tenderemos muy probablemente a “carraspear” nuevamente, cerrando así el círculo de manera
nefasta, debido a la inflamación subsecuente al consumo reiterado de
cigarrillos y a la necesidad de esputar que a veces no se consigue.
No sería
ocioso recordar que se pueden y deben hacer en la medida de las posibilidades
de cada uno/a, gargarismos con estos productos, (o sal, limón y bicarbonato) diluidos en agua tibia, aparte de refrescar y
de proteger nuestra faringe, la tendremos hidratada.
Esperamos
que estas pequeñas recomendaciones le hayan servido si padece de faringitis y,
si no, tal vez las haya trasladado a alguno de sus conocidos, aportándole de
este modo una nueva fuente de conocimientos.
ALIMENTOS RECOMENDADOS PARA HACER FRENTE A LA
FARINGITIS DESDE UNA PERSPECTIVA PREVENTIVA
·
Vitamina
C: alivia los
síntomas del resfriado y hace más rápida la recuperación. También es útil como
cura preventiva (naranja, limón, kiwi, col, zanahoria, cebolla).
Equinacea: esta planta refuerza el sistema inmune y esta mas que
comprobado.
·
Ajo y
cebolla: las
farmacias de la naturaleza. Tienen una excelente acción antiséptica pulmonar
con propiedades expectorantes muy interesantes.
·
Vitamina
B6: acción
directa sobre el sistema inmunitario, estimulando la producción de linfocitos T (cereales, pan integral,
espinacas, guisantes, plátanos…).
· Zinc: es el más indicado para tratar las
infecciones del frío y elevar las defensas (germen de trigo, levadura de
cerveza, semillas de calabaza, carne).
REMEDIOS DE FITOTERAPIA PARA LA
FARINGITIS
- Eucalipto: infusión, una o dos hojas por taza, tres tomas diarias. Vapores, hervir un puñado de hojas en un litro de agua y aspirar los vapores cubriéndose la cabeza con una toalla.
- Nogal: gárgaras. Un puño de hojas secas por un litro de agua.
- Ciprés: vapores. 8 gotas del aceite esencial disuelto en un litro de agua. Es muy efectivo contra las infecciones e inflamaciones.
- Equinácea: 5 tomas diarias de suplementos de 1.000 mg. para potenciar las defensas. Pero cuidado con los tratamientos que potencian el sistema inmunológico porque si se trata de una faringitis alérgica es contraproducente.
- Cuando aparezcan los primeros síntomas aplicar sobre la garganta 3 veces por día compresas calientes (mismo muy calientes) hechas de Vinagre o de Arcilla (se hace una masa compacta con agua bien caliente o vinagre).
- Infusión de Salvia (una parte de esta infusión se utilizará en gargarismos).
- Té de enebro: si tu garganta está inflamada y sientes dolor, el té de enebro puede ser un remedio natural para reducir estos síntomas. Preparación: Coloca una cucharada de bayas secas de enebro en un litro de agua. Cuando rompa a hervir deja a fuego moderado 15 minutos. Posteriormente deja reposar 10 minutos. Antes de beberla debes filtrarla.
- Propolis: que es un buen desinfectante de las mucosas.
- Uña de gato: Gran estimulante de las defensas y buen antiinflamatorio.
- El tomillo es antitusivo, expectorante, espasmolítico y balsámico, debido al timol y caravacrol. Resulta un excelente bactericida, sobre todo a nivel respiratorio, digestivo y genitourinario. También tiene efecto antifúngico, antihelmético y antiviral. Inhibe los espasmos intestinales y favorece la liberación de ácidos biliares al intestino. Es estimulante del sistema nervioso central.
- Hisopo (Hyssopus officinalis): Posee propiedades expectorantes, antitusivas y fluidificantes de las secreciones bronquiales. Es estimulante del sistema nervioso central, debido a su contenido en pinocanfeno. Está indicada en bronquitis, catarros, asma, tos seca… Hay que tener en cuenta, que la tuyona puede ser convulsivante; por eso en epilepsia se desaconseja la administración de hisopo.
- Al tusílago se atribuyen propiedades expectorantes, espasmolíticas, antitusivas, emolientes, calmantes y antinflamatorias. Se utiliza en afecciones respiratorias agudas y crónicas: tos irritativa, catarros, bronquitis, faringitis, laringitis, silicosis... Debido a su contenido en senkirkina, no se aconseja administrar durante mucho tiempo seguido, aunque parte de este compuesto parece ser que se destruye durante la cocción. Esta es una de las plantas prohibidas en el embarazo.
- Borraja (Borago officinalis): Por sus propiedades antitusígenas y antiinflamatorias, se indica para el tratamiento de afecciones respiratorias. También es beneficiosa para paliar el síndrome premenstrual y los trastornos del climaterio.
- Malva (Malva sylvestris L.): Las hojas poseen mucílagos, vitamina A, vitamina B1, Vitamina B2 y vitamina C, además tienen un principio oxitocico y estimulante del intestino. Posee propiedades emolientes, antinflamatorias, antitusivas y laxante ligero. Se utiliza en catarros, bronquitis, faringitis, asma, gripe, estreñimiento, etc.
- Llanten
(Plantago lanceolata L.): Se
usa la planta entera (hojas). En su composición existen mucílagos,
pectinas, taninos y un glucósido cromogénico del que se hablará después.
Varias acciones de esta planta son importantes, entre ellas la acción
antiinflamatoria, astringente, antitusíva, emoliente y cicatrizante. Se ha
comprobado que tiene una acción antihistamínica, antipruriginosa y
antialérgica. Debido a estas acciones puede ser útil tanto en uso externo
para heridas, picaduras de insectos, alergias, herpes, afecciones de los
ojos, etc., como en uso interno para afecciones de boca, garganta, sistema
digestivo (gastritis, úlceras gastroduodenales, diarreas), tos,
bronquitis, asma. Se empleó y se emplea en hemorragias, hemorroides,
diarreas, dolores gastrointestinales.
Respecto al glucósido que posee, se trata de un iridoide llamado aucubósido o catalpol. Este principio por hidrólisis produce un dialdehído que actúa sobre las proteínas de los microorganismos, teniendo por tanto propiedades antibacterianas. Se ha indicado en repetidas ocasiones su utilidad para conseguir la deshabituación al tabaco.
En todos los casos le
recomendamos consultar con su médico. La información contenida en este artículo
tiene una función meramente informativa.
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